*Por: Alfonso Recasens
¿Por qué estilo zarigüeya? Porque 19 horas se la pasan en estado de sueño. En la calle son torpes y lentos, y gran parte del tiempo, ya sea dormidos o despiertos, lo pasan en un “árbol”.
¿QUÉ ES SER LIBERAL?
Apostar a la sagrada libertad de la persona. Es seguir aquella filosofía que promueve y defiende la libertad individual, la iniciativa privada y limita la intervención estatal y de los poderes público en la vida social, económica y cultural.
En nuestros días, según el país podemos encontrar que “liberal” y “liberalismo” son cosas distintas y a veces contradictorias. Alrededor del mundo, la extrema derecha y el neofascismo han contribuido a desprestigiar dichas ideas.
La palabra “liberal”, significa muchas cosas, quizá demasiadas. Y por ahora solo me he referido a España: en Estados Unidos, significa “muy de izquierdas”; en Francia, “bastante de derechas”; en Reino Unido, “progresista pero no tanto, partidario del libre mercado, pero con matices”, y así podríamos seguir. – Ramón González Férriz
La estrategia comunicativa de los espacios liberales suele ser unidireccional. El contenido compartido se postea en redes sociales propias y se espera la participación proactiva de los usuarios. Sólo acceden los liberales ya familiarizados y previamente influenciados por la dialéctica liberal/libertaria. Resulta complicado impactar en usuarios ajenos a las ideas liberales, y no es que se está limitado de temas, disponen de una gran variedad temática, se puede llegar a influir en audiencias ajenas al pensamiento. Pero de esa forma está limitada la expansión ideológica y el reclutamiento, ¿Por qué?
¿CUÁL ES EL OBJETIVO DE LA COMUNICACIÓN?
Se ha demostrado eficacia para los intereses de grupos que son “anti k”, “antipopulismo”, que ven al socialismo como una amenaza en el corto y largo plazo para las instituciones y la democracia. Algunos piensan que Argentina tiene su tiempo contado y que tal vez nuestros hijos no vivirán en esta tierra corrompida.
Hay una posible estrategia de comunicación que sirva como solución:
- Detectar las vulnerabilidades sociales y políticas de estado fraudulentas
- Crear una narrativa de construcción nacional: No centrarse sólo en mensajes liberales, hay que explotar las vulnerabilidades detectadas. Ofrecer una alternativa política real, demostrar que canalizamos y movilizamos ciudadanos molestos/desencantados por la mala política. Construir un mensaje que explique la capacidad de gobernar y de gestionar los servicios públicos.
- Distribuir el mensaje en diversos formatos para que pueda impactar en nuevas audiencias.
- Crear una red de medios propia: Trabajar de forma coordinada, que permita difundir de manera directa y segmentada sus mensajes.
- Automatización de redes sociales: impactar en audiencias potenciales, sin tener que esperar que accedan de manera proactiva.
Algunos errores de la comunicación liberal tienen que ver con la nula eficacia de lo que se hace. Se hace bien, pero no lo suficiente para influir. El purismo es un gran problema. Están constantemente con el liberalomentro, midiendo quién es más o menos liberal y pregonando la existencia de un solo partido puramente liberal, y tal vez no sería el camino correcto. Pensemos… sería un gran logro que todos los partidos asuman partes del ideario liberal. Lo cual está diagramado: la influencia del liberalismo es cada vez más grande.
Hay que apostar por una revalorización del liberalismo, deconstruyendo el término que habita en la mente de cada individuo.
Comenzando por explicar “liberalismo” con liberalismo, cortar con el eterno debate interno entre el anarcocapitalismo y el minarquismo. Hay que aportar valor, generar redes de difusión y armado no sólo partidario, sino apartidario pero que de manera indirecta lleve al espacio político.
