Balenciaga es acusada de lanzar una campaña con APOLOGÍA A LA PEDOFILIA
En las fotos se ve a niños posando con juguetes para adultos. Tras su viralización, la lujosa marca se “disculpó” y eliminó todas las fotos de su cuenta de Instagram.
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La casa de moda de lujo, Balenciaga, lanzó su polémica campaña Primavera 2023, a cargo del diseñador Demna, donde sexualizaba niños: los infantes aparecían posando con osos que vestían objetos utilizados para mantener relaciones sexuales sadomasoquistas (BDSM).
Campaña protagonizada por niños junto a objetos fetichistas.
Tras la viralización de las imágenes, la marca decidió eliminar la campaña de todas sus redes y su página web, así como también borrar todas sus publicaciones de Instagram.
Además, se disculpó por “cualquier ofensa que su campaña navideña haya causado” mediante sus historias de la mencionada red social y aseguró que “tomarán acciones legales contra los responsables”.
La marca se disculpó por medio de redes sociales, aunque no fue bien recibido por los usuarios de redes.
Las disculpas no fueron tan bien recibidas por los usuarios de redes, ya que consideraron que, si nadie hubiera hecho algún comentario al respecto, la campaña nunca hubiera sido eliminada por la marca.
Antecedentes
Tras la polémica, usuarios de Twitter trajeron a colación una serie de campañas anteriores donde también se podría observar referencias a la pedofilia.
Foto de la campaña Balenciaga x Adidas donde se puede ver de fondo la página 11 de la sentencia “Ashcroft v. Free Speech Coalition” del 2002.
Por un lado, está la de Balenciaga x Adidas donde en una foto se puede ver de fondo la página 11 de la sentencia “Ashcroft v. Free Speech Coalition” del 2002, una sentencia en cuyo caso se dijo que la pornografía infantil simulada (virtual) está protegida por la libertad de expresión, hecho al que también se pronunciaron en el comunicado de disculpas.
La edición de los Premios Oscar de 2025 sorprendió a muchos por su tono levemente apolítico, contrario a las ediciones anteriores, donde la temática “progre” dominaba la noche. A pesar de que Hollywood sigue siendo un espacio conocido por su activismo político, se buscó poner paños fríos a la atmósfera en cuanto a los discursos políticos que, en ocasiones previas, fueron utilizados como plataforma para manifestaciones contra figuras como Donald Trump, la administración estadounidense y diversos conflictos internacionales.
Pudo notarse con claridad el control y moderación de los discursos durante la ceremonia. En un intento por evitar la polarización, los discursos fueron elaborados meticulosamente, se minimizaron las referencias a la política y sociedad. Cabe destacar que en ediciones anteriores, figuras como Meryl Streep y Leonardo DiCaprio habían aprovechado su protagonismo para criticar tanto a la política estadounidense como a la global.
Este año, aunque continúan las tensiones internacionales, especialmente la invasión rusa de Ucrania y los derechos humanos, la mayoría de los premios fueron entregados en un ambiente de celebración artística más que de confrontación ideológica.
De acuerdo con los analistas, esta gala menos politizada también se da en un contexto donde las críticas al llamado “woke” (una conciencia social exacerbada, según sus detractores) son cada vez más frecuentes en Hollywood. En los últimos años, la industria del cine funcionó como una caja de resonancia para los movimientos sociales, lo que generaba tensiones tanto dentro de la comunidad artística como con el público conservador. Los Oscar de 2025 se distancian de esta tendencia, buscando un enfoque menos confrontativo.
En vez de ser el centro de un debate político, la ceremonia se dedicó en su mayoría a la celebración del cine, la innovación en la industria y el talento emergente, sin que los discursos sobre temas como el racismo o la igualdad de género sean en el eje de la conversación. Si bien no faltaron algunos momentos de reivindicación social, se presentaron de manera más sutil, sin el tono de denuncia frontal que había caracterizado ediciones previas.
