El presidente Javier Milei convocó a su Gabinete y al titular de la Cámara de Diputados, Martín Menem, a una cena privada en la Casa Rosada tras su discurso en la Asamblea Legislativa, este sábado en el Congreso. La exclusión de la vicepresidenta Victoria Villarruel confirma el distanciamiento político entre ambos, una tendencia que se acrecentó en los últimos meses y que pone en evidencia su marginación dentro del Ejecutivo.
El reencuentro sucederá luego de casi cuatro meses sin contacto. La última vez que coincidieron fue el 1 de noviembre de 2024, durante el 203° aniversario de la Policía Federal. Antes, el 15 de septiembre de 2024, durante la presentación del Presupuesto 2025 en el Congreso. En aquella ocasión solo intercambiaron un saludo formal y breves palabras de rigor, más que nada, para las cámaras de los medios.

La cena, que se llevará a cabo en el Salón Eva Perón de la Casa Rosada —un espacio poco habitual para este tipo de encuentros— contará con la presencia de Karina Milei, el jefe de Gabinete Guillermo Francos y los ministros Luis Caputo (Economía), Patricia Bullrich (Seguridad), Sandra Pettovello (Capital Humano), Mario Lugones (Salud), Gerardo Werthein (Relaciones Exteriores), Luis Petri (Defensa), Mariano Cúneo Libarona (Justicia) y Federico Sturzenegger (Desregulación). También estará presente el vocero presidencial Manuel Adorni. Además de Menem, se evaluó la posible participación de otros asesores cercanos al presidente, incluyendo a Santiago Caputo, aunque su asistencia aún no está confirmada.

El deterioro del vínculo entre Milei y Villarruel fue progresivo y se reflejó en varios episodios clave. Uno de los puntos más conflictivos ocurrió cuando la vicepresidenta presidió la sesión del Senado que destituyó al senador Edgardo Kueider, peronista aliado al oficialismo que fue detenido en la frontera con Paraguay con 200.000 dólares sin declarar. El Gobierno reprochó a Villarruel por haber conducido la sesión en ausencia de Milei, quien estaba de viaje.
Otro motivo de enfrentamiento fue cuando la vicepresidente se quejó públicamente de ganar “dos chirolas” en un contexto en el que el Ejecutivo promovía la reducción de los gastos del Congreso.
Otro punto de fricción fue su postura en la controversia diplomática con Francia tras los cantos racistas de la selección argentina en la Copa América. Villarruel acusó al país europeo de ser “colonialista”, lo que obligó a Karina Milei a disculparse formalmente ante el embajador francés. En la Casa Rosada consideran que la vicepresidenta trató de posicionarse políticamente de manera independiente, lo que generó suspicacias dentro del mileísmo. Además, su postura en temas como las jubilaciones de privilegio, el aumento de dietas legislativas y su crítica al acuerdo con el Reino Unido sobre Malvinas también contribuyeron al distanciamiento.

También fue excluida del grupo de WhatsApp del Gabinete, lo que oficializó su desvinculación de las decisiones de Gobierno. En los últimos meses, se le acusa ausentarse de reuniones estratégicas. En Balcarce 50, se considera que su figura es cada vez más irrelevante dentro del esquema de poder, “si había algún quilombo, como el de las universidades, no venía, pero si después cuando había algo que salía bien, reaparecía” —confirmaron fuentes de Casa Rosada al sitio Letra P— y de mantener contactos con “sectores de la oposición”, lo que profundizó aún más la desconfianza en su contra.
Por otra parte, el discurso de Milei en la Asamblea Legislativa abordará cuestiones como seguridad y economía, con una fuerte crítica a la “ideología woke” y un respaldo a la iniciativa de Patricia Bullrich y Cúneo Libarona para reducir la edad de imputabilidad a 13 años. También se espera un anuncio de gran impacto, cuyo contenido se mantiene en estricta reserva. Sin dar demasiados detalles, el oficialismo adelantó que dicho anuncio “se llevará los titulares”.
La exclusión de Villarruel de la tertulia parece consolidarse como un reflejo más de la fractura entre la vicepresidenta y el Gobierno. Aunque evitó confrontaciones públicas con Milei, las diferencias estratégicas y políticas quedaron en evidencia. En su entorno, aseguran que sigue comprometida con el proyecto libertario, pero con una visión propia sobre cómo debe conducirse la gestión. Sus ‘pares’ de la Rosada, sin embargo, la consideran una figura prescindible. Al menos, estas fueron las palabras que el propio presidente utilizó a finales de noviembre de 2024, entrevistado por Esteban Trebuc: “Villarruel no tiene ningún tipo de injerencia en la toma de decisiones”.
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