Formosa está última en un ránking que mide el Índice de Desarrollo Democrático en Argentina, esto es, si realmente las instituciones funcionan tanto política, social y económicamente para que una sociedad logre su desarrollo adecuado.
Todo esto está trunco en la tierra de Gildo Insfrán, dónde hay controles hasta en las redes sociales de los “militantes” y los funcionarios, en la policía tiene a sus altos jefes como aportantes afiliados al partido gobernante y, encima de ello, no hay espacio para la crítica sin ser señalado de la peor manera. Instituciones educativas y judiciales, todas están cooptadas por una sola figura.


En Formosa la democracia está vapuleada, con el poder de turno que arrasa y con la complicidad de una fuerza opositora que se pelea para buscar puestos. Todo el engranaje del aparato del gildismo sigue funcionando y perpetuando la figura de un hombre que, valiéndose de las herramientas que da la democracia, increíblemente, se aprovecha para mantener una tiranía disfrazada.
Formosa sacó cero y se ubicó en el último lugar del ranking del Índice de Desarrollo Democrático de Argentina 2021 (IDD-AR 2021) que pretende determinar en qué medida el sistema de Gobierno democrático está evolucionando como herramienta institucional, política, social y económica en el país rioplatense. Así la provincia gobernador por Gildo Insfrán, fue catalogada como de “mínimo desarrollo democrático”.



El estudio fue elaborado por la Universidad del Salvador, la Universidad Católica Argentina y la Fundación Konrad Adenauer, entre otras instituciones. Se calcula sobre la base de un conjunto de indicadores agrupados para la medición de cuatro dimensiones de desarrollo democrático: democracia de los ciudadanos, democracia de las instituciones, democracia social y humana, democracia económica.