La gestión de la embajada de Argentina en España, dirigida por Roberto Bosch Estévez, enfrenta una serie de controversias que involucran conflictos laborales, maltratos y manejos poco transparentes. Las tensiones derivaron en demandas y renuncias de personal clave, tanto en la residencia oficial del embajador como en la embajada misma.
Una de las principales fuentes de conflicto fue la residencia oficial donde vive el embajador Bosch Estévez junto a su esposa, señalada por el personal como responsable de un ambiente laboral hostil. Sonia, cocinera de la residencia desde 2015 y con experiencia bajo varios embajadores sin inconvenientes, decidió renunciar tras sufrir maltratos constantes desde la llegada de la familia Bosch.
Otra parte del conflicto involucra a una encargada de la limpieza conocida como Carminia. Trabajó más de veinte años en la embajada sin problemas, hasta que, debido a los conflictos con la pareja de Bosch, se vio obligada a dejar su puesto. Esto derivó en una demanda que podría costar a Argentina 100 mil euros en multas y costos sociales no abonados, ya que ella trabajaba bajo la figura de “falso autónomo”, muy castigada por la legislación española. La empleada estaba cerca de su jubilación y una negociación hubiera resultado más económica para el país, pero la intransigencia de Bosch impidió llegar a un acuerdo.
También, la empresa de servicios y limpieza SEPROSER, que proveía personal a la residencia del embajador, rompió su contrato tras cambiar a ocho empleadas en solo cinco meses debido a los maltratos. La situación escaló hasta el punto en que las empleadas pedían ser reasignadas a otros destinos, lo que llevó a la empresa a preferir perder al cliente antes que continuar soportando los abusos.
El “pacto” con el embajador K, Carlos Bettini
Carlos Bettini, ex embajador argentino en España durante doce años y de estrechos lazos con el kirchnerismo, fue reincorporado en 2022 como asesor de la embajada bajo la gestión de Ricardo Alfonsín (hijo del expresidente radical tras electo tras la dictadura). A pesar de ocupar un puesto administrativo como empleado local, Bosch y Bettini acordaron su salida en un almuerzo en el restaurante Narciso en el barrio de Salamanca. El pacto habría consistido en mantener a Bettini cobrando su salario durante tres meses sin asistir, para evitar pagar su indemnización, a cambio de garantizar la continuidad de su círculo de confianza en la embajada, incluyendo figuras como Angie Vaca Narvaja y Alejandra de Vicenti (nieta de Azucena Villaflor), junto a otros militantes del kirchnerismo en Madrid.
A contramano de la postura de la administración libertaria de Milei, la embajada incrementó su personal. Actualmente cuenta con treinta y tres empleados locales, muchos de ellos contratados por sus conexiones políticas. La última incorporación fue Tatiana Aguilar Mateo, militante kirchnerista, contratada como secretaria personal del embajador con un sueldo de 3 mil euros mensuales, a pesar de que Bosch ya contaba con otra secretaria privada. Además, varios miembros del personal son herencia de gestiones anteriores, como Alcira Iriñiz, quien mantiene vínculos con periodistas que Bosch utilizaría para operaciones mediáticas contra Milei.
El embajador Bosch fue criticado, también, por sus manejos mediáticos y por poner en peligro la relación entre Argentina y España. Entrevistado por La Nación en abril de 2024, Bosch sugirió que el viaje de Milei a España para reunirse con Vox “no era la ocasión” para un encuentro con Pedro Sánchez, lo que fue interpretado como una maniobra para sabotear el viaje presidencial. Además, el embajador minimizó el interés de empresarios españoles en invertir en Argentina bajo el gobierno de Milei, equiparándolo con la falta de inversiones durante el kirchnerismo.
Meses después, durante la visita de Milei a España en mayo de 2024, la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) criticó duramente al presidente argentino tras una reunión convocada por la embajada. Esta reunión se organizó en un edificio propiedad del estado español, y varios empresarios, influidos por el gobierno de Pedro Sánchez, expresaron su descontento con Milei, lo que generó un conflicto diplomático que pudo haber sido evitado.
*Con información de REALPOLITIK
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