La vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner reapareció por segunda vez desde el intento de magnicidio este pasado jueves, donde los desafíos de cara al 2023 y las falencias de la coalición gobernante fueron los ejes del discurso. Sin Alberto Fernández y bajo el slogan “la fuerza de la esperanza”, el conjunto del kirchnerismo duro, las organizaciones sociales y el sindicalismo afín buscó desdoblarse una vez más del Ejecutivo en medio de la cruda interna oficialista.
Pese a que CFK brindó un mensaje de unidad, dentro del Frente de Todos (FdT) nadie se preocupó por esconder sus diferencias. Fue el caso del intendente Fernando Gray (Esteban Echeverría), quién confirmó su ausencia un día antes con un video en donde afirmaba que “un acto más no va a cambiarle la vida a nadie” y que “no es momento de parar para celebrar nada”.


De este modo el enemigo de Máximo Kirchner, actual presidente del Partido Justicialista (PJ) bonaerense, se sumó a la lista de funcionarios y referentes ausentes en el evento. En esta línea, a poco de ingresar al estadio, La Cámpora desplegó una mega bandera con la leyenda “Era tan diferentes cuando estabas tú”.
La agrupación fue, desde el inicio, una de las primeras en mostrar sus disconformidades con la gestión de Alberto Fernandez y dificultades para congeniar con otras fuerzas políticas. Con el arribo de Sergio Massa, La Cámpora vio amenazada su hegemonía dentro del Gobierno. Aún sin nada claro sobre la candidatura o no de CFK, eligió encolumnarse detrás de ella y dar una demostración de fuerza.



“Nosotros constituimos esta fuerza, lo convocamos a Alberto y ganamos las elecciones, tampoco es que él se va a llevar la gestión a la mesita de luz, eso sería incorrecto. El Gobierno es nuestro“, había dicho semanas atrás el ministro de Desarrollo de la Comunidad, Andrés “El Cuervo” Larroque, dejando al descubierto las diferencias dentro del oficialismo.