Uno de los puntos clave que marcaron los organizadores de los Oscar de 2025 fue el control sobre los discursos políticos, qué era aceptable y qué no en la ceremonia. En este sentido, se habló de los “discursos no autorizados”, aquellos que no estaban alineados con el guion oficial de la noche. Esto generó una polémica entre algunos activistas, que consideraron que la decisión limitaba la libertad de expresión dentro de un evento de escala global. Sin embargo, para quienes llevaron adelante la gala, el objetivo era lograr una noche en la que el cine y los logros artísticos brillaran por sobre los temas políticos.
Decenas de estudiantes de Parla (Madrid) llevaron a cabo una manifestación en respuesta a la normativa de varios institutos locales que prohíbe el uso de prendas que cubran la cabeza en el aula, incluyendo el hiyab. La movilización adquirió notoriedad luego de que se viralizara un video en el que los manifestantes dirigían consignas partidarias contra la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. La difusión del material audiovisual generó una fuerte reacción pública y avivó el debate sobre los límites de la protesta y la instrumentalización política del movimiento estudiantil.
En las imágenes difundidas, los estudiantes entonaban cánticos como “Ayuso, escucha, eres una racista”, “Mi hiyab, mi derecho a la educación sin exclusión” y “Prohibir el hiyab es racismo disfrazado de laicismo”, en rechazo a la aplicación de un reglamento que prohíbe cubrir la cabeza en los institutos IES Nicolás Copérnico, IES Narcís Monturiol y IES Humanejos.
Dicha normativa, vigente desde antes de 2017, establece en su artículo 22 del Reglamento de Régimen Interno que “los alumnos no podrán usar prendas de vestir para cubrir completamente la cabeza: gorros, gorras, pasamontañas, pañuelos en el pelo, incluido el hiyab”. La regulación fue aprobada mediante los órganos competentes de los centros educativos, incluyendo el claustro y el consejo escolar, lo que refuerza su carácter democrático y deliberativo.
Pese a que la normativa se estableció de manera institucional, el Sindicato de Estudiantes, organización de extrema izquierda, lideró la convocatoria, calificando la prohibición como una “imposición racista” y un “ataque deliberado contra la comunidad musulmana”.En sus comunicados, el colectivo denunció la medida como una muestra de “discriminación sistémica” y exhortó a una “respuesta masiva en las calles”.
Los manifestantes, además de lanzar insultos, desplegaron pancartas con consignas llamando a la huelga general y a la “acción directa” para frenar lo que consideran una política excluyente. Paralelamente, diversos sectores de la sociedad cuestionaron la pertinencia y la efectividad del enfoque adoptado por los organizadores.
El conflicto se intensificó en el IES Narcís Monturiol, donde el director del centro, Alfonso Sanguino Medina, retuvo a varias estudiantes bajo el argumento de que no contaban con autorización de sus padres para participar en la protesta. Además, según denuncias del Sindicato de Estudiantes, algunos docentes programaron exámenes el mismo día de la manifestación para disuadir la participación de las alumnas.
Lejos de generar consenso, la manifestación recibió críticas desde diversos sectores, incluyendo académicos y colectivos feministas, quienes señalaron que el tono de la protesta distorsionaba el debate sobre la autonomía de los centros educativos y el principio de laicidad. En redes sociales, múltiples usuarios cuestionaron la pertinencia de los ataques dirigidos a Ayuso, argumentando que la medida fue adoptada por los propios institutos y no por el Ejecutivo regional.
Desde la dirección del IES Nicolás Copérnico, se emitió un comunicado aclarando que “ninguna norma es el resultado de la decisión unilateral y arbitraria de ningún miembro del equipo directivo, sino que es el resultado de una decisión colectiva y democrática en los órganos competentes”. También advirtieron sobre la interferencia de agentes externos en asuntos internos del ámbito educativo y rechazaron la convocatoria del Sindicato de Estudiantes a interrumpir las actividades académicas, señalando que las manifestaciones deben enmarcarse dentro de los cauces institucionales de diálogo y deliberación.
Los panfletos difundidos por el Sindicato reflejaron un discurso polarizante, caracterizado por una confrontación abierta con las autoridades educativas y la administración regional. En sus proclamas, el colectivo calificó la prohibición del hiyab como “racismo putrefacto”, acusó a Ayuso de ser “una fascista” y convocó a una “insurrección estudiantil” como respuesta a las políticas educativas del gobierno autonómico.