Muy pocos son los espacios políticos liberales/libertarios han formando a sus comunicadores, se da en muchos casos que influencer participan en canales de aquellos que están comenzando, esto le da al pequeño comunicador un impulso para luego poder influir a otras personas. Son pocos y deben unirse, tienen un enemigo en común, este ha convencido a gran parte de la sociedad que el Estado es un amigo que te va a dar todo aquello que no logres conseguir por propio esfuerzo; cuando el esfuerzo individual y colectivo es imprescindible para el crecimiento y progreso social. El desafío como liberales está en hacerle ver al ciudadano aún no identificado con nuestras ideas que ellos pueden desarrollarse sin depender directamente del Estado, “el hombre, el individuo, siempre ha sido, y necesariamente es, la única fuente y fuerza motora de la evolución y el progreso. La civilización ha sido una continua lucha de individuos o grupos de individuos en contra del Estado[…]” (Emma Goldman, Individuo, sociedad y Estado).
Lo positivo, es que hay diferentes actores liberales/libertarios que están poniendo el pecho, están influyendo en la juventud. Es increíble que en Argentina se haya dado el boom de las ideas liberales, que movilizó principalmente a los jóvenes. Esto fue por el esfuerzo de think tanks locales y el apoyo de think tanks extranjeras porque el gobierno adopte medidas liberales, poder instalarse en la agenda no es algo sencillo, y es donde aparecen personalidades como Javier Milei, José Luis Espert, Manuel Adorni, Iván Carrino, Roberto Cachanosky, entre otros. Todo esto es lo genial, al liberalismo se lo encuentra en los lugares menos pensados. En un sentido amplio, es la ideología ganadora de nuestro tiempo, es muy posible que personas compartan las ideas liberales… pero no lo saben.
El movimiento se está dando de manera muy pausada, sólo le falta tomar riesgos. Sigue sin involucrarse en la batalla que se da en la calle.
Aún no se ha demostrado que los espacios liberales tienen la capacidad de gobernar, para el ciudadano común sólo son un grupo de extremistas, un conjunto de ajustadores. Los más jóvenes perciben a los espacios liberales como aquellos que dicen “la posta”. Se vende un modelo de país donde el Estado no agobie al ciudadano, que esté limitado, controlado. Se centran en darle más importancia al individuo, aunque el mensaje no es del todo claro: la gente no sabe qué proponen.
Hay que actuar como si se estuviese en campaña permanente, como si todos lo días fuese próximos a elecciones. Generando noticias positivas, estamos y entendemos al vecino que por lo general mantiene sus pies sobre la tierra. Ellos quieren mejoras concretas para sus vidas diarias. Hay que saber identificar los puntos fundamentales más importantes, aquellos puntos “más jugosos” y dedicarse a éstos. Llevando adelante una política agresiva para hacerse notar.
Lo único peor en política que estar errado, es ser aburrido.
Muchos dirigentes creen que deben ser “creativos”, quieren sorprender al ciudadano con nuevos mensajes y temas. A veces se aburren tanto de repetir sus propios mensajes que le introducen variaciones. Haciendo esto confunden a sus electores y degradan su perfil. (Friedrich Naumann Stiftung).
¿Cuándo un espacio político alcanza el propósito? Cuando todo el público comienza a repetir su mensaje como en estado de trance. Gana aquel que sabe presentar su mensaje con voz clara y en una frase.
Tal vez suene fuerte, pero “el odio es un motivador más poderoso que el amor” (Roger Stone Jr.). A día de hoy, los usuarios en redes sociales ven al gobierno de Alberto Fernández con mucho rechazo, repudian el aislamiento obligatorio y el control que intenta tener sobre la vida de los ciudadanos, la ausencia de un plan económico, repudian a los medios de comunicación nacional y su intento de manipular mediante la repetición de mensaje.
Es una oportunidad para los liberales, echar un vistazo al pasado y buscar aquella esencia que ha perdido el país, demostrar que pueden recuperar aquella Argentina que asombró al mundo alguna vez.