El sector de gastronómicos (uno de los más golpeado por el confinamiento) enfrenta severos problemas relacionados a lo salarial. La gestión a nivel nacional, encabezada por José Luis Barrionuevo, consiguió arreglar una paritaria del 49% que se cobrará a lo largo de 2022 (dividida en cuatro pagos: 20% en enero y febrero, un 15% en marzo y abril y un 14% en mayo y junio).
PARITARIAS DESTRUÍDAS Y ELECCIONES EN PUERTA:
Barrionuevo logró hacer este incremento salarial semanas antes de ir a elecciones contra su excuñado, Dante Camaño, quien se encuentra en la seccional Capital. El gesto de Barrionuevo, que aparenta ser brillante, funciona como cortina de humo de cara a la votación. En el último año, el polémico sindicalista se entregó al kirchnerismo, y entregó la paritaria de los trabajadores a cambio de acuerdos políticos con Alberto y Cristina Fernández. Dejando así a los gastronómicos en una completa desidia y marginalidad.
Fuentes de UTHGRA explicaron a Data24.com.ar que “La gestión de Barrionuevo y de todos los paritarios es pésima desde hace muchos años. Permitieron que los sueldos de los trabajadores sean no remuneratorios en los cuatro convenios. Jamás lograron ganarle a la inflación. Pero no solo eso, sino que también los pagos iban haciéndose entre 4, 5 ó 6 veces en el año pero iban por fuera de los básicos. Por lo tanto, como las actividades nuestras tienen muchos adicionales (idioma, antigüedad, título, presentismo) los aumentos no eran reales, eran mentirosos”.
EN CAPITAL, FURIOSOS CON BARRIONUEVO
“Por esas razones, hace unos cuatro años, los paritarios de CABA dejaron de participar, porque no estaban de acuerdo con el formato que se tiene en la paritaria”.
La misma fuente sostuvo que “no podían ir fuera de los básicos: Tienen que ser reales. Justamente porque el costo de vida es real, el aumento de sueldos era más que nada una ilusión. De hecho, para comparar, históricamente el Sindicato Gastronómicos tuvo salarios que superaban en un 30% a los de pasteleros o comidas rápidas, que son de otro gremio. Actualmente, ellos superan en un 20% a los salarios de Gastronómicos”.
“En este lapso, de 4 o 5 años, hemos perdido un 50% de capacidad de compra de los trabajadores”, concluyó la fuente.
UNA OBRA SOCIAL DESBASTADA:
Data24.com.ar contactó a diversas víctimas de las irregularidades en la obra social del sindicato, OSUTHGRA. “La situación es delicada, tirando a grave”, señaló a este portal otra fuente consultada. Agregó que la calidad de los servicios ofrecidos “está resentida por problemas en lo profesional y en lo administrativo”.
“Cuando el afiliado necesita un turno, en la especialidad que sea, no hay disponibilidad. Se puede comprobar entrando a la página del sanatorio, donde también se puede constatar que los turnos en los policonsultorios de Lomas de Zamora y San Martín, ¡son para mediados de enero del 2022! Y no se dan turnos presenciales”, agregó.
“El sistema por Whatsapp que se publicitó como novedoso, responde que no tienen turno para otorgar. Para los turnos más buscados, no hay disponibilidad, lo mismo que en clínica médica. Por ejemplo: Hay problemas con las cirugías programadas. Se hace el pre quirúrgico y después no hay médico para que miren los estudios”, argumentó.
Sobre los profesionales, la fuente consultada mencionó que muchos de ellos “renunciaron por agotamiento y a otros con antigüedad, directamente los despidieron”.
LAS VÍCTIMAS DE BARRIONUEVO:
“La atención del sanatorio (Güemes) es un desastre. Los profesionales que atendieron a mi mamá también lo hicieron muy mal. Conseguir turnos es una tortura, hace más de un mes estoy buscando. Tampoco se habilita el servicio de cardiología. Me fijo en la página absolutamente todos los días y no se habilitan. También pasa que te atienden todos practicantes y te dicen que no pueden hacer nada, que el paciente no tiene nada, que vayamos y le pregunten al medico de familia… La atención es un completo desastre”, declaró un paciente.
Otro agregó que “Antes era de uno a dos meses para los turnos, a veces más. Y siempre te tenías que pelear con la persona que te atendía, siempre esta esa mala costumbre de atenderte mal. Y uno va al médico a buscar turnos porque se siente mal, no porque quiere hinchar las bolas“.
“El año pasado estuve aproximadamente entre seis y nueve meses. Era imposible sacar un turno, me lo pateaban demasiado, me ponían muchos inconvenientes… Y yo soy diabético, soy insulino dependiente. Espero que se normalice la situación por el bien del gremio”, agregó la última fuente consultada.
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