Las acciones argentinas que cotizan en la Bolsa de Wall Street experimentaron fuertes caídas de hasta un 14% en el mercado previo a la apertura de este lunes, como reacción inmediata a la contundente derrota electoral que sufrió el presidente Javier Milei en las elecciones legislativas de la provincia de Buenos Aires.
“Sin ninguna duda en el plano político hoy hemos tenido una clara derrota”, afirmó públicamente el mandamás.
Esto sucede luego de que el bloque peronista y kirchnerista, agrupado bajo la coalición Fuerza Patria, lograra un amargo triunfo con el 46,93% de los votos en los comicios provinciales, mientras que La Libertad Avanza (LLA), el partido de Milei, obtuvo apenas el 33,85%, una diferencia de más de 13 puntos porcentuales, perdiendo en 6 de las 8 secciones bonaerenses. Este resultado representa un revés significativo para el oficialismo en el distrito más poblado del país, que concentra el 38,6% del electorado nacional.
El premarket de New York, que funciona mientras los mercados regulares aún están cerrados, reflejó de manera inmediata el impacto del resultado electoral. Las acciones argentinas que se negocian como Recibos de Depósito Estadounidenses (ADRs) registraron pérdidas generalizadas. En el sector bancario los más golpeados fueron Grupo Financiero Galicia (GGAL), que cayó entre 14% y 15,21%; Banco Supervielle (SUPV), cuyo descenso se ubicó entre 11,36% y 12,11%; Banco Macro (BMA), que retrocedió entre 8,28% y 10,03%; y BBVA Argentina, que bajó 7,54%. En el sector energético, YPF sufrió una caída de entre 9,67% y 11,29%, Vista Energy (VIST) retrocedió entre 5,9% y 8,09%, y Pampa Energía registró descensos de entre 5,25% y 8,43%.
Los bonos argentinos tampoco lograron evitar la presión vendedora. Los títulos Globales emitidos bajo legislación de Nueva York mostraron bajas de entre 5% y 6,7%, con el Global 2030 cayendo 5,26%, el Global 2035 descendiendo 6,77% y el Global 2041 retrocediendo 6,08%.
Los resultados de esta acción fueron interpretadas por analistas y medios internacionales como una prueba de fuego para la gestión de Milei, especialmente considerando que él mismo había calificado estos comicios como “cruciales” para su proyecto político. Previo a las elecciones, el riesgo país ya había mostrado señales de tensión, escalando hasta 898 puntos básicos a principios de septiembre, su mayor nivel en cinco meses. Este incremento del 8,32% reflejaba la incertidumbre política y las dudas de los inversores sobre el devenir económico del país. Durante agosto, las acciones cayeron hasta 25% y los bonos en dólares emitidos bajo ley de Nueva York retrocedieron hasta 4,5%. El S&P Merval acumulaba en 2025 un retroceso superior al 30% medido en dólares.
La consultora 1816 señaló que el resultado electoral ajustará a la baja la probabilidad de que Milei sea reelecto en 2027, generando especulación sobre si surgirá una tercera alternativa política o se abrirán las puertas a un regreso del “peronismo de izquierda”. Esta incertidumbre explica la reacción negativa inmediata de los activos financieros.
Aunque Milei ratificó que “no se retrocede ni un milímetro en la política del gobierno” y que el rumbo se “va a acelerar y profundizar más”, los mercados interpretaron la derrota como un debilitamiento de su respaldo político, lo que podría complicar la implementación de reformas estructurales en un Congreso fragmentado, especialmente considerando que las elecciones nacionales de octubre definirán la composición del Estado para el final de su mandato en 2027.
A pesar de los esfuerzos por controlar la inflación y mantener el superávit fiscal, la actividad económica mostró signos de estancamiento, con caídas del consumo y la producción, sobre todo durante el trimestre hasta junio. El gobierno implementó intervenciones en el mercado cambiario para contener las presiones sobre el dólar, alejándose de la libre flotación cambiaria que había pregonado inicialmente Milei.
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