Desde su asunción, el Presidente no ha tenido momentos felices. Para la militancia, defender a la gestión se hace imposible; el Frente de Todos está marcado por una fuerte división; y para la oposición el apuntar hacia la figura del mandatario ya es repetitivo y hasta aburrido.
Con el correr de los meses, tanto Alberto como el cristinismo más duro, se dieron cuente que el sillón de Rivadavia le quedaba grande al exjefe de Gabinete de Néstor Kirchner.
Ya es de público conocimiento que la figura del mandatario no es la misma que la del 2019: Mal vestido, hinchado, ojeroso, con una voz cansada y agitada, y con una mente completamente ida (no hay discurso donde Alberto no tartamudeé buscando palabra o divague en frases que no llegan a ningún lado). Por lo general, lo salva algún ministro cuando empieza a hacer agua en sus discursos.
LA SENSACIÓN EN EL ENTORNO FAMILIAR DE ALBERTO
El círculo íntimo que rodea al mandatario directamente no lo soporta y se espanta por las actitudes que tiene el jefe de Estado. Actitudes que son un vox populi, no publicado en los medios, de la rosca política argentina.
No hay funcionario del Gobierno o alta figura de la oposición, que en una reunión o en un café, no comente el grave estado de salud del Presidente de la República.
Altas fuentes de Casa Militar declararon a este portal: “Notamos que el Presidente está en su peor momento. Alguien tendría que hacer sonar las alarmas de esta situación”. Frente a la insistencia de Data24.com.ar la fuente declaró “está haciendo uso y abuso del alcohol. En reiteradas oportunidades, la seguridad tuvo que ayudarlo a incorporarse. Se volvió un alcohólico perdido. Es por eso que la sociedad lo ve con una cara completamente demacrada. La mayoría del tiempo está borracho. Alguien tiene que hacerse cargo de lo que le pasa”.
Estas fuertes declaraciones de quienes lo custodian, coinciden con las de varias figuras importantes de la oposición. Al ser consultadas por este tema, una de ellas declaró: “Sí. Vive borracho. Se volvió un alcohólico. Esto lo sabe Cristina, sus funcionarios y nosotros. Todo el mundo, que se hagan los boludos es otra cosa”.
EN CAMAS SEPARADAS
La fuente militar consultada insistió que el círculo que rodea al mandatario está “preocupado”: El Presidente “no descansa bien” duerme poco “está con el teléfono hasta muy tarde. Es muy fácil de corroborar: Fijarse la ‘última vez’ en Telegram, te tira que se desconectó a las 4:00 AM, por ejemplo”.
¿Qué hace el presidente hasta esas horas con el teléfono? “¡Está obsesionado con lo que los medios dicen de él! Una vez que llega a Olivos se dedica exclusivamente a revisar las páginas políticas para ver qué dicen de él y así son todas sus madrugadas”.
La situación sigue empeorando, según confirmó la misma fuente, Alberto y su concubina no estarían compartiendo la cama matrimonial. “Ellos no duermen juntos. Fabiola tiene su propia habitación y él otra. Ya casi ni cruzan palabras. Tengo entendido que no puede dormir solo”.
¿ELECCIONES ANTICIPADAS?
El evidente y penoso momento que atraviesa la figura política más importante del país tiene muchas explicaciones. Los fracasos a nivel económico y político, el imparable descontento social, el abrumador peso totalitario de Cristina Kirchner. A lo anterior, se le suman las voces de los pasillos de Olivos y la Rosada: “Adelantarían las elecciones. Es algo que no puedo confirmarte, pero sí es verdad que se piensa”.
Ya son varios los medios que publican el (por ahora) rumor del adelantamiento de las elecciones de 2023, tanto para Nación como para provincia de Buenos Aires. La realidad actual para el kirchnerismo no puede ser peor. Kicillof destruido en PBA, sin mayoría en el Senado. Peleado con Máximo Kirchner, y con un Martín Insaurralde que actualmente tiene más poder que él. “Los intendentes en provincia ya no hablan con Kicillof, está desdibujado del mapa político”.
Por otro lado, un Alberto Fernández, que pasa su peor momento político y personal. El mencionado rumor del adelantamiento electoral sería un respiro para el actual mandatario, pero que se convertiría en una tragedia para su jefa política, Cristina Kirchner. Adelantar las elecciones implicaría que una CFK ultraprocesada, esté casi 8 meses sin fueros.
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