El jefe comunal de La Plata, Julio Garro, sigue aceitando el operativo reelección, que, aunque ya estaba decidido desde el año pasado, se oficializó en su último discurso inaugural de sesiones del Concejo, donde advirtió que “si hay que volver a poner el cuerpo, lo voy a hacer”.
La semana pasada dio una muestra más de posicionamiento electoral al encabezar junto a la diputada bonaerense del PRO e integrante de su mesa chica Julieta Quintero Chasman, la inauguración de un nuevo núcleo de militancia: el “Espacio J”. Fue un acto donde se escenificó con gestos de unidad la decisión política de fortalecer su candidatura y su posición de “jefe único” de Juntos por el Cambio en La Plata.
Esa apuesta se fortaleció con la enésima visita del jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta, quien lo legitimó al otorgarle la autoridad de decidir si habrá primarias en la capital bonaerense. Esto fue visto con buenos ojos en el principal despacho de Calle 12. “Permite ponerle un freno a los radicales, que van a jugar como siempre a levantarse el precio”, señalaron.
Pero también fue un mensaje por elevación a la interna local dentro del partido amarillo, donde, como viene informando Data24, hay un candidato “Halcón” que juega para Patricia Bullrich (el diputado Daniel Lipovetsky) y uno caído en desgracia: el dos veces senador provincial Juan Pablo Allan.
Apenas 24 horas antes posó con Mauricio Macri. Los encuentros le sirvieron para reforzar su posición de equilibrio en medio de la feroz disputa por las candidaturas dentro de Juntos, que muestra rupturas en varias provincias y comunas. Por el momento, parece que La Plata será una excepción.
Fue un tiro a dos bandas que salió tal cual lo esperado. La idea en Calle 12 es evitar mostrarse en la grieta interna de la coalición que integran el partido amarillo, los radicales, parte del peronismo residual anti K y los lilitos. La lógica es: “Ni halcón ni paloma”. La construcción de un liderazgo moderado.
Este posicionamiento le permite al alcalde platense mantenerse equidistante en las pujas intestinas de Cambiemos. Como botón de muestra basta con analizar su postura ante la polémica decisión del ministro de Seguridad albertista Aníbal Fernández de enviar 7 mil gendarmes a la provincia de Buenos Aires, lo que provocó la queja de la policía bonaerense ante el gobernador Axel Kicillof.
Garro se mostró de acuerdo con que se refuerce la seguridad de los Municipios ante la ola de inseguridad, pero advirtió: “No tengo noticias oficiales”. Se especula que a la ciudad llegarían unos 300 gendarmes. “Hay que sentarse en una mesa de trabajo”, completó.