Asimismo, denunciaron que algunas alumnas fueron “reprimidas” por intentar sumarse a la manifestación, aunque esta versión fue desmentida por la dirección de los centros. La narrativa utilizada por el sindicato, cargada de referencias a la “resistencia contra la represión”, fue expuesta como una estrategia de instrumentalización política del malestar estudiantil.
“QUE PROHÍBAN LA RELIGIÓN CATÓLICA”
La secretaria general del Sindicato, Coral Latorre, pronunció un virulento discurso el pasado miércoles a las puertas de los institutos y sugirió prohibir el catolicismo: “Si tan laicos son, que prohíban la religión católica”.
El clima de protesta no se limitó a Parla. El 23 de febrero, 150.000 personas se movilizaron en Madrid contra las políticas educativas de Ayuso. La marcha fue organizada por la Plataforma Menos Lectivas, el Sindicato de Estudiantes y diversos colectivos combativos, en rechazo a lo que consideran un proceso de privatización de la educación pública en la Comunidad de Madrid.
Desde el gobierno local se reiteró que los centros educativos poseen autonomía para establecer sus reglamentos internos y que la aplicación de la normativa se enmarca dentro de un proceso democrático y deliberativo.
El Ayuntamiento de Parla trató de calmar las aguas hace unos días cuando el lunes se reunió con los directores de los institutos señalados así como con el Sindicato de Estudiantes. Sin embargo, no consiguieron llegar a un acuerdo entre las partes. Entonces, el movimiento estudiantil se reafirmó en su intención de ir a huelga y acusó a los institutos de “menosprecio y criminalización, llegando incluso a culpabilizarlos por pintadas islamófobas que han aparecido en la ciudad”.
Ana Espósito, hermana de la reconocida cantante Lali Espósito, protagonizó un momento que generó una oleada de críticas en redes sociales tras pronunciar la frase: “¿Querés matar al presidente? Andá negra, andá yendo, yo te banco”. El comentario surgió durante el programa de streaming “Patria y Familia”, transmitido por LUZU TV, el canal liderado por Nicolás Occhiato. La consigna de la emisión, titulada “El abogado del diablo”, invitó a los oyentes a enviar audios exponiendo situaciones “indefendibles” para que el equipo las justificara de forma humorística.
En medio de la dinámica, Juli Castro, panelista del ciclo integrado por Fede Popgold, Anita Espósito, Lucas Spadafora y Cami Mayan (la exnovia del campeón del Mundo, Alexis Mac Allister), aseguró: “Esta soy yo con mis amigas, yo te voy a defender lo indefendible. Vos podés matar al presidente que yo te voy a defender”. Sin prever la repercusión que tendría, Anita Espósito reforzó la idea: “¿Querés matar al presidente? Andá negra, andá yendo, yo te banco”. Acto seguido, agregó: “¡Andá! Acá te espero… ¿Querés una bolsa negra?”. Ante el asombro general, Fede Popgold intentó desviar el foco y comentó: “Al presidente del club de fans de otra cosa…”, aunque el fragmento ya se había viralizado.
Las palabras de Anita Espósito finalmente recorrieron múltiples plataformas, donde usuarios manifestaron su malestar. El debate surgió en el marco del tono humorístico del programa “Patria y Familia”, que buscó defender lo “indefendible” pero terminó generando una controversia mayor por la mención explícita a “matar al presidente”.
El Ejército israelí confirmó en la madrugada del día de ayer que dos de los cuatro cuerpos entregados por Hamas correspondían a los hermanos Ariel (4 años) y Kfir Bibas (10 meses), pero reveló que el tercer féretro –supuestamente con los restos de su madre Shiri Bibas– contenía “un cuerpo anónimo no identificado”, casi sin poseer características humanas.
Tras el análisis exhaustivo que tomó 18 horas, llevado a cabo por el Instituto Nacional de Medicina Forense en colaboración con la Policía, se logró conocer con certeza que los dos menores fueron “brutalmente asesinados” en noviembre del 2023.
