Todavía siguen en shock. “Lo de Cristina Fernández de Kirchner es una bomba neutrónica, todavía no se alcanza a ver el impacto real”, explica un dirigente del Partido Justicialista (PJ) bonaerense que cenó con la vicepresidente hace escasos días y que se confiesa desconcertado, inquieto y preocupado, en ese orden. Lo blanqueó, descarnado y algo exagerado, el intendente Mario Secco, de los más leales a la ex Presidente: “Si ella no es candidata, estamos al horno”.
La decisión de la vicepresidente de no ser “candidata a nada” el año próximo, que anunció el pasado martes un rato después de la condena del Tribunal Oral Federal 2 en el final del denominado juicio por Vialidad, abrió un nuevo escenario, incierto, en el Frente de Todos. Que una docena de gobernadores del PJ y la cúpula de la CGT buscaron empezar a reencausar este lunes en la reunión del CFI, para tratar de “reorganizar al peronismo”, y cuyo próximo capítulo se traslada ahora al Justicialismo bonaerense, en el corazón del Gran Buenos Aires, el bastión principal del voto K.
En ese contexto de incertidumbre, la lupa se posa ahora en los intendentes del Conurbano y en el gobernador Axel Kicillof, que quiere la reelección y que es consciente de las versiones internas, cada vez más potentes e intencionadas, que lo posicionan como un posible postulante nacional, a pesar de su resistencia.
“Axel es hoy es el que tiene más posibilidades”, lo desafían al gobernador desde el seno del PJ provincial que lidera Máximo Kirchner, el jefe de La Cámpora que sabía de antemano de la decisión de su madre si es que finalmente, como sucedió, el Poder Judicial condenaba a la ex presidente y la inhabilitaba al ejercicio perpetuo de la función pública.
Tras el encuentro de la cúpula de la central obrera que quiere desafiar la conducción de CFK y los gobernadores peronistas, surgió la posibilidad de una próxima reunión entre los intendentes del Gran Buenos Aires y los jefes provinciales para la semana próxima. Existieron incluso versiones de una cena este lunes por la noche que nadie convalidó. “Va a ser la semana próxima”, confiaron a este diario desde el conurbano sin mayores precisiones.
Lo cierto es que la propia Cristina Kirchner había sugerido una cumbre de ese calibre en el asado que compartió la noche del 17 de noviembre tras el acto en el estadio Único Diego Armando Maradona, la noche de su reaparición multitudinaria tras el intento de asesinato del pasado 1 de septiembre. “Esa mesa política que Alberto (Fernández) no quiere hacer, háganla”, transmitió la ex Presidenta en la residencia platense ante el anfitrión Kicillof, una veintena de intendentes y dirigentes, muchos de ellos de La Cámpora.
Se habló, en ese sentido, de la posibilidad de organizar un encuentro patrocinado por la Federación Argentina de Municipios (FAM), que conduce en los papeles Fernando Espinoza, con jefes municipales y provinciales. Hasta este martes, no había mayores detalles. Pero había surgido el rumor de que los gobernadores y los intendentes podían llegar a confluir detrás de una postulación del ministro del Interior, que trabó con las provincias una relación frecuente. Es, todavía, demasiado pronto.
En el centro de esas versiones está Kicillof. También Martín Insaurralde, el poderoso jefe de Gabinete bonaerense que tiene agenda propia, que lidera a un grupo de los intendentes del conurbano, que mantiene su sociedad con el jefe de La Cámpora y que tiene línea directa con la ex Presidenta.
La renuncia anticipada de la vicepresidente volvió a darle aire al intendente de Lomas de Zamora en uso de licencia en su objetivo, el único, de buscar la Gobernación bonaerense. Este martes, circuló, por caso, que había hablado con Cristina Kirchner y con su hijo sobre la opción de presentarse a una interna con el gobernador, una información que desconocieron en el seno del peronismo provincial.
Ese hipotético escenario esconde una sola pretensión puertas adentro del Frente de Todos provincial: la de forzar a Kicillof a presentarse como candidato nacional. Con el argumento de que es el postulante que “más absorbe” los votos de la ex presidente. En La Plata no quieren saber nada. El vínculo entre Kicillof e Insaurralde navega, por momentos, por las aguas de la zozobra.
Este jueves, por lo pronto, el gobernador podría tener aprobado por los diputados y los senadores bonaerenses el Presupuesto 2023 después de numerosas reuniones en los últimos 2 meses entre el oficialismo y la oposición. Los fondos para los municipios girarían en torno a los 60 mil millones de peso.
Es una buena noticia para Kicillof, que tuvo a los intendentes de Juntos por el Cambio y del FdT en el mismo bando detrás del presupuesto para infraestructura y seguridad. Es paradójico porque, en mayo del 2019, fue Insaurralde el que anunció por redes sociales, después de reunirse con Cristina Kirchner, que la fórmula bonaerense del FdT estaría compuesta por el gobernador y Verónica Magario. El escenario en la provincia de Buenos Aires hoy es distinto. Las relaciones también.