La Edad Media se ha instalado definitivamente en el país. El feudalismo, el sistema económico que atravesó aquel tribulado período de la historia mundial, caracterizado por la perpetuación de los señores feudales en el poder de largas extensiones de tierra, pareciera haber quedado atrás en el resto del mundo. En Argentina, sin embargo, vive una renovada primavera.
A los ya conocidos ejemplos de Gildo Insfrán en Formosa, que recientemente confirmó que irá por su octavo mandato, y la familia Rodríguez Saá en San Luis, que cumplió 34 años ininterrumpidos en el poder, se le suma el extraño caso del clan Posse, que gobierna la localidad bonaerense de San Isidro desde 1958 a la fecha.
El patriarca familiar, Melchor Posse, asumió su primer mandato en el año 1958 representando a la Unión Cívica Radical Intransigente y se perpetuó en la intendencia de San Isidro hasta el año 1999, sólo interrumpido por la dictadura cívico-militar que asoló al país entre 1976 y 1983.
A regañadientes, Melchor soltó la intendencia para integrar la fórmula a la gobernación que encabezó Graciela Fernández Meijide con la tristemente célebre Alianza. Característica esencial del feudalismo, el nepotismo se hizo carne en San Isidro cuando Melchor eligió a su hijo Gustavo como candidato a intendente.
Desde entonces, Gustavo Posse se mantuvo ininterrumpidamente en la municipalidad de San Isidro durante los últimos 24 años. A pesar de los continuos reclamos de renovación por parte de las nuevas generaciones, poco o ningún lugar tuvieron los dirigentes jóvenes que buscaron transformarse en una alternativa.
Al igual que su padre, Gustavo Posse sólo se animó a dejar la intendencia para jugar a ser precandidato a vicegobernación bonaerense en Juntos por el Cambio.
Perpetuando la tradición familiar, el jefe comunal de San Isidro eligió como sucesora a su propia hija, Macarena Posse. “Voy a ser precandidata a intendente de San Isidro”, anunció la nueva figura del clan Posse. “Hoy me siento preparada para afrontar este desafío junto al equipo de gobierno que hizo y hace que San Isidro sea distinto”, aseguró en las redes sociales.
De resultar ganadora en octubre, Macarena estirará el manejo feudal de la familia en San Isidro por otros cuatro años, alcanzando así los llamativos 69 años ininterrumpidos en el poder del clan Posse. La alternancia democrática, de rodillas ante una ciudad que pareciera retrasar la historia política por varios siglos.
Fuente: REALPOLITIK