Las alusiones al Holocausto del ex líder de Pink Floyd, Roger Waters, en su show de Berlín generaron indignación en la comunidad internacional, que no tardó en expresar su descontento y condenó las acciones.
La comunidad judía fue una de las primeras en alzar la voz al respecto. El doctor Ariel Gelblung, director del Centro Simon Wiesenthal para América Latina, arremetió duramente contra el músico, a quien acusó de ser un “consumado antisemita, obsesivo con deslegitimar al único Estado Judío donde reside la mayor comunidad del mundo, soporte de grupos terroristas como Hamas y Hezbollah”, que “utiliza sus shows para derramar odio”.
“Hipócrita que defiende dictaduras y genocidas sosteniendo presuntas solidaridades con sus pueblos, pero sus shows sólo los lleva a cabo donde puede llenarse del dinero que dice despreciar. De repetir en América Latina las performances que presentó en Europa, es posible que sea procesado judicialmente en más de un país”, continuó el mensaje en tono de advertencia.
En respaldo a estas declaraciones, el Estado de Israel publicó un mensaje en sus redes sociales. “Buenos días a todos menos a Roger Waters, que pasó la noche en Berlín profanando la memoria de Ana Frank y de los 6 millones de judíos asesinados en el Holocausto“, se lee en el posteo.
Por su parte, el presidente de la Delegación de Asociaciones Israelitas de Argentina, Jorge Knoblovits, en una columna en El Observador, recordó que “desde hace tiempo, Roger Waters, el famoso músico quien perteneciera a la banda Pink Floyd, utiliza sus masivos shows alrededor del mundo para transmitir mensajes antisemitas. Abiertamente incita al odio contra judíos e israelíes”.
En su espectáculo, el músico salió al escenario vistiendo un uniforme negro, similar al utilizado por la SS nazi, junto con un brazalete rojo y hasta apuntó con un fusil falso. Por otro lado, incluyó entre la escenografía un cerdo inflable gigante con palabras y símbolos como la estrella judía y pancartas al estilo del Tercer Reich con martillos cruzados en lugar de esvásticas (una estética que Pink Floyd utiliza desde la década de 1970 y que se hizo famosa por la película The Wall).
Ante la polémica suscitada por la presentación, la policía de Alemania no fue indiferente y anunció que ha abierto una investigación en contra del músico británico por posible incitación al odio. La vestimenta con la que salió a escena es susceptible de “enaltecer” la violencia nacionalsocialista de una forma “hiriente para la dignidad de las víctimas” y, por consiguiente, “alterar el orden público”, delcaró el portavoz de las fuerzas de seguridad, Martin Halweg.
Este anuncio fue celebrado por la organización Stop Antisemitism, que compartió un video de la presentación de Waters en sus redes y festejó: “¡Una gran noticia! La policía de Berlín inició una investigación criminal sobre Roger Waters luego de su concierto en el que se vistió como un oficial nazi de la SS con una pistola y denigraba el asesinato de Ana Frank“.
El músico británico tiene un largo historial de polémicas sobre el Holocausto y el Estado de Israel. Sin dudarlo, a menudo se muestra como un ferviente defensor del movimiento Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS), cuyo objetivo es boicotear y desinvertir fondos del país oriental de Asia y hasta comparó el trato de estos y los Palestinos con el Shoá.
En la capital alemana, donde Waters se presentó recientemente, más de 60 mil judíos fueron deportados a la muerte durante la Segunda Guerra Mundial. Además, fue escenario de la purga de la “Kristallnacht”, en noviembre de 1938, en la que se quemaron la mayoría de las sinagogas de la ciudad y se destrozaron y robaron tiendas y viviendas de propiedad judía.