La mujer llegó a juicio acusada de homicidio calificado de su pequeña hija de 2 años. El Tribunal de Juicio de la Sala II, hizo lugar al pedido de la fiscal Simesen de Bielke y la condenó a la pena máxima que prevé el Código Penal: Cadena perpetua.
El caso conmovió a toda Salta por la negligencia y frialdad de la mujer, quien encerró a su hija Francesca de dos años en una habitación durante 48 horas y la dejó morir de hambre. Esto no fue lo único, la autopsia confirmó que la víctima, además, tenía varios golpes de vieja data en su cuerpo. Es por eso que la hallaron culpable del delito de homicidio agravado por el vínculo.

El crimen se descubrió el 22 de junio del año pasado en horas de la madrugada, cuando Colque fue de urgencia a un centro de salud del barrio San Francisco Solano donde vivía, con la niña en sus brazos y completamente inconsciente. Al momento de ser consultada que es lo que había pasado, Colque dijo que “se había ahogado con yogur y galletitas”. Luego de que los médicos la revisaron, no sólo constataron que la menor ya estaba muerta, sino que presentaba señales de maltrato, cosa que fue ratificada por lo forenses: Francesca tenía hematomas, escoriaciones y presentaba un grave cuadro de desnutrición y deshidratación.
La madre dejó sola a la nena, a su suerte, el domingo 20 de junio de 2020 hasta el hasta el lunes 21 en horas de la noche, cuando regresó a su domicilio luego de, paradójicamente, ir a visitar su madre biológica junto a su hijo de 5 años para festejar el Día del Padre. Francesca quedó encerrada en una habitación con el televisor a todo volumen para que nadie escuchara su llanto. A su regreso, la niña ya no respiraba.










