
*Por: Luis Gasulla
“Armaron una Gerencia de Finanzas paralela”. Las fuentes consultadas dentro de la TV Pública son terminantes. Todos saben qué pasó realmente en el edificio histórico del primer canal de la historia de la televisión. Lo más llamativo del escándalo de corrupción que cae sobre los medios públicos kirchneristas es que los bolsos con 11.400.000 pesos descansaban en una oficina enfrentada a la de Rosario Lufrano. El ruta del dinero de los bolsos de la TV Pública salían desde el cajero del Banco Itaú que funciona dentro del canal pasaban el Museo de la TV Pública, doblaban a la derecha rumbo a las “oficinas de madera” donde está la Gerencia y volvían hacia la derecha en la oficina de Finanzas.
Alejandro De la Torre era el encargado de recibir el dinero que depositaba en su flamante oficina en la que ascendió con el cuarto gobierno kirchnerista. El histórico Gerente actualmente está imposibilitado de ingresar al establecimiento al igual que su colega, Ariel Berliner y la empleada Mendes Guimaraes tal como informó este portal semanas atrás. Éstos últimos cumplían las órdenes de retirar los cheques por el cajero y trasladar el dinero cash en bolsos a la oficina de De La Torre.
En este momento, el canal estaría virtualmente intervenido y el poder de decisión de Lufrano sería cada día más acotado. Lo que nadie sabe es ¿dónde terminaron los 3 millones faltantes? pues aparecieron más de 8 millones de los 11.400.000 pesos retirados por ventanilla. En el canal todos apuntan a la secretaria todoterreno de Lufrano que empoderó con poder absoluto durante sus últimos meses de gestión. Se trata de Mariela Pía Santarelli Goñi, ex empleada del ministerio de Economía cuando explotó el escándalo del dinero en el baño de la condenada Felisa Miceli.

El apuro que cometieron los gerentes y empleados mencionados responde al intento de Lufrano de evitar la burocracia estatal y contentar al capricho de su director de Programación, Eliseo Álvarez que quería empezar a grabar la serie “Los amores prohibidos de Manuel Belgrano” con el siempre solicitado Nicolás Cabré.
Del apuro se terminó en el escándalo. La paradoja de la funcionaria que dice haber sido la investigadora principal del caso es que la plata pasaba delante de sus narices. En el canal se debaten: ¿Fue cómplice o inepta?
Para todos, los días de Lufrano no serán los mejores. La sostiene únicamente su ex representante legal y sostén en el gobierno: el mismísimo Presidente de la Nación, Alberto Fernández.
*Fuente: Periodismo y Punto
