Roberto Boico (abogado de Cristina Kirchner en la causa por el Memorándum con Irán), se encuentra a un paso de convertirse en el próximo integrante de la Cámara Federal porteña. Esta tarde, el Senado debería tratar su pliego para nombrarlo como integrante de la Sala II. Lo peligroso de este nombramiento, es que dicho tribunal marca el rumbo de las causas de corrupción en Comodoro Py. El oficialismo cuenta con los votos necesarios para aprobar el nombramiento. Luego, quedará esperar que Alberto Fernández firme el decreto de la designación.
De esta manera, Cristina Kirchner tendrá a un hombre de confianza dentro de la Cámara Federal, liderada por Martín Irurzun. No debemos pasar por alto que Sala I, se encuentra integrada por Mariano Llorens y los jueces Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi, cuyos cargos están siendo concursados luego de que el oficialismo pusiera en marcha en el Consejo de la Magistratura una revisión sobre sus traslados y la Corte Suprema resolviera que ningún traslado constituye un verdadero nombramiento.
Boico quedó segundo en el concurso que se hizo para el cargo de camarista. El ganador del examen había sido el juez en lo penal económico Diego Amarante y a Boico lo seguía Alejo Ramos Padilla. Fue responsabilidad del presidente decidir a quien escoger y envíar el Consejo, sin sorprender el seleccionado fue Boico.
En 2015 y 2016 durante un lapso de siete meses, Boico integró la Cámara Federal de Casación Penal como conjuez, hasta que la Corte Suprema entendió que era inconstitucionalidad el régimen de subrogancias votado por el kirchnerismo.
A comienzos del 2018, comenzó a hacerse cargo de la defensa de Cristina Fernández en la causa por el Memorándum junto con el ex jefe de Gobierno porteño (Aníbal Ibarra), quien al tiempo la dejó. Hacía solo tres meses que el juez Claudio Bonadio había ordenado la detención de varios procesados en el expediente, como Carlos Zannini, Luis D’Elía, Fernando Esteche o Héctor Timerman. La orden de arresto sobre Cristina Kirchner nunca se efectivizó dado que para ese momento ya había sido electa senadora.
Entre la cartelera de clientes de Boico podemos encontrar a Oscar Parrilli. Además de la causa Memorándum (donde no recibió orden de detención), a Parilli también fue investigado por no perseguir al narcotraficante Ibar Pérez Corradi. En aquel entonces, prófugo de la Justicia y por haber pagado con fondos públicos la elaboración de un libro que hablaba sobre la gestión del kirchnerismo, este nunca se publicó.