– Shiri Bibas fue secuestrada junto con sus dos hijos durante los ataques de Hamás contra Israel el 7 de octubre de 2023
El cadáver atribuido a la madre de los infantes, mostró discrepancias biométricas a simple vista, siendo de una estatura 12 cm menor, con una estructura ósea incompatible con rezagos de partos y ausencia de cicatriz de apendicectomía documentada en su historial médico.
“Se trata de una violación extrema por parte de la organización terrorista Hamas a la que el acuerdo exige devolver a cuatro rehenes muertos. Exigimos que Hamas devuelva a Shiri a casa junto con todos nuestros rehenes”, denunciaron fuentes del Ejército de Israel.
La tragedia de los Bibas se remonta al 7 de octubre de 2023, cuando militantes de la organización terrorista por el Movimiento de Resistencia Islámico, irrumpieron en la comunidad agrícola de Nir Oz, cerca de la Franja de Gaza. Shiri Silberman-Bibas (32) de ascendencia argentina y peruana, su esposo Yarden (34) y sus dos hijos fueron secuestrados en lo que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) calificaron como “uno de los casos más emblemáticos por la edad de las víctimas”, volviéndose símbolo internacional de la crisis de rehenes.
Yarden Bibas pudo ser liberado a principios de febrero del corriente año, tras 16 meses de cautiverio, en un acuerdo mediado por Qatar y Egipto. Sin embargo, el destino de Shiri y los niños permaneció en la incertidumbre hasta esta semana.
El cuarto difunto que se conoce haber sido cedido, corresponde al periodista y activista por la paz, Oded Lifshitz (83 años), quien se dedicaba a dar ayuda humanitaria, trasladando pacientes oncológicos palestinos, coordinando con autoridades sanitarias de ambos lados de la frontera entre Israel y Palestina, fue confirmado por su familia mediante identificación visual y pruebas de huellas dactilares.
“Hamas no es movimiento de resistencia, es un culto a la muerte que asesina, tortura y exhibe cadáveres”, declaró en conferencia de prensa el vocero del gobierno israelí, David Mencer.
Esto en referencia a como los difuntos fueron entregados en un descampado de Khan Younis, dispuestos en cuatro ataúdes negros sobre un escenario flanqueado por milicianos encapuchados. Detrás, un cartel de 8×4 metros que mostraba al primer ministro Benjamin Netanyahu caricaturizado como vampiro, con la leyenda: “Criminal de guerra asesina con misiles sionistas”.
Los oradores armados de Hamas describieron a los fallecidos como “mártires caídos bajo bombas sionistas”, pese a que las FDI aseguran tener “evidencia de ejecución sumaria”.
Este mismo acto fue condenado por Volker Turk, Alto Comisionado de la ONU para los DDHH, como “trato cruel e inhumano que viola el Artículo 130 de la Convención de Ginebra” y la Cruz Roja Internacional, presente en la entrega, emitió un comunicado señalando que “el uso de restos humanos como herramienta política de terror compromete los principios de neutralidad humanitaria”.
En Argentina, la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) y la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) exigieron la “inmediata y urgente liberación de todas las personas que continúan secuestradas”, apoyando al Foro de Familias de Rehenes, que convocan a manifestaciones masivas en Tel Aviv bajo la consigna de que “vivos o muertos, merecen verdad”.
En un contexto marcado por la pobreza y la informalidad laboral, el sindicalista Marcelo Peretta, titular del Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos (SAFYB), presentó su obra “El derecho a elegir tu sindicato. Llega el sindicalismo que conquista, compite y concilia”. La primera publicación pone en discusión el rol del sindicalismo y la política laboral, buscando la actualización y la apertura de convenios colectivos ante las nuevas realidades del mercado de trabajo.
La presentación, encabezada por el politólogo Facundo Nejamkis y el periodista especializado en gremialismo Alejandro Di Biasi, abordó un análisis exhaustivo del libro, destacando tres características principales: “Propone una reflexión incómoda que al mismo tiempo incomoda y se erige como una hoja de ruta que plantea la necesidad de que los sindicatos compitan entre ellos para ofrecer más servicios al afiliado y los dirigentes se capaciten acorde a las nuevas realidades laborales.” “Reconoce el avance tecnológico y la necesidad de incorporarlo a la actividad diaria”. Y “explica detalladamente el papel a cumplir por la Cartera del Estado que debe generar las condiciones para mejorar el trabajo y hacer crecer la oferta laboral, sin dejarse cooptar por las corporaciones”.
