Salvador Dalí: el artista creado por Gala e impulsado por la dictadura Franquista
La historia detrás del extravagante Salvador Dalí. La influencia de su esposa en su carrera artística, su relación con Francisco Franco y los trabajos más importantes que realizó.
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El artista español es reconocido mundialmente por ser considerado el precursor del movimiento Surrealista, una de las primeras vanguardias surgidas en el siglo XX la cual se vio fuertemente influenciada por el Dadaísmo (Movimiento Dadá) y se basa en pintar a partir los automatismos de la mente, teoría que surge de la psicología de Sigmund Freud. Obras como “La persistencia de la memoria”, “El gran masturbador” y “Cristo de San Juan de la Cruz” son algunas de las pinturas realizadas por Dalí a lo largo de su carrera. Sin embargo, existen muchos secretos detrás del éxito de este controversial personaje del arte que a día de hoy sigue dando de qué hablar.
“La persistencia de la memoria”, “El gran masturbador” y “Cristo de San Juan de la Cruz”
Gran parte de la formación de Dalí se debe a su esposa conocida como Gala, cuyo verdadero nombre era Elena Ivánovna Diákonova, una mujer de origen ruso que se une a la vida de Salvador en 1934 a sus 40 años hasta el día de su muerte en 1982, habiendo entre ellos una diferencia de 10 años edad en la cual Gala era la mayor de la relación. Como nos cuenta el artista andaluz Antonio García Villarán en uno de sus videos de YouTube (“Lo que esconde Salvador Dalí. Gala, Arte, Hamparte y Dólares”), para entender a Dalí hay que entender también a Gala y cómo esta pensaba. Se dice que era muy ambiciosa, aunque su esposo no se quedaba atrás, se puede ver como escribe en unos de sus libros que quiere convertirse “en la medida de lo posible, en ligeramente multimillonario”.
Dalí y el logo que creó para “Chupa Chups”.
Pintor, escritor, actor, son sólo algunos de los trabajos que Dalí ejercía. Fue en el año 1969, de acuerdo a la revista Forbes España, cuando el dueño de la marca de golosinas “Chupa Chups”, el fallecido empresario Enric Bernat, pagó una cifra millonaria al artista para que crease un llamativo logo. Fue así como Dalí creó el hasta ahora conocido y emblemático símbolo de los chupetines que consta de una margarita amarilla y las letras de la marca en color rojo dentro de ella.
“El retrato de Carmen Martínez-Bordiú” (1974)
El reconocimiento que Dalí obtuvo también puede atribuirse a la relación que mantenía con el dictador de España Francisco Franco. A diferencia de otros artistas, como Pablo Picasso, Salvador Dalí no huyó en la época de la dictadura, ya que él mismo mantenía una buena relación con el gobernante, quien le encargaba varias pinturas como “El retrato de Carmen Martínez-Bordiú” (1974) en el cual Dalí pintó a la nieta de Franco. Otra pintura titulada “El atleta cósmico” le fue encargada en 1968 para los Olimpíadas que se realizaron en México. Dalí se refirió a Franco como “el político clarividente que impuso la verdad, la claridad y el orden en el país, en un momento de gran confusión y anarquía en el mundo” según el libro The Shameful Life of Salvador Dalí de Ian Gibson.
Salvador Dalí (derecha) junto al dictador Francisco Franco y su esposa Carmen Polo.
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El Comité Noruego del Nobel anunció que María Corina Machado ha sido galardonada con el Premio Nobel de la Paz por “su incansable labor en la promoción de los derechos democráticos del pueblo venezolano y por su lucha por lograr una transición justa y pacífica de la dictadura a la democracia”.
El Comité Nobel destacó que Machado se ha erigido como “líder de las fuerzas democráticas en Venezuela” y “una figura de unidad en una oposición política que antes estaba dividida”. En las primarias opositoras de octubre de 2023, obtuvo una victoria abrumadora con el 92,35% de los votos, consolidándose como la candidata predilecta.
Sin embargo, fue inhabilitada por el régimen de Nicolás Maduro para participar en las elecciones presidenciales de julio de 2024. Esta inhabilitación fue ampliamente condenada por organismos internacionales como la Organización de Estados Americanos, la Unión Europea y Human Rights Watch. En un gesto de sacrificio político, Machado cedió su lugar al diplomático Edmundo González Urrutia como autoridad de la oposición.
