Se sabe de antemano que el economista devenido en diputado nacional por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Javier Milei, crece como la espuma entre los círculos de la nueva derecha, y Mar del Plata no queda excluida de ello. Lo cual da lugar para oportunistas de turno como la “dirigente” Juliana Santillán, quien sería la Sergio Massa en cuanto a costumbres se refiere.
La ex pareja del sindicalista Facundo Moyano cuenta con varios deslices que algunos califican de catastróficos, desde un espacio propio como era Integrar que jugó para el Frente para la Victoria (FpV) hasta llegar a relacionarse con 3 figuras políticas discrepantes una de la otra, en menos de 6 meses. ¿Buscando solo aparecer en una lista aunque supiera que no le daba la talla para ser legisladora?
La mujer que se autopercibe abogada, también dice ser anarcocapitalista, sin embargo a la hora de demostrarlo expone todo lo contrario, como aquella recordada discusión en donde se cruzó con el mismísimo Milei cuando aún militaba al ex presidente Mauricio Macri. En ese caso, se puso a capa y espada en el respaldo del cepo cambiario, ese mismo que resultó como herramienta para hacer volar por los aires el valor del dólar y decantó en una inflación mucho más elevada. Poco realista a la filosofía liberal.
Por otro lado, aún se sigue diferenciando de Milei en muchos aspectos. Una de las popularidades notables y más loables del economista es la donación de su sueldo para no costarle ni un solo centavo al contribuyente. Pero Santillán no lo visualiza de esa forma, porque, en caso de llegar a la política, se niega a ello. “Entiendo que para realizar una tarea responsable, tengo que dejar mucho de lado. Uno tiene que dejar el trabajo que tiene para ser diputado o legislador, lo dice la reglamentación. Los que trabajamos necesitamos la retribución económica porque se vive de eso”, afirmó para Perfil en una nota.
Más allá de que ella se sostenga como una “referente de Milei”, hay militantes de espacios como el Partido Libertario (PL), la Unión del Centro Democrático (UCEDE) y también adherentes a la coalición Avanza Libertad que no la registran como tal. “La única persona que la cree dirigente es ella misma. Ni siquiera Javier la cuenta como algo serio”, sentenciaron de manera anónima a Data24.
Los únicos sellos que representan y avalan la aparición de Santillán dentro del espacio La Libertad Avanza son el Partido Anti Corrupción (PAC) y Crear Mar del Plata. Este último con representación legislativa local del edil Alejandro Carrancio, quien desfiló por el massismo, kirchnerismo, menemismo y hasta fue parte de la gestión “cambiemita” del intendente del Partido de General Pueyrredón, Guillermo Montenegro. Ahora bien, tan solo se dedica a cuidar de su mujer que es afán de las aventuras extramatrimoniales.
La polémica más impresionante de todas es que, Santillán desde todas sus redes sociales, no se cansa de repetir que es formada en abogacía, pero sin ningún título que avale dicha condición. Sin ir más lejos, una investigación cautelosa le expone sus mentiras, lo cual todavía no respondió y solamente se limitó a “contraatacar” con la típica politiquería barata, maniatada de intereses que solo identifica para su caudal, ese mismo que no le dejó pasar las primarias desde Unión por Todos (espacio conducido por Juan José Gómez Centurión, otro ducto más para “rascar” un lugar público).
El abogado Enrique Rolando Cabrera presentó una denuncia contra la mediática por “usurpación de títulos y honores” por presentarse como abogada sin serlo. Asimismo, tan solo aprobó apenas 14 materias en la Universidad Atlántida Argentina de Mar del Plata. Ni siquiera realizó la tesis correspondiente. Sin ir más lejos, logró llamar la atención en las redes por sus controversiales declaraciones, en donde llegó a definirse como abogada. Además, abrió otra cuenta para prestar servicios de asesoría legal y se presenta como “doctora en Derecho Penal, criminalista” adjudicando sus supuestos estudios en la Universidad de San Andrés y en la UAA.
Ante todo lo referido, es propicio dejar en claro que Santillán ha sido expuesta dentro de los círculos locales de la micropolítica marplatense como una chanta más que hace mecanismo de sus costumbres para poder hacerse con un lugar en el sector público. Sin embargo, poco se entiende como ello no llegó a los oídos del economista, o bien prefiere no hacer nada con ello. Respuestas que en el mediano o largo plazo se podrá visualizar con resultados concretos.