¡VUELVE ASTÉRIX! | Será en julio, con una nueva traducción rigurosamente fiel a la obra original

La editorial argentina Libros del Zorzal trabajó en nuevas versiones de la inmortal serie de historietas creada en Francia por el guionista René Goscinny y el dibujante Albert Uderzo.
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La historieta francesa más grande de todos los tiempos. Y la más global. Eso es Asterix. Y también: la saga de cómics más vendida del mundo (se habla de más de 370 millones de copias). Desde sus inicios las aventuras de estos galos irreductibles derribaron fronteras y con el tiempo su fama se extendió por el mundo. Hasta donde se sabe, ha sido traducida a 116 idiomas y dialectos (más precisamente: 87 idiomas, 29 dialectos), entre los que se incluyen afrikáans, asturiano, bengalí, carelio, esperanto, hindi, islandés, latín, letón, limbúrgico, occitano, picardo, póntico, valenciano y, por supuesto, galo.

Asterix fue creada en Francia en 1959, obra del guionista René Goscinny (1926-1977) y el dibujante Albert Uderzo (1927-2020). La acción transcurre en el 50 a. C., en la antigua Galia ocupada por los romanos y cuenta la historia de los habitantes de una pequeña aldea que resiste al invasor. Así como cada episodio de Star Wars comienza con una frase que proporciona una referencia espacio-temporal: “Hace mucho tiempo, en una galaxia lejana, muy lejana…”, cada entrega de Asterix se inicia con una misma introducción: “Estamos en el año 50 antes de Jesucristo. Toda la Galia está ocupada por los romanos… ¿Toda? ¡No! Una aldea poblada por irreductibles galos resiste, todavía y como siempre, al invasor. Y la vida no es fácil para las guarniciones de legionarios romanos en los reducidos campamentos de Babaorum, Aquarium, Laudanum y Petibonum…”.

Es que los pobladores de esta localidad cuentan con una pócima secreta que les confiere una fuerza sobrehumana, lo que les ha permitido perder el miedo y desarrollar una capacidad sorprendente para brindar tortazos. En sus filas destaca el pequeño guerrero Asterix, rubio, de bigotes poblados y casco alado, y su gran amigo Obelix, el repartidor de menhires, un gigante pelirrojo y barrigón que de niño cayó en una marmita llena de poción mágica que lo volvió endiabladamente fuerte. Los acompaña una legión de secundarios de antología. Asterix ha generado películas animadas, largometrajes con actores de carne y hueso, y hasta un parque temático. Actualmente Netflix desarrolla una nueva serie de animación.

En una época sobresaturada de estímulos y en la que se publica un libro cada 30 segundos, la historieta creada hace más de 60 años resiste ahora y siempre gracias a una peculiar y estimulante combinación de humor, acción, historia, mitología y travesías por un mundo, en la que se cruzan personajes históricos con creaciones de ficción (Julio César, Cleopatra, Sigmund Freud, Los Beatles, Sean Connery, Sherlock Holmes o Hernández y Fernández) entre esquemas recurrentes, juegos de palabras y referencias culturales y sociales a diferentes épocas y sociedades.

Tras el fallecimiento de Goscinny, su socio creativo continuó encargándose en solitario del guion y los dibujos durante 10 números. Uderzo se retiró en 2013. Entonces, aprobados por el dibujante, tomaron la posta Jean-Yves Ferri y Didier Conrad, en guion y dibujos respectivamente, con los álbumes Asterix y los pictos, El Papiro del César, Asterix y la Transitálica La hija de Vercingetorix, editado el año pasado, el último título de una colección que actualmente comprende 38 números.

A lo largo de los años, los lectores de Hispanoamérica accedieron a las odiseas galas por medio de traducciones al español que no siempre se ajustaron de manera fiel al material original, además de que presentaban algunos errores extra relacionados con la edición y la corrección de estilo. De hecho, estas versiones son materia de estudio en tesis de maestría y de Licenciatura de Traducción.

Recientemente, luego de un trabajo de años que comenzó con la negociación por la obtención de los derechos para la región, la editorial argentina Libros del Zorzal emprendió la tarea de corregir lo hecho hasta ahora, lo que significó empezar de cero, directamente del francés, cuadro a cuadro, globo a globo, siguiendo las reglas que el guionista se impuso para la creación de su mundo. Este nuevo acercamiento incluye giros, guiños y referencias más cercanas, con nombres como Vamoarribax, Elquetejedix, Agarratecatalina y Maragatos, entre otros condimentos locales.

