La periodista correntina Griselda Blanco (44) fue hallada sin vida en su casa de la ciudad de Curuzú Cuatiá, Corrientes, este sábado por la tarde. Inicialmente trascendió que se trataba de un suicidio, luego tras algunas horas de inspeccionar la residencia, los detectives confirmaron que la víctima fue golpeada y había rastros de sangre en el piso, por ello en las últimas horas la causa fue re-caratulada y se investigará como homicidio.
Asimismo, los investigadores ampliaron que no descartan que Griselda haya sido torturada antes de ser colgada de una soga para simular un suicidio. Por el momento el único sospechoso es su ex pareja.



Fuentes consultadas por el medio Télam indicaron que, si bien no se descartan ninguna de las hipotesis para el móvil del crimen, todos los indicios apuntan a que fue un homicidio, por lo que el expediente quedó caratulado así hasta establecer el vínculo exacto entre la víctima y el detenido.
En la vivienda de Blanco también “se hallaron pelos en las manos de la víctima, que podrían ser señales de que intentó defense del ataque”, detalló un allegado al caso.



Tras el hallazgo, el cuerpo de la periodista fue trasladado a Corrientes capital con el fin de realizar una autopsia y las pericias correspondientes.
Sobre los motivos del presunto asesinato, medios de la provincia que trabajaban junto a Blanco señalaron que estaba recibiendo fuertes amenazas, incluso que “tenía roces con las autoridades policiales de la ciudad”. Por su parte Lautaro, uno de sus hijos, aseguró en sus redes sociales que su madre no se suicidó y que su asesinato fue un mensaje en contra de su trabajo como periodista.
“Nuestra madre no se suicidó, a nuestra madre la mataron. Ella decía verdades que nadie se animaba a decir. La querían ver callada y no pudieron“, inicia el breve descargo en redes. Y sigue: “Hoy fue nuestra madre, mañana puede ser cualquier persona de esta ciudad. Todo va a salir a la luz”. “Pedimos justicia porque es lo que ella hubiese querido y se lo merece”, concluye.