El gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires dio un paso firme en la regulación del uso de celulares en las escuelas, anunciando una serie de restricciones que entrarán en vigor en el ciclo lectivo actual. La medida fue presentada por el jefe de Gobierno, Jorge Macri, en conjunto con la ministra de Educación, Mercedes Miguel, y está diseñada para abordar las distracciones que los dispositivos móviles generan en el entorno educativo.
La nueva resolución prohíbe el uso de teléfonos móviles en los niveles inicial y primario, tanto durante las clases como en los recreos. En las escuelas secundarias, aunque la regulación es menos estricta, los estudiantes deberán mantener sus celulares guardados durante las horas de clase, salvo que los docentes los soliciten para actividades pedagógicas específicas. Esta normativa afectará a 2.291 escuelas, incluyendo tanto instituciones públicas como privadas, y está dirigida a 566.000 estudiantes.
El objetivo principal, según explicaron desde el Ministerio de Educación porteño en su comunicado oficial, es “estimular la concentración” en el aula y “fomentar la socialización” en los recreos. Además, la medida establece que cada escuela tiene la libertad de implementar restricciones adicionales si así lo considera necesario, permitiendo a las instituciones desarrollar sus propios protocolos internos.
Durante la presentación de la resolución, Jorge Macri subrayó los desafíos que enfrentan los docentes en el aula debido al uso inadecuado de celulares por parte de los alumnos. “No hay forma de que los profesores puedan competir con las distracciones que generan los celulares”, afirmó Macri, destacando que los dispositivos móviles han causado una “disrupción brutal” en la dinámica educativa.
Macri también abordó el impacto de los celulares durante los recreos y almuerzos escolares, señalando que “hay chicos que no comen o lo hacen muy rápido para seguir jugando con el celular”. Según el funcionario, este comportamiento está afectando negativamente el desarrollo de habilidades sociales y de expresión oral desde edades tempranas.
La ministra Mercedes Miguel, por su parte, aclaró que la medida no implica una prohibición total de la tecnología en el ámbito educativo. “Queremos que la tecnología siga siendo una herramienta útil en la educación, pero necesitamos regular su uso para evitar distracciones innecesarias”, explicó. Además, Miguel enfatizó que la alfabetización digital sigue siendo una prioridad, con la continuidad del Plan Sarmiento y el uso de tablets, computadoras y kits de robótica en las aulas.
La decisión del gobierno porteño se apoya en estudios internacionales que indican que la regulación del uso de celulares en las escuelas puede mejorar significativamente los resultados académicos. Ejemplos de este tipo de medidas se han implementado con éxito en países como Francia, Italia y China, entre otros. Según datos recientes, el 80% de los docentes en CABA considera que los celulares dificultan la atención y participación de los estudiantes en clase, mientras que el 70% de las familias coincide en que los dispositivos tienen un impacto negativo en el bienestar de sus hijos.
El Ministerio de Educación porteño también ha elaborado una guía de “Recomendaciones para el uso responsable de las tecnologías en casa”, dirigida a las familias, y tiene previsto organizar talleres para padres y madres con el fin de abordar este tema. La iniciativa forma parte del programa Buenos Aires Aprende, que busca fortalecer los aprendizajes en Lengua y Matemática, áreas fundamentales en el desarrollo académico de los estudiantes.
En un contexto donde la tecnología está omnipresente, la resolución del gobierno de CABA representa un esfuerzo por equilibrar su uso con las necesidades pedagógicas y el bienestar de los estudiantes. “El amor a veces es decir que no, no es decir siempre sí”, concluyó Macri, llamando a las familias a involucrarse en esta nueva etapa educativa.
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