El juez federal de Ejecuciones Fiscales, Carlos Faggi, desestimó un pedido del empresario Cristóbal López, por lo tanto, deberá pagar a la AFIP $154,4 millones de pesos, correspondientes a deudas por el impuesto sobre los Bienes Personales de 2019 y 2020.
Hace un tiempo, el dueño del Grupo Indalo había realizado una presentación a la justicia en la cual reconocía sus deudas, pero pedía excusarse por ser víctima de una grave persecución política, y que a partir de los distintos embargos que cayeron sobre él, se le “hace imposible el pago de los tributos que se pretende ejecutar”.
“Resulta inadmisible que la misma Justicia pretenda por un lado privarme del pago mediante el decreto de medidas de carácter preventivo y por el otro, mande a llevar adelante su ejecución cuando justamente el incumplimiento se deriva de otra manda judicial”, manifestó la defensa del empresario.
De acuerdo a lo publicado por La Nación, la Justicia dictaminó en contra. “Tanto la defensa de excepción de inhabilidad de título basada en la imposibilidad de pago, como el pedido de suspensión de las actuaciones deben ser desestimados por completo”.
El juez argumentó que la legislación vigente no habilitaba a López a suspender o extinguir el cobro de una deuda líquida y exigible.
Recordemos que, a finales del año pasado, la AFIP intimó a López a través de un expediente de ejecución fiscal para que pague $397.033.078 en concepto del impuesto solidario, más 59,5 millones de intereses y costas. En aquel entonces, y mediante un escrito, pidió que se rechace la presente ejecución con expresa imposición de costas al Organismo Recaudador.
“He sido blanco de una serie de acciones realizadas con anterioridad a la actual administración de AFIP, materializada mediante un conjunto de actos administrativos y vías de hecho realizados con total intencionalidad y en violación a la ley, que afectaron gravemente a mi persona en forma directa (estuve dos años injustamente privado de mi libertad), a mi patrimonio, y que también afectaron directamente a las Sociedades del Grupo Indalo, de las que resulto uno de sus beneficiarios finales”, señala el expediente.
“Esta medida afectó desde entonces, y lo sigue haciendo hasta la fecha, todo mi patrimonio y bienes, siendo los mismos absolutamente indisponibles, incluso para el pago de los tributos que se pretende ejecutar”.
Para pagar su deuda, el empresario K señaló que la única opción que tiene “es a través de la autorización pertinente de la justicia penal que dispuso el embargo detallado”, “de momento me encuentro jurídica y fácticamente impedido de cancelar los tributos que por el presente se pretenden ejecutar, lo que torna la exigencia del organismo recaudador irrealizable”.