En su primer discurso como presidente, Alberto Fernández planteó la necesidad de decir «nunca más a una justicia contaminada por servicios de inteligencia, operadores judiciales, procedimientos oscuros y linchamientos mediáticos». Sin embargo, esos servicios de inteligencia se entrecruzan permanentemente en el camino de Martín Soria, principal candidato a suceder a Marcela Losardo en el Ministerio de Justicia. Y no sólo por su condición de hijo del fallecido ex secretario de inteligencia Carlos Soria. Hoy, uno de sus hermanos es un alto funcionario de la AFI.
Se trata de Germán Soria, quien el año pasado fue nombrado por la interventora Cristina Caamaño como delegado de la AFI ante la República del Paraguay, y tiene estrechas relaciones con operadores judiciales del universo kirchnerista, como el abogado Franco Bindi, con quien -como ayer reveló PeriodismoyPunto– se habría reunido la semana pasada en Asunción. Esa visita no pasó desapercibida para el gobierno paraguayo, pues Bindi llegó hasta ahí junto a dirigentes chavistas.
Casualidad o no, la designación de Germán Soria como delegado coincidió con la embestida judicial que su hermano Martín emprendió contra el macrismo, al denunciar que durante su gobierno supuestamente existió un mecanismo de presión y/o extorsión sobre jueces y fiscales.
No obstante, cabe destacar que Germán Soria no es un novato en el mundo de los espías. A él ingresó durante el gobierno interino de Eduardo Duhalde, cuando su padre manejaba «la casa». Y si bien no tiene fama de ser un agente aplicado, supo ingeniárselas para sobrevivir dentro de la ex SIDE.
Su momento de mayor esplendor lo vivió cuando la gestión de Oscar Parrilli lo destinó a Europa, de donde debió volver durante el gobierno de Cambiemos a pedido del gobierno español por presuntas desprolijidades. «Nos pidieron que lo retiráramos», dijeron fuentes inobjetables a PyP.
Con el cuarto gobierno kirchnerista logró reciclarse como jefe de una de las delegaciones más calientes, por su proximidad con la Triple Frontera. Territorio que la AFI parece haber liberado, a partir de su decisión -anticipada en este portal– de anular el acuerdo de cooperación en la lucha contra el crimen organizado que el organismo firmó en diciembre de 2016 con la Secretaría Nacional Antidroga (SENAD) del Paraguay, debido a que la intervención de Caamaño considera que debe priorizarse la inteligencia estratégica por sobre la criminal.
*Por Camilo Cagnacci / Periodismo y Punto