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El encuentro, que tendrá lugar en el National Constitution Center a partir de las próximo martes a las 22:00 (hora de Argentina), promete ser un momento clave en la carrera hacia las elecciones presidenciales del 5 de noviembre, donde ambos aspirantes intentarán captar el voto de los indecisos en un escenario de empate técnico.
Este será el primer cara a cara entre Harris y Trump desde que la actual vicepresidenta asumió la candidatura demócrata —reemplazando al presidente Joe Biden, quien decidió no postularse a la reelección tras un desempeño errático en el primer debate del 27 de junio—. En ese evento, Trump criticó duramente al mandatario, lo que contribuyó a la retirada de Biden de la contienda.
La cita de este martes no solo es importante por ser el primer enfrentamiento entre Harris y Trump, sino también por el delicado clima político que envuelve a ambos candidatos. Harris, quien busca consolidar su imagen frente a los votantes indecisos, debe probar que está lista para asumir la presidencia. Por su parte, Trump llega tras una campaña marcada por tensiones, incluyendo un intento de asesinato en Pensilvania, mientras busca regresar a la Casa Blanca tras su mandato entre 2017 y 2021.
Con un empate técnico en las encuestas, ambos candidatos se encuentran en un punto de inflexión en la campaña. Según una encuesta del New York Times, Trump cuenta con un 48% de intención de voto frente al 47% de Harris, con un margen de error del 3%. Sin embargo, Harris lidera en estados clave como Wisconsin, Míchigan y Pensilvania, donde los márgenes son estrechos, lo que resalta la importancia de conquistar al electorado indeciso. Este segmento será decisivo en noviembre.
En este sentido, Harris debe centrarse en aumentar su reconocimiento público. Aproximadamente un 25% de los votantes indecisos no están familiarizados con sus ideas, mientras que Trump tiene un porcentaje significativamente menor de desconocimiento. La vicepresidenta planea presentar una agenda que combina la preservación de derechos como el aborto con el discurso económico de prosperidad en un intento por distanciarse de las críticas hacia la administración Biden.
Trump, por su parte, centrará su estrategia en atacar la gestión económica de Biden, un tema que utilizó con éxito en sus campañas anteriores. Según encuestas internas del equipo de campaña republicano, el expresidente supera a Harris en un 15% en cuestiones relacionadas con la economía, la inflación y el empleo. Además, Trump pondrá énfasis en la política exterior, criticando la retirada de Afganistán y la gestión demócrata en la guerra de Ucrania, temas que considera puntos débiles de la administración actual.
Para Harris, este es su primer gran debate presidencial. Enfrenta, sin embargo, a un oponente con experiencia tanto en debates políticos como en la televisión, lo que añade presión a su actuación. Según expertos, Trump se siente cómodo frente a las cámaras y no dudará en utilizar tácticas disruptivas para desestabilizar a Harris, aprovechando temas controvertidos como su género, etnia y religión.
Este enfrentamiento, además, se presenta en un momento en el que la política estadounidense está profundamente polarizada, y la inquina personal entre ambos candidatos es evidente. A diferencia de otros debates presidenciales, no se espera que haya un gesto de cordialidad inicial, como el habitual apretón de manos, lo que refleja las tensiones que definirán este evento.
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