La vocera presidencial se mostró molesta por las insistentes criticas a sus atuendos coloridos. Esta semana, Cerruti acompañó al Presidente a New York, donde el mandatario se presentó para brindar unas importantes conferencias en la ONU. No obstante, lo que se destacó de aquel viaje al país norteamericano no fueron las presentaciones de Alberto, sino un osado look de la portavoz.
Con unos pantalones color amarillo y un saco verde con solapas amarillas, Gabriela Cerruti se destacó, lamentablemente no en el buen sentido. La vocera fue blanco fácil de los internautas quienes no tardaron en realizar insólitas comparaciones.


Una de esas comparaciones ubicaba a Cerruti al lado de una esponja lavaplatos del mismo color. Rápidamente la imagen se viralizó en las redes y los usuarios no tardaron en sumar a la critica, antiguos atuendos utilizados por la portavoz.
Estas burlas llegaron a Gabriela Cerruti quien lejos de tomarlo con humor, salió al cruce y les pidió a las mujeres que la critican que se “atrevan” a utilizar la ropa que les gusta y no la que les impone el “patriarcado”.
“Mujeres muy ocupadas en criticar mi look: ojalá estuvieran más preocupadas en acompañarnos en la lucha por poner algo de color distintivo en un mundo donde falta mucho para lograr la igualdad de género”, publicó en su cuenta oficial de Twitter.



Luego se explayó en su cuenta de Instagram y arremetió contra el patriarcado: “Qué aburridos son los hombres todos de traje y corbata. Todos de traje oscuro. Todos formales, parecidos, casi iguales. Todos en el uniforme que los iguala y los distingue como parte del poder. Ese uniforme que nunca va a ser cuestionado. Porque es parte de los atributos del poder en un mundo patriarcal“, inició su descargo.
Seguidamente ejemplificó cómo es ser una mujer dentro del poder y las críticas que se llevan por cómo se ven: “En cambio acá estamos nosotras: teniendo que rendir cuentas si nos gusta el verde o el rojo; si estamos más o menos flacas; poniéndonos tacos aunque nos duelan las rodillas porque es la única manera de sentarnos a la mesa. Usando trajes aunque no nos guste porque así se dan las peleas desde adentro“.



Al finalizar su descargo, Cerruti se limitó a hablarles a las mujeres que la cuestionan y les sugirió utilizar esa energía en generar igualdad y no en generar violencia: “Hermana, ojalá te des cuenta que no estás criticando una ropa o un color, ni siquiera un cuerpo o una persona. Lo que te molesta es que alguien haga lo que vos todavía no te atreviste a ser: distinta a lo que el mundo de varones espera de vos. La próxima, antes de criticar, atrevete. Te esperamos”.
“Acá se lucha por la igualdad, por la liberación, por un mundo feminista. Para nosotras y nuestras hijas. Súmate, está bueno”, cerró.