Un equipo compuesto por traductores, editores, escritores, dibujantes y diseñadores trabajó en nuevas versiones de todas las aventuras de Asterix. Finalmente, la colección completa fue relanzada el 12 de mayo en Argentina, donde están disponibles los números del 1 al 9, junto con el último, La hija de Vercingétorix, centrada en Adrenalina, la (ficticia) hija del legendario (y real) jefe galo, quien tras ser perseguida por los romanos encuentra refugio en la aldea de los irreductibles.

El plan es editar cuatro números más en julio, cuatro más en agosto, y así hasta fin de año. En Uruguay, en cambio, llegarán 28 números todos juntos, como tortazos de Obelix. En rigor son los primeros 27 números más La hija de Vercingétorix. Estas gemas arribarán junto con los primeros 11 de Lucky Luke y ocho de Iznogud, acaso una historieta menos conocida de Goscinny pero igualmente imaginativa y criminalmente divertida.

Lo que sigue es una síntesis de una conversación con Leopoldo Kulesz, director de Libros del Zorzal, y parte de la legión que se embarcó en la traducción (no solo de Asterix, también de otras dos obras de Goscinny como guionista): el escritor Roberto Gárriz, el dibujante, investigador y divulgador especializado en historietas infantiles César da Col, el diseñador Osvaldo Gallese y la correctora de estilo Carolina Uribe, “engranajes fundamentales en esta locura”, dice Kulesz. Una locura que busca conectar con aquello que Goscinny y Uderzo lograron por medio de la historieta: crear una fuente ilimitada de diversión, asombro y fascinación.

LAS REGLAS DE GOSCINNY:  Kulesz es doctor en Matemáticas, y junto con su hermano Octavio fundó Libros del Zorzal en 2000, sello a través del cual ha editado narrativa, ensayo, poesía, teatro e historietas. El catálogo de Del Zorzal incluye a Bourdieu, Chomsky y Lévi-Strauss, Primo Levi, Boris Vian, George Bataille y Jean Cocteau, Lou Andreas-Salomé, María Esther Gilio e Inés Arteta, entre otros nombres, además del propio Goscinny, también presente a través del libro Del Panteón a Buenos Aires, una colección de crónicas con ilustraciones de algunos de los más grandes dibujantes europeos.

En cuanto a la traducción de Asterix, el trabajo se hizo de cero, principalmente porque Hachette, la editorial que maneja los derechos, lo estableció como condición. “Se comenta que esta traducción es rioplatense. De ninguna manera. Esta es una versión que se pretende fiel a la original”, asegura Kulesz, quien reconoce guardar “un enorme cariño” a la edición anterior más allá de las fallas. “Esta traducción fue auditada por un externo que todavía hoy no conocemos ni nosotros ni ellos. El veredicto final de la auditoría es que no parece una traducción sino un original. Fue el trabajo de meses y meses de mucha gente a lo largo de más de un año”.

Hasta ahora se han puesto 446 nombres de personajes y hay 21 guiños a los cinco países donde será distribuida la historieta (Argentina, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay). “Entre las maneras de ser fiel a Goscinny está la de respetar las reglas para poner nombres. Cuando un galo termina con ix, Goscinny no se permite cualquier cosa. Son palabras o juegos de palabras que terminan fonéticamente en la i: ique, isque, que en español son ico, ica, isco, ismo”.

Un ejemplo. “Edadepiedrix, tal como aparece en la traducción española, no funciona. Edad de Piedra termina con a. Entonces lo cambiamos. Le pusimos Geriatrix, que viene de geriátrico”. En la edición original se llama Agecanonix, del francés age canonique (“edad canónica”), y en algunas traducciones al español apareció como Vegestorix, que tampoco respeta los criterios de Goscinny para la nomenclatura.

“No me peguen, soy romano”. “Lo que me pasó como lector fanático de Asterix desde siempre es que, ya de grande, cuando leí el original, me impresionó constatar que era todavía muchísimo mejor de lo que había leído de chico, que me había encantado y me había hecho feliz”, cuenta Kulesz, que en 2018 fue nombrado Chevalier de l´ordre des arts et des lettres por el Ministerio de Cultura de Francia.

