Más del 45% de familias teme perder sus ingresos o el empleo

Según un informe, el miedo viene en aumento y afecta en mayor medida a los cuentapropistas.
Crisis Económica
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El miedo a perder el trabajo era antes del 20 de marzo una variable severa del empleo. La pandemia le adosó contundencia, intensidad y más. El 44,9% de los hogares manifestaron en junio un alto temor al desempleo o a quedar sin ingreso alguno. Para el 19,3% ese miedo es moderado mientras que el 35,8% aseveró que todavía lo controla. No se trata de un fenómeno sin influencia en salarios, convenios u otros vectores laborales, ese temor ajusta a su paso a cada trabajador o grupos de actividad.

Estos porcentajes constan en un tramo del relevamiento que realizó el Centro de Economía Regional y Experimental (CERX). Más allá del paper, en esa organización consideran que el 44,9% validado es un piso que se incrementará “día a día”, bajo lo que resta de aislamiento.

En diálogo con BAE Negocios la directora del CERX Victoria Giarrizzo avizoró que incluso, decretado el final del parate, merced a datos duros y variables se vislumbra una “economía de bajo consumo, cuentapropismo y pymes de subsistencia”.

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En mirada a lo que puede definirse en el comportamiento post-pandemia, sobre disposición de salarios, el informe estimó que un 61,8% de trabajadores destinarán fondos para pagar deudas atrasadas, 16,2% a mayor consumo de bienes y servicios y el 5,7% a mejorar la vivienda.

Giarrizzo evaluó que los temores al desempleo no son parte de un “fenómeno hipocondríaco laboral” bajo Covid-19 sino que toman potencia en la corrosión de la pandemia. Que cerca del 50% de quienes conservan empleo teman perderlo es un número que va en aumento.

“Los trabajadores y sus familias perciben que muchas empresas siguen sin abrir y otras apenas ganando para subsistir. Es temor a peder definitivamente ingresos en el sector informal, cuentapropistas y de servicios en general. No es infundada la certeza en cuanto a que se perdió poder de compra y que el consumo no se va a recuperar a buen ritmo aun cuando levanten la cuarentena”, semblanteó.

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No faltó un párrafo para quienes están trabajo bajo mecanismo home office: “Muchos temen no volver al trabajo”. La realidad corrobora ese análisis en una paleta corrosiva: sequía paritaria del mercado, aguinaldos en cuotas y todavía más -y no buenas nuevas- para 2020.

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“La imposibilidad de pagar los aguinaldos es una señal, y trae consigo otra pregunta: hasta dónde el Gobierno seguirá pagando el 50% de los sueldos. Para ese momento la incertidumbre es total. Ni hablar de subas salariales, impensadas en este momento, fíjese que incluso los reclamos no se hacen por el temor a que la respuesta sea un despido”

Para ejemplificar su lectura Giarrizzo apuntó al sector gastronómico, donde los restaurantes abren pero no reciben gente. “Los empleados se preguntan hasta dónde aguantara el comercio; Lo mismo el dueño, no ven recuperación ni siquiera post pandemia”.

Sin necesidad de la repregunta acotó que deslador panorama abarca a las pequeñas y medianas empresas, “porque los ingresos de los dueños en las pymes, son el ingreso familiar”.

El CERX también detalló la deuda total de las familias que creció 4,6% en junio y alcanzó los $1.905.119 millones, afectando a 11,9 millones de hogares (86,5% del total país). Frente a mayo, 163 mil hogares menos pasaron a tener deudas, pero la misma creció en $83.415 millones, remarcan ese volumen de stock adeudado de quienes no pudieron cancelar pasivos.

En promedio cada familia adeuda en junio un 6% más que en mayo. Ese monto no incluye los costos asociados a moras y retrasos, que fueron en incremento en cuarentena. A su vez, la deuda no bancaria promedio por hogar es de $62 mil. El cálculo surge de cruzar los datos del Banco Central con una encuesta en 6770 hogares realizada por CERX del 22 al 25 del corriente mes.

El stock de deuda tiene dos grandes componentes: la “no bancaria” $736.902 millones, 16,1% más que en mayo. Unos 11,9 millones de hogares tenían algún tipo de esas deudas en junio (86,2% de los hogares del país). Y por otro, la deuda “bancaria” que según el BCRA se redujo 1,6% en el mes a $1.168.217 millones a fines de mayo. La principal caída estuvo en créditos prendarios (-5,8%) y tarjetas de crédito (-2%).

