El economista Roberto Cachanosky analizó las medidas de la mayoría de las naciones mundiales con respecto al coronavirus. Muchas de ellas, incluyendo nuestro país, optaron por la cuarentena total y con ello poner en jaque a la economía nacional ya que muchos sectores se encuentran parados.
En una nota publicada en Infobae y en sus redes sociales, hace un análisis de otras medidas que pueden ser tenidas en cuentas sin que la economía sufra irreparables pérdidas.
En su cuenta personal Twitter, dejó una contundente reflexión sobre esto:
Para el Cachanosky, la economía “no tendría que paralizarse tanto” y en su defecto, explica que en todo caso “si se paraliza mucho será consecuencia del sobredimensionamiento estatal en empleo público”.
En concreto arrojó datos económicos del país: “Hay, entre nación, provincias y municipios, 3,1 millones de empleados estatales. La gran mayoría de ellos son burócratas que inventan sus propias regulaciones para justificar su existencia. Voy a dar un ejemplo que seguro va a hacer saltar a más de uno tratando de tergiversar lo que voy a decir a continuación. De acuerdo a datos del Directorio Legislativo, en 2019 la Cámara de Diputados sesionó 8 veces y la Cámara de Senadores lo hizo 7 veces. En ese período sancionaron 37 leyes de las cuales, 7 corresponden a Cultura y Patrimonio y 6 a fiestas nacionales o capitales nacionales (las típicas de la Capital Nacional del Salame Quintero o la Fiesta Nacional del Asado de Tira). Es decir, el 35% de las leyes son un delirio y no entro en el resto para no amargar al lector. Es más, de las reuniones en comisión, la que mayor cantidad de veces se reunió en el año en diputados fue la de Legislación Penal, 30 veces. Y en Senadores la que mayor cantidad de veces se reunió fue presupuesto y hacienda, 14 veces. Insisto, todos datos del Directorio Legislativo.”
“En este momento de pandemia, si uno tuviera que ver cuáles son los empleados del estado nacional que tienen que moverse en la calle son, de 237.654 de los 700.000. Esos 237.000 son; 13.136 en salud, 110.546 de las Fuerzas Armadas y 113.972 en seguridad. El resto puede quedarse en su casa trabajando o no entorpeciendo al sector privado que sí produce. En otras palabras, de los empleados públicos nacionales, solo el 34% tendría que movilizarse y no todos al mismo tiempo. Pero los empleados públicos provinciales también entorpecen”, reflexionó.
Para el economista una de las soluciones es “si se logra que los empleados públicos no estorben al sector privado con burocracia innecesaria, y legislativos que no tienen que tratar temas muy urgentes, ya logramos sacar de circulación una buena parte de la gente que anda por la calle, agregando que, dado que el sector privado va a tener un serio impacto en sus ingresos, de los cuales sale el dinero para pagar los impuestos, luce solidario que salvo fuerzas de seguridad, fuerzas armadas, docentes y personal de la salud pública, el resto tenga una reducción en sus ingresos para aliviar al sector privado de manera de bajar la carga tributaria dadas las escasas ventas que tiene.”
“En primer lugar, se puede descongestionar mucho la circulación de gente y el riesgo de contagio si la mayoría de los empleados públicos se quedan en su casa. Está comprobado que hay sobreabundancia de empleo público, en todos los niveles de gobierno, que genera sus propios anticuerpos inventando trámites para justificar su existencia. Su ausencia se notará en un aumento de la productividad del sector privado. En segundo lugar, hay mucha descongestión de gente que trabaja haciendo home office gracias a internet y las nuevas formas de comunicarse. En tercer lugar, el grueso del problema parece estar concentrado en CABA y la Provincia de Buenos Aires”, ofrece como solución.
“En estos momentos de angustia, es la oportunidad para que los políticos, que tanto hablan de solidaridad, hagan un sacrificio y reduzcan sus ingresos en un 50%. Eso significaría un ahorro de aproximadamente $ 500.000 millones, monto que se evitaría tener que emitir si no se siguen repartiendo subsidios, bonos y plata que alegremente reparten los legisladores y menor carga tributaria para el agobiado sector privado”, concluyó.
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