BREAKING NEWSThe Norwegian Nobel Committee has decided to award the 2025 #NobelPeacePrize to Maria Corina Machado for her tireless work promoting democratic rights for the people of Venezuela and for her struggle to achieve a just and peaceful transition from dictatorship to… pic.twitter.com/Zgth8KNJk9
Machado se convierte así en la segunda venezolana en ganar un Premio Nobel, después del inmunólogo Baruj Benacerraf, quien ganó el Nobel de Fisiología o Medicina en 1980. Aun así, es la primera venezolana en ganar el Nobel de la Paz y representa un reconocimiento histórico a la lucha democrática en América Latina.
Antes del Nobel, Machado ya había recibido reconocimiento internacional por su valentía y liderazgo democrático. En septiembre de 2024, el Consejo de Europa le otorgó el prestigioso Premio Václav Havel de Derechos Humanos, convirtiéndose en la primera latinoamericana en recibir este galardón. Su hija Ana tuvo que recoger el premio en su nombre en Estrasburgo, ya que Machado se encuentra bajo amenaza constante en Venezuela.
“La verdad persiste hasta prevalecer”, declaró Machado, tras recibir la condecoración.
En nombre del pueblo de Venezuela, GRACIAS. pic.twitter.com/hF31DRXC7k
Las elecciones presidenciales venezolanas del 28 de julio de 2024 se convirtieron en un momento definitorio para la democracia venezolana. A pesar de estar inhabilitada, el liderazgo de Machado fue clave para que la oposición obtuviera casi dos tercios de los votos, según múltiples evidencias y análisis independientes.
María Corina Machado Parisca, nacida el 7 de octubre de 1967 en Caracas, es una ingeniera industrial, política y activista venezolana que se ha convertido en el rostro más visible de la oposición democrática al régimen de Maduro. Es fundadora y coordinadora nacional del movimiento político Vente Venezuela y cofundadora de la organización civil Súmate, dedicada a la defensa de los derechos electorales.
Su trayectoria política comenzó hace más de dos décadas cuando, en 2002, cofundó Súmate, una ONG enfocada en promover la transparencia electoral y la participación ciudadana. Esta organización jugó un papel crucial durante el referendo revocatorio de 2004 contra Hugo Chávez, donde colaboraron en la recolección de cerca de 4 millones de firmas.
En 2010, Machado fue elegida diputada de la Asamblea Nacional por el estado Miranda con la mayor votación individual a nivel nacional. No obstante, en 2014 perdió su investidura parlamentaria tras aceptar un cargo como representante alterna de Panamá ante la Organización de Estados Americanos, lo que las autoridades venezolanas interpretaron como una violación constitucional.
El régimen de Maduro anunció su victoria sin presentar las actas electorales que lo comprobaran, desatando el repudio de gran parte de la comunidad internacional. La oposición, liderada por González Urrutia como presidente electo y con Machado como figura estratégica, publicó copias de las actas oficiales de la mayoría de los centros de votación, demostrando una victoria aplastante de la oposición.
El Centro Carter, observador internacional de las elecciones, no pudo verificar los resultados del Consejo Nacional Electoral y declaró que las elecciones no cumplían con los estándares democráticos internacionales. Múltiples análisis mediáticos encontraron que los resultados oficiales eran estadísticamente improbables y carecían de credibilidad.
El sacerdote jesuita Manuel María Carreira fue un hombre de ciencia, pero también un provocador en el mejor sentido de la palabra. Doctor en Astrofísica por la Universidad de Georgetown, miembro durante quince años del Observatorio Vaticano y asesor de la NASA, dedicó su vida a demostrar que fe y razón no eran caminos opuestos.
En una entrevista concedida en 2016 al diario El Español, sus palabras sacudieron al mundo religioso y académico: “El Islam es la peor peste que le ha ocurrido a la humanidad en los últimos dos mil años”.
Lo decía sin cálculo ni deseo de escándalo. Su tono era el de quien reflexiona más que el de quien acusa. En esa conversación explicó que su juicio nacía de la observación histórica y cultural: El islam “es totalmente incapaz de establecerse dentro del mundo con respeto a los derechos humanos. O acepta uno su modo de pensar o es un infiel y hay que asesinarlo. Eso es lo que se traduce del modo de actuar, como mínimo, de una porción importante de quienes aceptan el islam.”
Su crítica, más que religiosa, era civilizatoria. Apuntaba a la imposibilidad de integrar una cosmovisión teocrática con las libertades individuales que Occidente había conquistado tras siglos de conflictos y revoluciones.
– Manuel María Carreira, “el científico con sotana”
Carreira hablaba como filósofo y científico, pero también como hombre de fe que veía con alarma el proceso de secularización europea: “Nuestra ética es de base cristiana y el Estado debe tener en cuenta esos principios. Hoy se están borrando las raíces espirituales que dieron sentido a la civilización occidental”. No era una defensa clerical de la Iglesia, sino una advertencia sobre el vaciamiento moral que acompaña a las sociedades sin referencias trascendentes.
