La semana pasada los directivos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) habían recomendado el despido de Mauricio Claver-Carone, presidente de la institución desde octubre del 2020, luego de que una investigación pedida por la junta directiva del banco determinara que el norteamericano habría roto las normas de ética interna.
La remoción de Claver-Carone se produjo tras una votación de la Asamblea de Gobernadores -compuesta por ministros de Economía, Hacienda o directivos de bancos centrales de los 48 países miembros del BID- donde decidieron de manera unánime que el estadounidense, de origen cubano, debe abandonar la institución.
“Cesará en sus funciones como presidente del banco, con efecto el 26 de septiembre de 2022″, había señalado el BID en un comunicado. Su lugar será ocupado por la vicepresidenta ejecutiva, la hondureña Reina Irene Mejía Chacón, hasta que se elija a un nuevo presidente.
Claver-Carone fue acusado de entablar una relación con su jefa de personal e incluso aumentar el doble su sueldo, cuando la normativa del BID no permite relaciones de pareja entre funcionarios. Dichas acusaciones fueron negadas por ambos y denunciaron que no hubo un debido proceso.
“Ni yo ni ningún otro miembro del personal del BID hemos tenido la oportunidad de revisar el informe final de la investigación, responder a sus conclusiones o corregir las inexactitudes”, dijo Claver-Carone en un comunicado y aseguró que tomará acciones legales contra el banco.
Asimismo, considera que las investigaciones y acusaciones se deben a la falta de simpatía que tiene Biden hacia él, ya que fue propuesto por Trump para ocupar el cargo y por discrepancias económicas.
A principios de este mes, Sergio Massa, quien también votó a favor de la salida del presidente, había conseguido llegar a un acuerdo con Claver-Carone y endeudarnos más con un préstamo de $3.000 millones de dólares. Sin embargo, la entidad ya anunció que el acuerdo sigue en pie.