*Por: Milton Del Moral
La Resolución 255/2020 del Ministerio de Defensa, dictada el miércoles 5 de agosto de 2020, despertó la inquietud de algunos actores de la comunidad educativa de los liceos militares. Autoridades, presidentes de asociaciones de ex cadetes y egresados con predominancia en la sociedad advierten que el plan de reforma impulsado por el gobierno nacional intenta socavar la esencia militar, desalentar la formación de nuevos oficiales y desarticular la presencia de los graduados en el ámbito público.
Por la naturaleza de las medidas adoptadas, lo comprenden como una maniobra de desmilitarización de la población, una norma con sesgo ideológico. Y de ahí, sus reparos y objeciones. Los puntos de la reforma más criticados son la renovación de los planes de estudio en medio del curso lectivo, la incorporación de los nueve liceos militares a la órbita de la Universidad de la Defensa Nacional, un organismo dependiente del Ministerio de Defensa, la desafectación del concepto de reservistas y la suspensión de las prácticas de tiro tradicionales.
Para Germán Alfaro, intendente de San Miguel de Tucumán y egresado del Liceo Aráoz de Lamadrid, la iniciativa es improcedente. “Sería desnaturalizar la esencia misma de los liceos militares. Si bien todos los que van terminan siendo militares efectivamente, se trata de una formación de hombres de bien, de conducta y disciplina militar que se traduce en los hábitos y costumbres”. En su análisis, sugiere que la resolución apunta a desanimar a las camadas futuras: “El no uso de armas y que no puedan ser oficiales de reserva es la motivación misma que lleva al adolescente a ingresar a estas instituciones”.
El artículo 6 de la medida exclama: “Los egresados de los Liceos Militares pasarán a integrar la reserva como establecen las Leyes Nº 24.429, 24.948 y 19.101 y sus modificatorias, permaneciendo fuera del servicio activo, en el grado que ya otorga la Fuerza, cuando su aptitud e instrucción militar satisfagan las competencias exigidas para cada caso, sin responsabilidad operacional alguna hasta tanto se aprueba la Ley de Reserva”.
Los egresados de los distintos liceos se convierten, automáticamente, en oficiales de reserva. Se gradúan con el rango de alférez en la Fuerza Aérea, guardiamarina en la Marina y subteniente en el Ejército, y pasan a formar parte de las reservas de las Fuerzas Armadas del país, en disponibilidad de ser llamados para cumplir tareas y desempeñarse en diversas áreas ante eventuales procesos. En esta nueva disposición, el carácter de los reservistas queda suspendido y condicionado hasta la promulgación de la Ley de Reserva, aún en formulación sin un horizonte claro sobre su regulación.
El artículo 7 también sustituye su fundamentación: “Los cadetes de los Liceos pertenecientes a 1º y 2º año de los Liceos Militares solamente podrán recibir conocimientos teóricos sobre el uso de armas, mientras que los de 3º año y superiores de los Liceos Militares realizarán práctica de tiro en simuladores”. De modo que la práctica de tiro con arma de fuego quedará restringida. Según voceros de los institutos, el ejercicio integra la formación básica. Lo asumieron como una medida prohibitiva del punto de vista presupuestario porque el costo de los simuladores afectaría ampliamente la partida.
Alejandro Barbosa, presidente de la Comisión de Padres de alumnos del Liceo General Belgrano de Santa Fe, reparó en el contexto histórico. “Este es el cuarto intento, desde 2006, en el que se proponen reformar los liceos militares. En ese año ya querían cerrar estas instituciones educativas. En este momento, hay una resolución del Ministerio de Defensa en la cual se establecen cambios inmediatos y otros quedan sujetos a discusión para el 2021”, dijo en diálogo con el portal LT10 de Santa Fe.