Ese diagnóstico se volvió profético. Casi una década después, Europa vive una crisis de identidad que Carreira anticipó con claridad. Según el informe TE-SAT 2024 de Europol, en 2023 se registraron 120 incidentes terroristas dentro de la Unión Europea, de los cuales 98 fueron ataques completados, 9 fracasaron y 13 fueron abortados. Francia, Bélgica y Alemania se mantienen entre los países más afectados por intentos de radicalización yihadista. En paralelo, las tensiones por la inmigración, el debate sobre los límites de la libertad religiosa y la creciente polarización política han erosionado el consenso sobre qué valores sostienen a Europa.
Carreira consideraba que esa pérdida de convicciones era más peligrosa que cualquier fanatismo. “No podemos convertir la fe en elemento político —decía—, pero tampoco pretender que la moral pública flote en el aire, sin raíces. Cuando una civilización deja de creer en algo, deja de defenderse”. Su visión coincidía con la de Benedicto XVI, quien había advertido que “una razón desvinculada de la fe termina devorándose a sí misma”.
Su pensamiento incomodó tanto a progresistas como a conservadores. Defendía la secularización “en la medida en que el Estado no imponga una creencia”, pero rechazaba el laicismo militante que reduce la religión a superstición. Sostenía que “la tradición española —y europea— es cristiana, y negarlo es negar la historia”. También se mostraba crítico con ciertas prácticas islámicas cuando contradecían la igualdad ante la ley: “Si un musulmán quiere tener varias esposas, el Estado debe intervenir, porque tendría consecuencias sociales no aceptables.”
Para Carreira, el islam no era una religión en el sentido teológico que él comprendía desde la filosofía cristiana. “Nació como un cristianismo descafeinado”, explicó en la entrevista. “Quitaban lo que no entendían: la Trinidad, la Encarnación. Hicieron un cristianismo reducido a lo mínimo, pero siempre con el deseo de apartar la idolatría. No tienen una teología propia, sino un modo de pensar elemental que les sirve para andar por casa.” No había en sus palabras odio, sino la convicción —discutible, pero intelectualmente honesta— de que el islam no había producido un modelo de sociedad compatible con la libertad moderna.
Su análisis resuena hoy no solo en Europa. En la Argentina, aun sin conflictos religiosos de aquella magnitud, la secularización avanza de modo sostenido. Según la Segunda Encuesta Nacional sobre Creencias y Actitudes Religiosas en Argentina (CONICET–UNC, 2023), la proporción de personas que se declara “sin religión” pasó del 11,3% en 2008 al 21,8% en 2023, prácticamente el doble en quince años. Más que un dato demográfico, ese desplazamiento expresa un vaciamiento simbólico: la pérdida de referencias morales compartidas, la sustitución de la trascendencia por el consumo y el debilitamiento del vínculo con las instituciones tradicionales
Carreira veía en ese vacío una amenaza mayor que cualquier enemigo externo. Decía que “una sociedad sin sentido trascendente se vuelve incapaz de distinguir el bien del mal”. No se trataba de imponer dogmas, sino de preservar la conciencia de que la libertad necesita un fundamento ético. Su crítica al islam, en el fondo, era una advertencia sobre nosotros mismos: sobre lo que ocurre cuando una cultura deja de creer en algo y entrega su destino al relativismo.
Murió en 2020, convencido de que Europa había comenzado su decadencia espiritual. Sus palabras, reavivadas en redes sociales, vuelven a dividir aguas. Algunos lo consideran un pensador lúcido que vio venir el choque cultural entre Occidente y Oriente; otros, un polemista que traspasó la línea del respeto. Pero su diagnóstico persiste con inquietante actualidad: el conflicto no es solo entre religiones, sino entre una fe que se impone y otra que se disuelve.
El sacerdote y astrofísico Manuel María Carreira, miembro del Observatorio Vaticano y colaborador de la NASA, advirtió hace casi una década sobre el vacío espiritual de Europa y el avance del islam como amenaza cultural.
El premio destaca su rol en las primarias de octubre de 2023 y su lucha por una transición pacífica desde la dictadura. Es la primera venezolana en recibir el premio en esta categoría.
Buscan influir en la designación del candidato del Frente de Todos para las elecciones presidenciales. Por ahora no hay consenso en un único nombre y eso genera disputas.
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El Kirchnerismo corriendo a LLA / Espert de narcos es una cosa de locos!
Es gravísimo indecente y asqueroso si esto es verdad.
La verosimilitud surge porque el vínculo está comprobado por el uso de un avión y una camioneta en la campaña del 2021.