El pasado sábado 15 de noviembre, el periodista argentino Eduardo Prestofelippo, disertó en México sobre la batalla cultural en un evento que reunió a líderes, ciudadanos y organizaciones que defienden los valores fundamentales de la hispanidad, la defensa de la vida, la libertad de expresión, la familia como núcleo de la sociedad, el papel de la fe en la vida pública y el compromiso con la patria.
Discurso completo de El Presto en la “CUMBRE VIVA MÉXICO 2025” | Patriotismo e Hispanidad fraterna
El Presto utilizó su segmento en la Cumbre Viva México (evento surgido de la antigua CPAC México) para lanzar un torrente de críticas al establishment político, social y cultural argentino. Además, llamó a una unidad hispanoamericana y advirtió a la derecha de la región contra la “escoria social” de los fanáticos políticos.
Frankenstein y traición
El análisis más contundente del discurso se centró en el devenir político del oficialismo. En tal sentido, Prestofelippo lamentó en qué se convirtió la plataforma que llevó a Milei al poder: “Con dolor tengo que decir que ese proyecto inicial murió”.
“El mismo Javier Milei, que decía que venía a terminar con la casta y con los privilegios de la casta, no sólo dejó los privilegios de la casta, sino que terminó haciendo un Frankenstein con el que conviven lo peor de la casta política, económica y judicial”, aseveró.

Asimismo, le reprochó la desatención a los problemas urgentes de Argentina, contrastando los viajes internacionales de la figura presidencial con las crisis internas: “el presidente Milei se la pasó más viajando a Israel y a Estados Unidos que visitando las provincias argentinas”, señaló.
Desilusión con la batalla cultural
Uno de los ejes del discurso fue la desconfianza de Prestofelippo hacia el concepto de batalla cultural que, según su visión, ha sido totalmente prostituida por dirigentes y seguidores que sólo buscan rédito personal.

La verdadera lucha, dijo, no pasa por el aplauso o el escaño público, sino por la defensa genuina de los valores, diferenciándola de lo que llamó “mesianismo político”: “la batalla cultural no es el mesianismo, la batalla cultural no es que un político sea tu última esperanza”, describió.
En una fuerte advertencia, definió a los fanáticos políticos como “una de las peores escorias sociales” y criticó el acoso permanente a las voces críticas.
La decadencia y al reggaetón
Prestofelippo también dedicó un amplio espacio a la degradación social y cultural, citando el ejemplo de Ricardo Iorio, fallecido cantautor argentino y amigo del periodista, como símbolo de un patriotismo que hoy es reemplazado por la frivolidad.

Arremetió contra las industrias del entretenimiento por promover la degeneración, contrastando a un hombre patriota con “degenerados como Bad Bunny, que pone a la mujer como un objeto sexual. Quisiera saber dónde están las feministas que tanto hablan de la dignidad de las mujeres bailando al ritmo del reggaetón y de la promiscuidad”.
En ese marco, linkeó ese flagelo con una actualizada crítica cultural, haciendo hincapié en la crisis educativa, calificándola de catastrófica y sosteniendo que anula el futuro de los países: “¿quién va a venir a invertir un peso acá si la mayoría de los jóvenes no entienden lo que leen? Dejen de mentir. La materia prima de un país no es el trigo… es la gente”.
El llamado a la unidad hispanoamericana y la reivindicación histórica
Como contrapunto a la decadencia argentina, Prestofelippo hizo un llamado emotivo a la unidad regional, pidiendo a Hispanoamérica dejar atrás “nimiedades y egos mediocres” para combatir a “la lacra progresista, izquierdista y foránea que solo nos quiere ver divididos y peleados”.
A la derecha mexicana y de la región, les solicitó aprender de los errores argentinos, unirse y abandonar la “pelea por Twitter” para trabajar directamente con la gente:

“Tenemos que tener una derecha que esté en los pueblos, en los barrios carenciados, con los pobres y toda pobreza, que no prejuzgue, que abra el corazón para sumar”.
Finalmente, cerró su participación con una nota histórica y de profundo dolor por el rumbo de su nación, recordando y reivindicando un texto del expresidente y prócer argentino Domingo Faustino Sarmiento. El periodista reiteró su amor por Argentina, a pesar de la frustración política expresada en su duro diagnóstico.