El diputado Miguel Pichetto prologó el libro y celebró el gran aporte que significa para debatir la temática laboral. “Es un libro que aborda el verdadero debate sobre el trabajo argentino. Es interesante como la obra compara lo que sucedía en Argentina en 1974, donde había un 97% de ocupación, o sea pleno empleo, y estábamos mejor que países europeos como España e Italia, con lo que ocurre en la actualidad marcada por la pobreza y la informalidad. Creo que este libro propone la necesidad de comprender que las leyes laborales no están escritas en piedra y que deben actualizarse. Hoy hay nuevas formas para las relaciones laborales en un mundo mucho más líquido, con relaciones más flexibles. El modelo de la UOCRA es interesante, aunque insuficiente”, manifestó.
A lo largo de su obra, Peretta hace hincapié en los perjuicios del modelo de sindicato único que, a su juicio, “prioriza a un solo gremio por rama o actividad (unicato) sin darle opción a las demás organizaciones”. El autor sostiene: “Hay que conquistar la afiliación del trabajador. Hay que abrir estos convenios colectivos de trabajo firmados en la década del setenta que no reflejan lo que sucede hoy. Si no se abre el convenio e incorporan las formas actuales de trabajo los sindicatos seguirán perdiendo afiliados”.
Peretta también denunció que “los sindicalistas gordos mantienen a sueldo a los funcionarios de la cartera laboral para que cajoneen los expedientes de inscripción y personería gremial para evitar todo competencia”, y añadió: “Hoy hay más organizaciones sociales y cooperativas (20 mil) para administrar la pobreza que sindicatos (3 mil) para administrar las relaciones laborales reales. Hay 8 millones de trabajadores informales. Por cada trabajo en blanco hay uno y medio en negro, por lo que es obvio que hace falta una reforma. Con este modelo que propongo en el libro, basado en conquistar a los afiliados, en competir con los otros sindicatos y en conciliar con los empleadores (en vez de bloquearlos o patotearlos), podemos recuperar 2 millones de trabajadores por año”.
En la misma línea, el autor resaltó la urgencia de recuperar el prestigio sindical y avanzar hacia un “neo sindicalismo” de la mano de la tecnología. Al respecto, enfatizó: “Hay que frenar la connivencia entre los ‘gordos’, los ‘empresaurios’ y los malos funcionarios de trabajo, asociados ilícitamente para incumplir ley de asociaciones sindicales. Ese incumplimiento de los deberes de funcionario es la principal causa de pobreza y desempleo”.
En su cierre, Peretta afirmó: “El sindicalismo que antes era revolucionario hoy es conservador. Aunque hay cada vez más desempleo, el ‘modelo’ no se toca. Ninguno de los 12 presidentes de los últimos 50 años acertó el diagnóstico del problema ni aplicó el remedio laboral correcto, ese libro ofrece ideas y herramientas concretas para el cambio”.
La publicación, de 323 páginas distribuidas en diez capítulos, aborda temas que van desde el pleno empleo y el surgimiento de los denominados “gordos” sindicales hasta la necesidad de implementar una política laboral acorde a las nuevas formas de trabajo. Cada capítulo arranca con una cita histórica que enmarca el tópico abordado y contribuye a dar contexto a las discusiones planteadas. Con “El derecho a elegir tu sindicato”, Peretta invita a un debate que, según sus impulsores, es impostergable para el futuro del trabajo en Argentina.
La Legislatura aprobó la reforma constitucional que elimina la inmunidad de arresto para funcionarios y sindicalistas. Será sometida a plebiscito el 26 de octubre.
Sí, durante más de 30 años a los jubilados les han robado. No empezó hoy el problema.
¿Cuál sí es el problema hoy? Que los que supuestamente venían a cambiar las cosas son los mismos que ocuparon cargos esos 30 años y están haciendo lo mismo.