Según los propios funcionarios del ministro de Economía de la provincia de Buenos Aires, Pablo López, el contexto actual de la economía bonaerense es de “máxima alerta”. Durante el transcurso de la cuarentena se derrumbó la recaudación impositiva de forma natural por la baja actividad, se disparó el desempleo y aumentó notablemente el gasto público para sostener la situación de extrema vulnerabilidad del territorio.
El contexto es incluso más complejo si se tiene en cuenta que la provincia que dirige Axel Kicillof se encuentra atravesando una de las peores crisis de deuda de su historia. Días atrás, venció la quinta extensión del plazo de renegociación de la deuda que mantiene por 7.150 millones de dólares, muy por encima de la capacidad de pago bonaerense.
En respuesta, Kicillof se vio obligado a disponer una nueva fecha de cierre el día 11 de septiembre. Es la sexta vez que debe extender el plazo, lo cual es visto como una señal de debilidad y de falta de acuerdo. Sin embargo, en una nota positiva, el ministro López aseguró que “se ha intensificado el diálogo con aquellos acreedores que todavía no han aceptado la propuesta”.
De lo que no cabe ninguna duda es que en la provincia de Buenos Aires no hay margen para perder dinero. Según economistas especializados en deuda, el gobernador Kicillof debe emprender rápidamente un programa de austeridad, en el que sólo se permitan inversiones de infraestructura y sostenimiento social. Rutas, tendidos eléctricos, cloacas y alimentos. No mucho más.
Resulta llamativo que, sin embargo, el gobernador continúe dando rienda suelta a la billetera bonaerense. En efecto, con la firma de su contador General, Carlos Baleztena, y del director general de Contrataciones Mariano Navia, la provincia se lanzará al gasto de más de 50 millones de pesos en aires acondicionados.
Acorde al proceso de compra 58-0092-LPU20, la Contaduría General saldrá a comprar 510 equipos de aire acondicionado, distribuidos en cien de 3 mil frigorías, cien de 4.500, cien de 6 mil, cien de 9 mil, cien tipo cassete y diez tipo Split. Algunos de estos equipos superan los 100 mil pesos de costo unitario.
Según detallaron funcionarios de la Contaduría a REALPOLITIK, en total se estima un gasto aproximado de 52 millones de pesos sólo en la compra de los equipos. Además, Kicillof deberá pagar la instalación y el mantenimiento de los 510 aires acondicionados.
Todo parece indicar que las prioridades no son las paritarias y los empleados de la administración pública bonaerense deberán seguir esperando.
*Fuente: REALPOLITIK