“Cuando uno lo ve con lupa, lo razonable es hacer la traducción de nuevo. Pero es imposible, o no es aconsejable, que una sola persona haga la traducción de Asterix. Hacen falta muchas ideas diversas. La cabeza de Goscinny era única, no se la reemplaza con una sola persona. Así que hice la primera traducción en Excel, a un ritmo lento pero sostenido, y cuando aparecían dificultades que atentaban contra ese ritmo, las dejaba marcadas en rojo. (Calculo que entre cada álbum habría entre 10 y 15 rojos que quedaban pendientes.) Después pasó la etapa de revisión de un equipo de entre 12 y 14 personas (entre las que se encuentran la traductora Agustina Blanco, el editor Federico Juega Sicardi, el documentalista argentino Andrés Jarach, el filósofo Octavio Kulesz, y Matías Attwell, licenciado en Letras y profundo conocedor de civilización grecorromana, además de Cipolla, Gallese, Gárriz y Uribe). Arrancamos a revisar globito por globito, desde erratas mías hasta mejoras secundarias. Y, por supuesto, nos abocamos a la parte difícil: los juegos de palabras. Cada juego de palabra fue traducido en un juego de palabra. Y eso fue una aventura que ya terminó pero que parecía infinita. Hay juegos de palabras que tienen una traducción más o menos inmediata y hay otros que son o parecen imposibles y pasamos dos semanas seguidas trabajando en él”.

En esta nueva versión, no solamente cada juego de palabras se traduce en un juego de palabras: “Hay momentos donde el original no tiene juego de palabras y nuestra traducción sí”, confiesa Kulesz. Y es que lo que puede parecer una traición es en realidad una muestra de fidelidad al trabajo y a la forma de crear de Goscinny. “Además, estuvimos alentados por Hachette a poner guiños locales a los países donde va a estar distribuida esta colección”, agrega.

Kulesz asegura que con este tipo de acciones, siendo fieles y sin cambiar el sentido original, le agregaron un condimento a la historia. “Intentamos que los juegos de palabras sean universales. Hay veces que se nos ocurre un juego de palabras que es mejor que el universal y tiene algún condimento local y ahí soy de la idea de que si es mejor hay que hacer el mejor. El reflejo es decir: ‘Dejamos afuera al lector chileno’, ponele. Eso, para mí, es una falacia. Cuando yo hago un juicio de valor no lo hago en general, lo hago en relación con ser fiel a Goscinny. Todos los que somos lectores de Asterix nos damos cuenta de que hay guiños, referencias y palabras que no entendemos a los ocho años pero sí a los 18 o los 24. Hay palabras que aprendí leyendo Asterix. Por ejemplo, que un olor podía ser “nauseabundo” o una comida “frugal”. A los ocho años no sabía lo que era nauseabundo ni frugal pero no me importaba, porque todo Asterix era una promesa de diversión inmediata y también una promesa de entender cosas copadas más adelante. Por eso, lo que uno no entiende con Asterix sabe que igual tiene un sentido, sabe que está bueno. Es una promesa para entender algo que nos va a divertir después. Entonces, siendo fieles a Goscinny, si se nos ocurre algo superador que implica algún localismo, no nos importa: es la manera de respetar a los lectores que tenía Goscinny. Respetar a un niño no es decir ‘olor feo’ en lugar de ‘olor nauseabundo'”.


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“El Islam es la peor peste que le ha ocurrido a la humanidad” | La advertencia del jesuita que unió ciencia y fe para denunciar la decadencia de Occidente

El sacerdote jesuita Manuel María Carreira fue un hombre de ciencia, pero también un provocador en el mejor sentido de la palabra. Doctor en Astrofísica por la Universidad de Georgetown, miembro durante quince años del Observatorio Vaticano y asesor de la NASA, dedicó su vida a demostrar que fe y razón no eran caminos opuestos. 

En una entrevista concedida en 2016 al diario El Español, sus palabras sacudieron al mundo religioso y académico: “El Islam es la peor peste que le ha ocurrido a la humanidad en los últimos dos mil años”.

Lo decía sin cálculo ni deseo de escándalo. Su tono era el de quien reflexiona más que el de quien acusa. En esa conversación explicó que su juicio nacía de la observación histórica y cultural: El islam “es totalmente incapaz de establecerse dentro del mundo con respeto a los derechos humanos. O acepta uno su modo de pensar o es un infiel y hay que asesinarlo. Eso es lo que se traduce del modo de actuar, como mínimo, de una porción importante de quienes aceptan el islam.” 

Su crítica, más que religiosa, era civilizatoria. Apuntaba a la imposibilidad de integrar una cosmovisión teocrática con las libertades individuales que Occidente había conquistado tras siglos de conflictos y revoluciones.

