No es ninguna novedad que, en la arena política bonaerense, los líderes gremiales tienen una realidad mucho más cercana a las patronales que a los afiliados que representan. Salarios muy por encima del resto, lujosas propiedades y cuentas bancarias multimillonarias, se cuecen al amparo de acuerdos políticos que poco y nada tienen que ver con los intereses de los trabajadores.
Al respecto, el secretario General de la Asociación de Trabajadores del Estado, Oscar “Colo” De Isasi, recientemente fue increpado en vivo y en directo por una de las trabajadoras a las que representa, quien aseguró que “arreglaste por un 14 por ciento, porque te vas como legislador nacional, no tenés cara”.
Las acusaciones, que no pararon ahí y continuaron con “te olvidaste que nos vivías mangueando cigarros porque no te alcanzaba y hoy andás con chofer, cagaste a los compañeros del hospital de Niños de La Plata, sos un traidor y de eso no se vuelve”, parecieran estar basadas en más hechos que teorías.
En efecto, De Isasi, que a diferencia de sus representados cobra un jugoso salario de 146.160 pesos a través del ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires, posee una propiedad de 472 mt2 en Tolosa y varios juicios ejecutivos en su contra. Además, ya comenzó a adornar la capital bonaerense con carteles en los que figura, además de su nombre, el logo del Frente de Todos.
El dirigente sindical procesado por la toma un edificio durante la gestión de María Eugenia Vidal, que carga con varios cheques entregados sin fondos, entre ellos uno por 2.1 millones de pesos, estaría estrenando su acuerdo con el oficialismo postulándose para un cargo legislativo.
Lejos de los reclamos de los trabajadores a quien asegura representar, no sólo dejaría al gremio con paritarias cerradas a la baja, sino que además quedaría un sinfín de juicios que ATE deberá enfrentar una vez que se pida licencia o de un paso al costado. Serían al menos 25 juicios ejecutivos que irían desde el cobro irregular de sumas de dinero a alquileres impagos.
Como siempre, a las convicciones, el discurso político correcto y el “amor por los trabajadores”, le ganó el dinero y las ansias de poder. Y, por supuesto, la posibilidad de jubilarse con un suculento ingreso, gracias a su futuro paso por la Legislatura.
*Fuente: REALPOLITIK
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