Días atrás, se filtró en los medios nacionales una fotografía que causó indignación de un lado y del otro de la grieta política. En la misma, el presidente Alberto Fernández posaba junto a su mujer Fabiola Yáñez y un numeroso grupo de amigos en la Quinta de Olivos. La imagen se tomó en el momento más duro de la cuarentena del año 2020, cuando la totalidad de los argentinos tenían la prohibición de salir de sus casas, de acuerdo al Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 576/2020.
En este bochornoso episodio, uno de los personajes que tomó luz pública fue Stefanía Domínguez. Una mujer originaria de Chubut, que participó de la celebración festejando sin barbijo ni distancia social en la residencia presidencial. Amiga de Fabiola, y autodeclarada “abogada y health coach”, fue acusada de haber filtrado las fotos.
Inmediatamente, rompió la estrategia grupal de unirse bajo la protección de un solo abogado y nombró a uno propio, el reconocido Mauricio D’Alessandro, quien se apresuró a negar enfáticamente que sea su defendida la responsable de filtrar las fotos. Sin embargo, no todas sus declaraciones probaron ser ciertas.
De acuerdo a lo que los medios nacionales caratularon como declaraciones de Domínguez, la empresaria chubutense devenida en vecina de Recoleta aseguró no tener ningún tipo de vinculación con el gobierno o el estado en cualquiera de sus formas. Sin embargo, el portal REALPOLITIK descubrió que forma parte de los trabajadores del Consejo de la Magistratura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde percibe un salario de 135.600 pesos mensuales.
Por otro lado, vale destacar que, según pudo confirmar REALPOLITIK, la amiga de la primera dama no posee matrícula como abogada ni en Puerto Madryn ni en provincia de Buenos ni en Capital Federal, y jamás profesó el derecho en el sector privado. De hecho, nunca estuvo inscripta ante AFIP como prestadora de servicios jurídicos y legales.
De acuerdo a su recibo de sueldo, Domínguez cobra unos 135.600 pesos mensuales en el órgano encargado de la selección de magistrados y de asegurar la independencia del poder judicial porteño. Hasta el momento, había gozado de una breve fama en dos oportunidades: cuando fue filmada haciendo malabares con una pelota de fútbol con notable habilidad y al tener un breve romance con el actual presidente de Boca, Juan Román Riquelme.
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