– Manuel María Carreira, “el científico con sotana”

Carreira hablaba como filósofo y científico, pero también como hombre de fe que veía con alarma el proceso de secularización europea: “Nuestra ética es de base cristiana y el Estado debe tener en cuenta esos principios. Hoy se están borrando las raíces espirituales que dieron sentido a la civilización occidental”. No era una defensa clerical de la Iglesia, sino una advertencia sobre el vaciamiento moral que acompaña a las sociedades sin referencias trascendentes.

Ese diagnóstico se volvió profético. Casi una década después, Europa vive una crisis de identidad que Carreira anticipó con claridad. Según el informe TE-SAT 2024 de Europol, en 2023 se registraron 120 incidentes terroristas dentro de la Unión Europea, de los cuales 98 fueron ataques completados, 9 fracasaron y 13 fueron abortados. Francia, Bélgica y Alemania se mantienen entre los países más afectados por intentos de radicalización yihadista. En paralelo, las tensiones por la inmigración, el debate sobre los límites de la libertad religiosa y la creciente polarización política han erosionado el consenso sobre qué valores sostienen a Europa.

Carreira consideraba que esa pérdida de convicciones era más peligrosa que cualquier fanatismo. “No podemos convertir la fe en elemento político —decía—, pero tampoco pretender que la moral pública flote en el aire, sin raíces. Cuando una civilización deja de creer en algo, deja de defenderse”. Su visión coincidía con la de Benedicto XVI, quien había advertido que “una razón desvinculada de la fe termina devorándose a sí misma”.

Su pensamiento incomodó tanto a progresistas como a conservadores. Defendía la secularización “en la medida en que el Estado no imponga una creencia”, pero rechazaba el laicismo militante que reduce la religión a superstición. Sostenía que “la tradición española —y europea— es cristiana, y negarlo es negar la historia”. También se mostraba crítico con ciertas prácticas islámicas cuando contradecían la igualdad ante la ley: “Si un musulmán quiere tener varias esposas, el Estado debe intervenir, porque tendría consecuencias sociales no aceptables.”

Para Carreira, el islam no era una religión en el sentido teológico que él comprendía desde la filosofía cristiana. “Nació como un cristianismo descafeinado”, explicó en la entrevista. “Quitaban lo que no entendían: la Trinidad, la Encarnación. Hicieron un cristianismo reducido a lo mínimo, pero siempre con el deseo de apartar la idolatría. No tienen una teología propia, sino un modo de pensar elemental que les sirve para andar por casa.” No había en sus palabras odio, sino la convicción —discutible, pero intelectualmente honesta— de que el islam no había producido un modelo de sociedad compatible con la libertad moderna.

Su análisis resuena hoy no solo en Europa. En la Argentina, aun sin conflictos religiosos de aquella magnitud, la secularización avanza de modo sostenido. Según la Segunda Encuesta Nacional sobre Creencias y Actitudes Religiosas en Argentina (CONICET–UNC, 2023), la proporción de personas que se declara “sin religión” pasó del 11,3% en 2008 al 21,8% en 2023, prácticamente el doble en quince años. Más que un dato demográfico, ese desplazamiento expresa un vaciamiento simbólico: la pérdida de referencias morales compartidas, la sustitución de la trascendencia por el consumo y el debilitamiento del vínculo con las instituciones tradicionales

Carreira veía en ese vacío una amenaza mayor que cualquier enemigo externo. Decía que “una sociedad sin sentido trascendente se vuelve incapaz de distinguir el bien del mal”. No se trataba de imponer dogmas, sino de preservar la conciencia de que la libertad necesita un fundamento ético. Su crítica al islam, en el fondo, era una advertencia sobre nosotros mismos: sobre lo que ocurre cuando una cultura deja de creer en algo y entrega su destino al relativismo.

Murió en 2020, convencido de que Europa había comenzado su decadencia espiritual. Sus palabras, reavivadas en redes sociales, vuelven a dividir aguas. Algunos lo consideran un pensador lúcido que vio venir el choque cultural entre Occidente y Oriente; otros, un polemista que traspasó la línea del respeto. Pero su diagnóstico persiste con inquietante actualidad: el conflicto no es solo entre religiones, sino entre una fe que se impone y otra que se disuelve.

María Corina Machado ganó el Nobel de la Paz por su “figura de unidad” en Venezuela

El Comité Noruego del Nobel anunció que María Corina Machado ha sido galardonada con el Premio Nobel de la Paz por “su incansable labor en la promoción de los derechos democráticos del pueblo venezolano y por su lucha por lograr una transición justa y pacífica de la dictadura a la democracia”.

