Puerto Quequén tiene, sin lugar a dudas, una gran importancia para la economía de Necochea y la zona. En los últimos años, se posicionó como uno de los principales puertos de exportación de granos y subproductos del país, potenciando la creación de puestos de trabajo directos e indirectos.
La actividad portuaria de Puerto Quequén abarca una amplia gama de sectores, desde la exportación e importación de productos agrícolas hasta la carga y descarga de mercancías. Estas actividades requieren una variedad de habilidades y conocimientos, lo que implica la contratación de personal en diferentes áreas.
En primer lugar, además de los acomodados políticos de siempre, el puerto emplea a trabajadores especializados en la operación y mantenimiento de la infraestructura portuaria, como grúas, equipos de carga y descarga, y sistemas de transporte. Estos empleados garantizan el funcionamiento eficiente de las operaciones diarias y la seguridad de las actividades portuarias.
Por otro lado, el transporte y logística son sectores clave vinculados a Puerto Quequén. El flujo constante de mercancías requiere de empresas de transporte terrestre y marítimo, así como de servicios de almacenamiento y distribución. Estas empresas generan empleo para conductores, personal de almacén, coordinadores logísticos y otros profesionales relacionados.
Sin embargo, no todo es color de rosa como suelen decir las vecinas entradas en años. Desde la llegada del mendocino Jorge Álvaro a Puerto Quequén, la estación marítima funciona en piloto automático y parafraseando a Cantinflas cuando dijo que la Argentina crece de noche cuando los políticos duermen, podría decirse que el puerto sigue amasando fortunas cuando su presidente está ausente.
La gestión de Álvaro al frente de Puerto Quequén hace agua por todos lados, de hecho es una de las gestiones que más conflictividad gremial ha tenido en la última década desde la conformación de la Mesa Sindical Portuaria.
Falta de transparencia y participación en el Puerto Quequén
Uno de los aspectos que más se le critica Álvaro es la falta de transparencia en la toma de decisiones y la escasa participación de los actores involucrados en el puerto. Se ha señalado la ausencia de mecanismos de rendición de cuentas y la falta de espacios de diálogo con la comunidad, lo que genera desconfianza y limita la posibilidad de aportar ideas y soluciones desde diferentes perspectivas.
Otra crítica importante hacia la gestión de Álvaro es la falta de una planificación estratégica a largo plazo para el desarrollo y crecimiento del puerto. Se le reprocha la falta de una visión clara y de un plan integral que promueva la modernización de las instalaciones, la diversificación de actividades y la promoción de la competitividad. Esta falta de dirección estratégica limita el potencial de crecimiento y desarrollo del puerto en el largo plazo.
La falta de inversión en infraestructura portuaria es otro punto de crítica hacia la gestión de Álvaro. Se han destacado deficiencias en la infraestructura existente, como muelles en mal estado, insuficiente capacidad de almacenamiento y limitaciones en los accesos. Estas deficiencias afectan la eficiencia y capacidad operativa del puerto, limitando su capacidad para competir y atraer nuevas inversiones.
La falta de políticas y acciones concretas en materia de sustentabilidad es otro aspecto cuestionado en la gestión de Álvaro. En un contexto donde la sostenibilidad ambiental y social son cada vez más relevantes, se espera que un puerto como Quequén implemente medidas para minimizar su impacto ambiental, fomentar la eficiencia energética y promover prácticas laborales justas y seguras. La ausencia de una agenda sustentable es considerada un déficit importante en la gestión del puerto.
La falta de experiencia portuaria, su gestión autoritaria y su despilfarro de recursos, así como su cuestionable rol en la seguridad portuaria y la protección de buques e instalaciones ponen la lupa sobre la gestión de “Pampa” pero sobre todo se cuestiona su falta de diálogo y su imposición de decisiones sin consenso aunque el nombramiento de ñoquis y el gasto millonario en obras innecesarias o inconclusas fueron motivo de crítica ante el subsecretario de asuntos portuarios, Juan Cruz Lucero.
Aunque los reclamos por la contaminación ambiental, el deterioro de las calles y la erosión costera que genera el puerto en la ciudad de Quequén están a la cabeza de los problemas no resueltos por Jorge Álvaro.