La medida surge en medio de crecientes preocupaciones sobre los efectos negativos que el uso excesivo de plataformas como Instagram, TikTok y Snapchat puede tener en la salud mental de los jóvenes.
El plan del Gobierno, que se espera se convierta en ley antes de finalizar 2024, incluye la introducción de un sistema de verificación de edad para evitar que menores accedan a redes sociales sin la supervisión adecuada.
El Gobierno australiano ya ha invertido 6,5 millones en pruebas piloto de tecnologías de verificación de edad que podrían incluir métodos como la identificación a través de documentos oficiales o tecnologías de estimación de edad mediante inteligencia artificial.
Motivos detrás de la nueva legislación
La propuesta del Gobierno australiano responde a estudios que vinculan el uso excesivo de redes sociales en menores con problemas de salud mental como la ansiedad, la depresión y la falta de sueño.
“Sabemos que las redes sociales están causando un daño social significativo, alejando a nuestros niños de interacciones reales con amigos y experiencias de vida”, declaró Anthony Albanese
Primer ministro de Australia. “Es momento de tomar acciones decisivas para proteger el bienestar de nuestros jóvenes”.
Este enfoque ha sido respaldado por líderes de distintos estados, como el premier de Nueva Gales del Sur, Chris Minns, quien sugirió que la edad mínima de acceso podría establecerse en los 14 años, requiriendo consentimiento parental hasta los 16.
Desafíos y críticas
A pesar del amplio apoyo, la implementación de esta política enfrenta varios desafíos, especialmente en lo que respecta a la privacidad y la efectividad de las tecnologías de verificación de edad.
Algunos expertos en seguridad digital han expresado su preocupación sobre cómo las plataformas manejarán la recopilación de datos personales para verificar la edad de sus usuarios, lo que podría generar riesgos adicionales en términos de ciberseguridad.
Además, organizaciones que trabajan en pro del bienestar juvenil, como ReachOut, han señalado que, si bien es importante limitar el acceso a contenidos dañinos, las redes sociales también proporcionan un espacio crucial para que los jóvenes busquen apoyo emocional y recursos de salud mental, especialmente en áreas donde los servicios presenciales son limitados.
Esta propuesta está programada para ser debatida en el parlamento a finales de año y, de aprobarse, podría cambiar significativamente el panorama de las redes sociales no solo en Australia, sino también influenciar políticas similares en otros países.
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