El rector de la Universidad Nacional de Rosario, Franco Bartolacci, se encuentra en el epicentro de una tormenta de cuestionamientos en redes tras los comentarios del presidente Javier Milei, quien denunció graves irregularidades en el uso de fondos públicos en diversas universidades del país.
En su discurso, pronunciado el sábado en el Palacio Libertad, el mandatario acusó a las universidades de malgastar dinero público en “autos caros” y sueldos desorbitados para choferes, apuntando especialmente a la UNR.
Un reclamo que recibió Bartolacci fue sobre la contratación del chofer Walter Vander Mey, quien cobró 13 millones de pesos en un lapso de tres meses (de octubre a diciembre de 2024) por los servicios de traslados del rector.
Según se detalla en la plataforma oficial de la Universidad, el pliego ofrece “servicio de traslado dentro de la ciudad de Rosario” y “dentro de media distancia”, cobra $9.500 pesos la hora y $700 cada kilómetro. Al ser consultado por diversos medios, Bartolacci aclaró que “no es un chofer personal, es para movilidad institucional”.
En medio de este escenario, insistió en que las acusaciones de Milei y otros referentes libertarios, como la diputada santafesina, Romina Diez, son parte de una campaña para “desprestigiar a las universidades públicas y justificar el desfinanciamiento”.
Además de las acusaciones sobre el chofer, la Universidad Nacional de Rosario enfrenta otro cuestionamiento relacionado con los gastos institucionales: Se supo que la Facultad de Psicología de la UNR dilapidó más de 7 millones de pesos en la construcción de una batería de “baños inclusivos para todes” (sic).
El pretexto que se detalla la contratación directa es “reacondicionar al menos un baño de los existentes para generar inclusión desde la disposición de baños sin género con sus debidas señalizaciones y con la separación entre cubículos que garanticen la privacidad de quienes los transiten”.
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