*Por: Román Lejtman
En plena negociación con los acreedores privados, la Cancillería contrató a una poderosa empresa de lobby en Washington que puso a disposición a Thomas Shannon, un legendario diplomático que trabajó bajo las órdenes de diez presidentes de los Estados Unidos y se retiró como secretario interino del Departamento de Estado durante la administración republicana de Donald Trump.
Shannon hace lobby para la Argentina en representación de la compañía Arnold & Porter, que firmó con la Cancillería –a través de la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio– un contrato de un año por 1.932.000 dólares. Arnold & Porter cobrará 161.000 dólares al mes, y formalmente debe reportarse al titular de la Agencia de Inversiones, Juan Usandivaras, que a su vez depende de Felipe Solá, ministro de Relaciones Exteriores.
Sin embargo, y pese al contrato firmado por Usandivaras y Arnold & Porter, Shannon cumple instrucciones del Ministerio de Economía, como reconoció Solá durante una entrevista exclusiva con Infobae. “Martín Guzmán, el representante de Argentina en el FMI, Sergio Chodos, y el embajador Jorge Argüello me plantearon la necesidad de contratar una compañía de lobby (Arnold & Porter), como tienen todas las embajadas en Washington. Y así lo hicimos”.
—¿Por qué el contrato está firmado por la Agencia de Inversiones y Comercio Internacional? —preguntó Infobae.
—Fue lo mejor desde el punto técnico para apurar la contratación —replicó Solá.
Durante las negociaciones con los bonistas de Wall Street, Shannon estaba a disposición de Guzmán. El ex secretario de Estado de Trump, conocido por Cristina Fernández de Kirchner y con muy buena relación con Alberto Fernández, fatigaba los principales despachos de Washington y explicaba cómo era la hoja de ruta de la Argentina para resolver sus compromisos internacionales.
“Shannon es un experto en América Latina. Y nos abrió muchas puertas en Washington. Creo que con lo que hizo en la negociación de la deuda, el contrato firmado ya quedó amortizado”, dijo Solá para describir la actuación del lobista de Argentina en DC.
Pero Shannon y Arnold & Porter no son expertos en comunicación corporativa, y decidieron contratar a Glover Park Group, que opera desde New York para sus clientes alrededor del planeta. Entonces, Glover Park Group firmó un acuerdo con Arnold & Porter, que a su vez fue contratada por el director Usandivaras, que responde al canciller Solá, que dice que toda la acción de lobby en Estados Unidos se hace bajo la responsabilidad del ministro Martín Guzmán.
El contrato de Arnold & Porter con Glover Park Group es de 36.000 dólares mensuales, y tiene una duración de un año. Es decir: cobrarán un total de 432.000 dólares.
La tarea de comunicación de Glover Park Group (GPG) es fácil de describir. En plena negociación con los acreedores privados, remitió un mail por día con declaraciones de Guzmán a medios en Estados Unidos, y cuando hizo falta que el ministro o algún miembro de su staff tomara contacto con cierto periodista extranjero, desde GPG se llamaba por teléfono o se ponía un mensaje de WhatsApp.
Y nada más: todo por un fee mensual de 36.000 dólares.
La representación formal de Glover Park Group (GPG) está en manos de Joshua Gross, que aparece como Senior Vice President en las comunicaciones enviadas al Palacio de Hacienda. Gross respondió sólo uno de los mails enviados por Infobae, pero no dio detalles de las actividades que hizo para Guzmán.
“Le escribo para cotejar información que tengo sobre el contrato que firmó para trabajar con la República Argentina. Aguardo su respuesta”, escribió Lejtman (periodista de Infobae que escribe esta nota) al mail corporativo de Gross.
“Hola Román. Un gusto estar en contacto. Bienvenidas tus preguntas, pero ya te aviso que no voy a poder informarte mucho más que lo que publicaste del contrato en FARA. Será bueno estar en contacto. Saludos Josh”, replicó al instante Gross, alegando silencio por una presunta restricción legal acorde al derecho de los Estados Unidos.
Cuando Gross mencionó a FARA (Foreign Agents Regulation Act), se refiere a la regulación federal norteamericana sancionada en 1938 para los lobistas que representan intereses extranjeros. Fue la respuesta a una operación de acción psicológica montada por Adolfo Hitler para difundir el nazismo en los Estados Unidos.
Obvio que Gross puede dar la información, ya que está trabajando para un país con sistema democrático y en las antípodas de la ideología que aplicó Hitler en Alemania. Sin embargo, se escudó en las normas de FARA, y no explicó en detalle qué hace Glover Park Group, además de cortar y pegar declaraciones de Guzmán y llamar a periodistas para ofrecer notas con funcionarios del Palacio de Hacienda.
Tampoco hubo explicaciones oficiales en la Cancillería y en el Ministerio de Economía. Sólo comentarios extraoficiales, alegando que se trataba de un trabajo de comunicación que recién se iniciaba.
—¿Y cuando terminé la negociación con los bonistas, que hará Glover Park Group? —preguntó Infobae a un miembro del Gobierno que recibe los mails del señor Gross.
—Lo que hizo hasta ahora. Gacetillas. Y llamadas de teléfono.
*Fuente: Infobae