Lo que se jugó no fue solamente un encuentro deportivo, se encontraron dos países que aún se sienten mutuo remordimiento por el pasado colonial. Para los que no saben, Marruecos fue una colonia francesa desde 1907 a 1956, año donde el país africano se pudo independizar, pero cobrándose la vida de 100.000 marroquís durante el proceso.
Pero estas heridas pasadas nunca han cerrado, y los motivos son tres. En primer lugar, hay que tener en cuenta que muchas familias marroquíes vivieron en carne propia los efectos devastadores ocasionados por las tropas francesas, estos soldados llegaron al punto de tirar gases tóxicos a poblaciones civiles.
El otro motivo por el cual el conflicto sigue latente, es la negación por parte de Francia de todo lo ocasionado a Marruecos. De esta forma, ni este gobierno de Emmanuel Macron, ni los anteriores, pidieron disculpas públicamente, como si hicieron algunos mandatarios de ciertos países europeos.
Del tercer y último motivo es principal artífice Macron, ya que, de manera unilateral, redujo la cantidad de visados que otorgaba a ciudadanos marroquíes para que visiten a sus familiares en Europa. Si tenemos en cuenta que viven un millón de personas de origen marroquí en Francia, esto es algo negativo para muchas familias que no se pueden reencontrar.
Es por ello que, tras la derrota de Marruecos, estallaron en Francia múltiples manifestaciones encarnadas por marroquíes. Entre los disturbios se prendieron fuego autos, hubo atropellos, hechos de violencia física y hasta se llegó a ver como la policía parisina recibía disparos de pirotecnia.
La realidad es que cuando parecía que el futbol no quería meterse con la política, la política se mete con el futbol. Por lo que uno sabiendo el contexto histórico, puede saber que estas protestas no son hechos aislados, sino que tienen un contexto histórico de varios años de antigüedad.