Unos 7 mil ciudadanos argentinos piden al Senado que rechace el proyecto que busca darle rango constitucional a la “Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer”, la cual es usada como un instrumento del feminismo radical para promover el aborto en la región.
La convención fue firmada el 9 de junio de 1994 en la ciudad brasileña de Belem do Pará y en Argentina fue reconocida con la Ley 24.632 en 1996. Desde entonces ha habido varios intentos para darle rango constitucional. El pasado 5 de mayo se aprobó el dictamen en la Comisión de Banca de la Mujer en el Senado, durante un debate en el que participaron diversas representantes como Norma Durango y Gladys González, senadoras que promueven la iniciativa.
PLENARIO BANCA DE LA MUJER Y JUSTICIA + COMISIÓN BANCA DE LA MUJER 31-08-22
Se informa que la Comisión de Banca de la Mujer se reunirá de forma conjunta con la Comisión de Justicia y Asuntos Penales, el día miércoles 31 de agosto del corriente a las 13:30 horas, en el Salón Arturo Illia, sito en el primer piso del Palacio del Congreso.
Para ser aprobado, el proyecto requiere dos tercios de los votos positivos. Si bien varias de las participantes se expresaron a favor de la propuesta, la senadora tucumana Silvia Elías de Pérez dijo que “nadie pone en tela de juicio que se debe acabar con la violencia contra la mujer, pero para poner en la Constitución un tratado, este debe reflejar el pensamiento de toda la sociedad“.
La senadora alertó que “el comité de expertas que creó la convención considera tortura un embarazo no planificado y trato cruel e inhumano al que se le da a una mujer cuando no puede acceder a un aborto”, y dijo que no firmaría el dictamen. En respuesta a la pretensión de darle rango constitucional a la convención, unas 7 mil personas han firmado una solicitud en la plataforma CitizenGo, en la que se recuerda que en 2004 se creó un Mecanismo de Seguimiento para la Convención de Belem do Pará (MESECVI).

La convención tiene un “comité de expertas” que “ejerce presión desde su creación para que se legalice el aborto en todos los Estados que forman parte” de la misma. De este modo, “este organismo busca imponer políticas de salud pública en Argentina y otros países, que además de ir en contra de la vida de los argentinos tergiversa prioridades sanitarias”, sentenció el abogado Martín Zeballos Ayerza.
El jurista y miembro de Abogados por la Vida dijo que, “por ejemplo, hoy no hay plata para darle medicina a los pacientes con cáncer porque tienen que darles espacio a los abortos. Solo esto debería ser motivo para cuestionar esta pretensión” de darle rango constitucional a la convención que no menciona esta práctica pero que es utilizada por las feministas para promover la agenda abortista.

Aunque la convención no menciona el aborto ni los derechos sexuales o reproductivos, los términos que suelen usar para promover esta práctica, las feministas usan varios puntos de la misma para promoverlo, en concreto 3 puntos del artículo 4. Esta dice que es un derecho humano de la mujer que “se respete su vida”, por lo que refiere a la “integridad física, psíquica y moral”, mientras que el punto D reconoce “el derecho a no ser sometida a torturas”.
El abogado indicó que “las feministas dicen que mostrar la ecografía del bebé en el vientre es una forma de tortura o violencia contra la mujer”, porque saben que “cuando eso sucede, el 70 u 80 por ciento que ven esto y escuchan el latido del corazón del bebé desisten del aborto“.