Este miércoles el Jefe de Estado viajó a Santiago del Estero en el marco de la entrega de viviendas y aprovechó para hacer mención de sus 1000 días de gestión recientemente cumplidos.
Al iniciar su discurso celebró el tiempo cumplido en la presidencia, pero también reflexionó: “Estamos transitando 1000 días de gestión en el Gobierno, estos son momentos donde podemos llamarnos a la reflexión y ver, cómo nos fue, qué pasó, qué hicimos bien y qué hicimos mal“.



En medio de su alocución Alberto se desvió al notar un cartel que decía “basta de odio”, fue allí cuando volcó su discurso para generar conciencia y rememoró sus días como jefe de Gabinete de Néstor Kirchner. En ese sentido destacó que, al conocer a Gerardo Zamora (gobernador de Santiago del Estero) no entendía porqué decía estar en contra de las ideas del kirchnerismo: “Él es un radical y sigue siéndolo hasta el día de hoy, pero tiene esa mirada integradora que muchos tenemos en Argentina…”, en esta misma línea el mandatario se refirió a los discursos de odio y cómo estos deben dejarse de lado en la política nacional.
El jefe de Estado llamó a la unión y comentó: “Lo que quiero demostrar es que, para que podamos lograr estos resultados hace falta que podamos unirnos en objetivos comunes. Tratar de profundizar los puntos de acuerdos y tratar de minimizar los puntos de diferencias. El destino al que queremos llegar es exactamente el mismo, qué importa si es radical, si es oficialista o no es oficialista. Lo que importa es a donde queremos ir. Así se avanza“, reforzó Alberto su discurso anti odio.
Seguidamente se refirió al mandato de Mauricio Macri como, “4 años perdidos y desperdiciados”: “Mucha de la obra pública que había encarado Cristina (Kirchner) se dejó abandonada. Cuando nosotros llegamos el 70% de las obras públicas estaban paralizadas. Habían 10 mil casas que no las terminaron de construir únicamente porque las había dejado Cristina”, cerró.