Lucas Fiorini, ex senador bonaerense de Juntos por el Cambio (JxC) y actual dirigente de La Cámpora, es un sinónimo claro de lo que es la política en la República Argentina. Del mismo modo, se puede decantar el “modus operandi” en sus tratos y formas, ejemplo de lo que representa la casta política.
Un político que se inició en las filas del Partido Justicialista (PJ), el cual negoció para ingresar en la coalición electoral Frente para la Victoria (FpV) y se traspasó a la disidencia peronista del Frente Renovador (FR). A partir de allí, pasó a integrar JxC y, en su momento, se mantuvo en la línea del jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.
Más allá de mostrarse simpático con sectores de Propuesta Republicana (PRO) y demás, es de conocimiento interno que se la pasa coqueteando con liberales, conservadores y cierto espectro nacionalista. Ya que, entiende que hay un enorme aglomerado que tiene intención de voto, por este giro radical de la nueva derecha en Argentina. No resulta nada novedoso en sus formas, una persona que estuvo acompañando al ex presidente Carlos Menem, sin disimulo. Para pasar luego hacerle ojitos al ex gobernador Felipe Solá, y culminar decantando en Daniel Scioli.
Pareciera que todo ello aconteció en pocos años, aunque fue resultado de menos de 10, lo que terminó llevándolo a la plantilla del kirchnerismo en 2003. En dicho sitio, estuvo muy cómodo hasta 2014, momento que se alineó al actual mandatario de la Cámara de Diputados de la Nación, Sergio Massa. Las internas en el massismo, hicieron que él finalizara en Cambiemos de la mano de María Eugenia Vidal, a quien después enfrentó para estar cerca de Larreta. Pero pocos saben que también coquetea con la nueva derecha, y hasta en parte también del equipo de Miguel Ángel Pichetto.
Todavía muchos recuerdan su victoria apática en 2017 cuando logró llegar al Senado de la Provincia de Buenos Aires, festejando en la ciudad de Mar del Plata. “Mujeres, cocaína y demás excesos hubo en la casa de los dirigentes de la mesa chica, todo tieso estaba Fiorini de la merca”, aseveran algunos militantes del núcleo PRO.
Si bien se escondería como alguien que gusta de ciertas sustancias y maneras, a la luz se intenta mostrar cómo alguien a favor de la familia y la vida. Tal es así, que no escatima en ingresar con cargos estatales a todo familiar suyo, como también trabajadores de su estudio jurídico.
Por ejemplo, su esposa Stella Mary Leguizamón actuó como delegada municipal por Punta Mogotes, y su hija María Sofía Fiorini que aún destaca como empleada municipal de General Pueyrredón. “La familia primero”, afirma una frase. Ante todo lo referido, un hombre con todos los tintes políticos y que es tan familiero, que busca darle cargos a todos. Como jefe también le oferta puestos a empleados, aunque tendría ciertas falencias y descuidos en lo personal.
Por último, su trayectoria política se terminó desgastando a tal punto de quedar en soledad con sello Crear Mar del Plata jugando en soledad. Asimismo, La Cámpora lo terminó captando para que se uniera al equipo de trabajo de la titular de la Administración Nacional de Seguridad Social (ANSeS), Fernanda Raverta.