“Es parte de una instrucción vieja que quedó de la época de Nilda Garré. Hoy está el mismo personal que estaba trabajando con ella en aquel momento”, acreditó el doctor Luis Juez, diputado nacional por la provincia de Córdoba y graduado del Liceo Militar General Paz. En aquellos años hubo intentos similares de supresión de los liceos militares que a través de amparos judiciales terminaron diluyéndose y modificando únicamente cambios parciales. Esta nueva resolución aspira a completar las reformas impulsadas durante la presidencia de Néstor Kirchner.
“Es de una ignorancia supina creer que si vas a un Liceo Militar salís con formación militar, es como pensar que si estudiás en la UBA te recibís de enólogo –comparó Juez, con sorna–. Te lo dice un tipo que cursó el Liceo Militar en la peor época de la dictadura militar porque entré en el 76 y salí en el 81. Te diría que el 95% de mi promoción no fue a ninguna de las tres fuerzas. El actual jefe del ejército, el general Agustín Cejas, es un compañero mío desde los 11 años y tiene conceptos más arraigados de la democracia que cualquier dirigente político de cualquier partido”.
Para el abogado, diplomático y político cordobés, sería torpe seguir insistiendo en una “línea argumental que no tiene asidero ni explicación racional”. “Solo una cabeza llena de prejuicios setentistas puede entender que ir a un Liceo militar instruye valores en contra de la democracia”, calificó, y anunció que intentará hablar con el ministro Agustín Rossi para convencerlo de que desista de la imposición de la norma. También el prestigioso nutricionista Alberto Cormillot, médico graduado del Liceo Naval Militar Almirante Guillermo Brown, se refirió a su formación educativa: “El Liceo fue uno de los hitos más importantes de mi vida y donde me enseñaron la responsabilidad, la lealtad, la puntualidad, la disciplina. Les estoy muy agradecido y ojalá puedan mantener el nivel de excelencia que supieron tener”.
“Como egresado y padre, espero que las modificaciones no desnaturalicen ni hagan perder la esencia de la institución. El liceo militar no forma ‘soldados para la guerra’, lejos está y estuvo de ello. De mi promoción, por ejemplo, ninguno siguió la carrera militar. Es un aprendizaje integral que te forma para la vida, donde además de una reconocida educación de excelencia, se inculcan valores, respeto y apego a las normas de convivencia, el premio al esfuerzo, la disciplina, el amor a la patria, la solidaridad”, expresó Marcelo Pérez, egresado del Liceo Naval Militar Almirante Storni y ministro de Gobierno de Misiones desde diciembre de 2015.
Barbosa también habló de la pérdida de esencia y del concepto de desmilitarización como intención de fondo: el temor y la inquietud compartida casi en unanimidad por distintos actores de la formación educativa militar. El director nacional de Formación del Ministerio de Defensa, Sergio Eissa, respondió a las críticas y fue contundente: “Los liceos no se van a cerrar y no hay ningún plan oculto que se desprenda de esta resolución. Tampoco se va a desnaturalizar su rol como instituciones que forman las reservas porque eso está en la Ley 19.101, que no se va a modificar. La resolución convoca a una jornada pedagógica como se hace en todas las instituciones educativas que se va a realizar en cada Liceo con la participación de los padres, los docentes, los graduados, donde se va a evaluar la calidad de la enseñanza y de los planes de estudios. Ellos propondrán cambios o no. Luego nos juntaremos con la Dirección General de Educación de las Fuerzas Armadas para ver cuáles son las propuestas que hizo cada comunidad educativa, pero en ningún caso se va a modificar la esencia”.
En rigor, la resolución establece la coordinación de un plan académico y pedagógico con perspectiva hacia 2030: “Los directores generales de Educación de las Fuerzas Armadas, junto al director nacional de Formación, elaborarán, antes del 31 de julio de 2021, un nuevo plan pedagógico 2030 para los Liceos Militares y Colegios Secundarios de la jurisdicción”. Asimismo, ordena que el programa deberá ser aprobado por Resolución Ministerial. “Los Liceos van a seguir formando ciudadanos. El Ministerio de Defensa no va a imponer nada”, apuntó Eissa, en plan de paz.
*Fuente: Infobae