*Fuente: BAE Negocios- Luis Autalan


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El riesgo país superó los 1.200 puntos y los bonos cayeron hasta 7%

Las acciones y bonos argentinos registraron fuertes retrocesos en la jornada financiera de hoy martes, en un contexto de incertidumbre política y cambiaria, a solo 17 ruedas operativas (días hábiles de actividad bursátil) de las elecciones legislativas que marcarán el rumbo del gobierno de Javier Milei durante los próximos dos años.

Sobre las 14:40 horas, los ADR de compañías argentinas que cotizan en Wall Street operaron con pérdidas generalizadas. Mercado Libre se desplomó 6,6%, mientras que Banco Supervielle y Banco Francés retrocedieron 6,6% y 6,5%, respectivamente. Banco Macro perdió 6,3%, YPF 4% y Grupo Galicia 5,6%, estos últimos entre los papeles con mayor volumen de negocios.

Las caídas acumularon ya cuatro ruedas consecutivas, lo que borró gran parte del rebote que los papeles habían registrado la semana anterior tras el anuncio de apoyo financiero de Estados Unidos a la Argentina.

En el segmento de renta fija, los bonos soberanos en dólares (Bonares y Globales) promediaron un retroceso del 1,7% en otra jornada negativa. El índice de riesgo país elaborado por JP Morgan aumentó 88 unidades y se ubicó en 1.203 puntos básicos, al medir la diferencia entre la tasa de retorno de los bonos del Tesoro de Estados Unidos y las emisiones emergentes.

En la plaza local, el S&P Merval de la Bolsa porteña cayó 1,7% en pesos. Medido en dólares, el panel líder acumuló una baja del 13% desde el 25 de septiembre, aunque aún mantuvo una mejora del 7% respecto del 19 de ese mes, antes de los anuncios del secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent.

El dólar oficial cerró el mes con nuevas alzas. En las pantallas del Banco Nación, por ejemplo, se vendió a $1.400, mientras que en el segmento mayorista se ubicó en $1.360. En el mercado paralelo, el dólar blue cotizó a $1.435. El MEP se negoció a $1.473,93 (+1,3%) y el contado con liquidación a $1.516,11 (+1,2%).

Las últimas disposiciones del Banco Central establecieron que quienes compren dólar oficial no podrán venderlo en el mercado MEP o contado con liquidación durante 90 días, con el objetivo de frenar el “rulo” que aprovechaba la diferencia entre cotizaciones para obtener ganancias.

El economista jefe del Grupo SBS, Juan Manuel Franco, sostuvo que “el ojo del mercado en estos días pasa, en el frente macro financiero, casi exclusivamente por dos cuestiones: qué tantos dólares compra el Tesoro en el marco de la liquidación extraordinaria por retenciones cero y la dinámica de la brecha cambiaria tras las restricciones dispuestas el viernes sobre operaciones de arbitraje de tipo de cambio”.

Franco precisó que “el Tesoro habría comprado el 43,8% de lo liquidado por el agro bajo retenciones cero”, y advirtió que “la brecha se ubica en torno al 10% y creemos que las restricciones dispuestas deberían tener la menor duración posible dado que a la larga estas medidas terminan impactando negativamente sobre reservas”.

Un informe de MegaQM alertó que “en las últimas semanas se vio un proceso de corrida cambiaria o de eventual overshooting. En esos ciclos la oferta se corre por completo y la demanda aparece con fuerza buscando tomar coberturas”.

Según la consultora, “el problema de esos ciclos es que no sirven como referencia para entender cuál es el equilibrio real del mercado cambiario. Son ciclos en los cuales el nivel de demanda alcanza valores que no se pueden sostener en el tiempo, como los últimos datos de atesoramiento, donde en agosto se demandaron USD 3.200 millones. Eso implica que en los últimos 4 meses el ritmo anualizado de ahorro en dólares ha sido de 48.000 millones. Probablemente en septiembre ese ritmo puede haber aumentado nuevamente”.

“La caída en la demanda de atesoramiento puede ser una señal de vinculación entre el ritmo de liquidación de dólares y las compras de individuos en el mercado cambiario. En paralelo la oferta empieza a correrse, esperando a que el tipo de cambio alcance un nuevo equilibrio y maximizar así sus ingresos”, concluyó MegaQM.

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