Entre las medidas económicas que anunció el Gobierno el pasado fin de semana, una de las más importantes tiene que ver con el rol del Mercado Central como importador de alimentos. Desde distintos sectores rurales, está decisión fue criticada por su “contrasentido” y por incentivar la “competencia desleal”, entre otros motivos. Además, según cuestionó el presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Nicolás Pino, “para eso se necesitan dólares que hoy escasean en nuestra economía”.
Desde Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) criticaron la iniciativa especialmente por su incoherencia y la catalogaron de “locura”. Gabriel de Raedemaeker, su vicepresidente, dijo acerca de la concepción agropecuaria: “Lo que hacen, en vez de incentivarla o fomentarla para generar un aumento en la producción de alimentos, es restringirla, limitarla, condicionarla”. Y continuó: “Generan un desincentivo tal que hacen necesario recurrir a estas locuras de facilitar la importación de alimentos”.
Otros cuestionaron la contradicción de la importación debido al alto requerimiento de dólares, que en este contexto no abundan. Mariano Winograd, empresario frutihortícola, se expresó al respecto: “La idea de que el Gobierno vaya a tener dólares para comprar productos sustituibles es una mentira, un engaño”. Y culpó al propio Estado de esa ausencia de capital: “Es consecuencia de las pésimas políticas agrarias que viene aplicando hace años”, sostuvo.
Carlos Achetoni, presidente de la Federación Agraria Argentina (FAA), definió la medida como un “contrasentido” y, al igual que Winograd, se expresó sobre lo referido a los dólares: “No tenemos dólares para importar insumos, pero sí para importar alimentos. Esto es una distorsión fuerte”.
Otra dimensión de la crítica del campo tiene que ver con la “competencia desleal”. El mismo Achetoni explicó que, mientras a los operadores del Mercado Central les dan dólares físicos, los trabajadores argentinos producen al dólar blue (por los costos de producción). “A nosotros no nos dan los números para competir”, se lamentó.
Al respecto, desde CRA también reflexionaron sobre lo que le espera al productor argentino: “¿Qué pasaría con los productores de frutas, verduras, carne, leche y otras producciones regionales, que reciben un precio interno que no cubre costos, tienen serios problemas de rentabilidad, no pueden ser competitivos con este tipo de cambio, y, paradójicamente, el consumidor no puede pagar el precio de estos alimentos, inflados de impuestos?”, se preguntaron.