Alberto Fernández volvió a defender el confinamiento duro para tratar de contrarrestar el coronavirus y cuestionó las estrategias de “cuarentena inteligente” aplicada en países como Chile y Suecia.
“La experiencia me dice que hay tener un poco de miedo a la cuarentena inteligente, porque es dejar alguna parte de la sociedad en libertad de acción como si a ellos el riesgo no les tocara”, dijo el presidente en una teleconferencia con el gobernador del Chaco, Jorge Capitanich.
“Durante muchos días fui muy atacado porque me dijeron por qué no miraba la cuarentena inteligente de Chile, de Suecia, y resulta que la cuarentena inteligente no parecía tan inteligente porque lo que se necesita es parar drásticamente la circulación” del virus, señaló Fernández.
El mandatario, que ya tuvo varios chispazos diplomáticos por comparar los resultados de Argentina con otros países, agregó que “el virus no diferencia entre inteligentes y menos inteligentes, buenos y malos, peronistas y radicales, ataca a todos por igual”.
La “cuarentena inteligente” es, justamente, uno de los reclamos de la oposición que rechaza el confinamiento duro y le pide seguir los pasos de otros países que apostaron a modelos más flexibles.
Los dichos de Alberto se dan en el marco de la nueva etapa de la cuarentena dura dictada por el gobierno para el Área Metropolitana de Buenos Aires ante la disparada de casos, una situación que también se da en el Chaco donde se registran 1.961 casos de Covid-19 y 96 fallecidos.
Ante eso, Alberto mandó a la secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti, el infectólogo Gustavo Lopardo, que integra el Comité de Expertos que asesora al Presidente, y otros funcionarios de la cartera de Salud para que asesoren a Capitanich. “El Chaco es parte de la Argentina y hay que atender todos los casos porque todos reclaman atención; cada uno con su peculiaridad. Lo que no podemos es descuidar”, dijo.
Fernández aseguró que “no es un problema de mala gestión del Chaco” que el virus esté circulando en la provincia, sino que se debe a que ingresó a través de alguna persona que llegó del exterior y se “diseminó de una manera increíble”. Esto a pesar de las criticas a la gestión de Capitanich por la falta de controles y por el poco aporte de protección en los centros de salud, que fueron uno de los principales focos de propagación del virus en la provincia.
“Necesitamos más terapistas, más médicos clínicos que nos ayuden, más médicos especializados y otros profesionales de la salud con el objeto de mejorar la situación de casos críticos”, planteó Capitanich durante la teleconferencia. Alberto respondió que analizará la “posibilidad” de que aquellas provincias con pocos casos puedan enviar terapistas a entrenar al personal médico del Chaco.
Capitanich reconoció que “provincias aledañas o limítrofes tienen menos casos” que la suya, por lo que apuntó que son “claramente una expresión del peor del grado”. Alberto no lo negó pero concedió que Capitanich es un “político preparado e inteligente”.
*Fuente: La Política Online