El Comité Nobel destacó que Machado se ha erigido como “líder de las fuerzas democráticas en Venezuela” y “una figura de unidad en una oposición política que antes estaba dividida”. En las primarias opositoras de octubre de 2023, obtuvo una victoria abrumadora con el 92,35% de los votos, consolidándose como la candidata predilecta.

Sin embargo, fue inhabilitada por el régimen de Nicolás Maduro para participar en las elecciones presidenciales de julio de 2024. Esta inhabilitación fue ampliamente condenada por organismos internacionales como la Organización de Estados Americanos, la Unión Europea y Human Rights Watch. En un gesto de sacrificio político, Machado cedió su lugar al diplomático Edmundo González Urrutia como autoridad de la oposición.

The Nobel Prize on X (formerly Twitter): “BREAKING NEWSThe Norwegian Nobel Committee has decided to award the 2025 #NobelPeacePrize to Maria Corina Machado for her tireless work promoting democratic rights for the people of Venezuela and for her struggle to achieve a just and peaceful transition from dictatorship to… pic.twitter.com/Zgth8KNJk9 / X”

BREAKING NEWSThe Norwegian Nobel Committee has decided to award the 2025 #NobelPeacePrize to Maria Corina Machado for her tireless work promoting democratic rights for the people of Venezuela and for her struggle to achieve a just and peaceful transition from dictatorship to… pic.twitter.com/Zgth8KNJk9

Machado se convierte así en la segunda venezolana en ganar un Premio Nobel, después del inmunólogo Baruj Benacerraf, quien ganó el Nobel de Fisiología o Medicina en 1980. Aun así, es la primera venezolana en ganar el Nobel de la Paz y representa un reconocimiento histórico a la lucha democrática en América Latina.

Antes del Nobel, Machado ya había recibido reconocimiento internacional por su valentía y liderazgo democrático. En septiembre de 2024, el Consejo de Europa le otorgó el prestigioso Premio Václav Havel de Derechos Humanos, convirtiéndose en la primera latinoamericana en recibir este galardón. Su hija Ana tuvo que recoger el premio en su nombre en Estrasburgo, ya que Machado se encuentra bajo amenaza constante en Venezuela.

“La verdad persiste hasta prevalecer”, declaró Machado, tras recibir la condecoración.

Las elecciones presidenciales venezolanas del 28 de julio de 2024 se convirtieron en un momento definitorio para la democracia venezolana. A pesar de estar inhabilitada, el liderazgo de Machado fue clave para que la oposición obtuviera casi dos tercios de los votos, según múltiples evidencias y análisis independientes.

María Corina Machado Parisca, nacida el 7 de octubre de 1967 en Caracas, es una ingeniera industrial, política y activista venezolana que se ha convertido en el rostro más visible de la oposición democrática al régimen de Maduro. Es fundadora y coordinadora nacional del movimiento político Vente Venezuela y cofundadora de la organización civil Súmate, dedicada a la defensa de los derechos electorales.

Su trayectoria política comenzó hace más de dos décadas cuando, en 2002, cofundó Súmate, una ONG enfocada en promover la transparencia electoral y la participación ciudadana. Esta organización jugó un papel crucial durante el referendo revocatorio de 2004 contra Hugo Chávez, donde colaboraron en la recolección de cerca de 4 millones de firmas.

En 2010, Machado fue elegida diputada de la Asamblea Nacional por el estado Miranda con la mayor votación individual a nivel nacional. No obstante, en 2014 perdió su investidura parlamentaria tras aceptar un cargo como representante alterna de Panamá ante la Organización de Estados Americanos, lo que las autoridades venezolanas interpretaron como una violación constitucional.

El régimen de Maduro anunció su victoria sin presentar las actas electorales que lo comprobaran, desatando el repudio de gran parte de la comunidad internacional. La oposición, liderada por González Urrutia como presidente electo y con Machado como figura estratégica, publicó copias de las actas oficiales de la mayoría de los centros de votación, demostrando una victoria aplastante de la oposición.

El Centro Carter, observador internacional de las elecciones, no pudo verificar los resultados del Consejo Nacional Electoral y declaró que las elecciones no cumplían con los estándares democráticos internacionales. Múltiples análisis mediáticos encontraron que los resultados oficiales eran estadísticamente improbables y carecían de credibilidad.

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