A Jorge Alvarado, empresario vinculado al sector agroexportador y al oficialismo político, le cayó como maná del cielo la presidencia del Consorcio de Gestión de Puerto Quequén como premio a la amistad que supo cultivar en su tierna juventud con Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner. Amigo de los que ostentan la sartén por el mango, se quedó con la caja más disputada de la política local.
Sin embargo, a la hora de rendir cuentas, su gestión ha sido calificada como una de las peores desde la conformación del consorcio portuario, debido a los malos resultados económicos, los conflictos laborales y la falta de proyectos estratégicos.
“Pampa” llegó a la presidencia de Puerto Quequén con cuentas pendientes con la Justicia por evasión de impuestos, según se informó en una investigación periodística, lo que sería un condicionante a la hora de ejercer un cargo público que no fue tal para el gobernador Axel Kicillof a la hora de entregarle la caja más disputada de la política local.
Registra 3 juicios en letra iniciados hace varios años y, al mismo tiempo, cuenta con otros 3 procesos iniciados por el Juzgado Federal de Mendoza 2 por evasión impositiva, con expedientes iniciados en 2004, 2006 y el último en 2007.
También incursionó en el sector privado siendo presidente de una empresa llamada Coral Montajes Eléctricos SA, que al igual que el dirigente, esta firma tiene 14 juicios en el Juzgado Federal de Mendoza, también por evasión impositiva.
Además percibe 2 suculentas jubilaciones: una de ellas con domicilio de cobro en el Banco Nación con sede en el barrio Trapiche, ubicado en el departamento mendocino de Guaymallén y la segunda del Instituto de Previsión Social de la provincia de Buenos Aires.
Los números en rojo bermellón
Según el propio Alvarado, el puerto atraviesa una situación muy preocupante, ya que ha registrado una caída del movimiento de cargas, producto de la sequía, la falta de comercialización de granos y el problema cambiario. Además, ha admitido que lleva tres balances a pérdida a pesar de los movimientos récord (7,5 millones de toneladas exportadas a través de 314 barcos). El último balance dio una pérdida de 372 millones de pesos, lo que pone en riesgo la sustentabilidad financiera del puerto.
A pesar de que el funcionario bonaerense llena sus bolsillos sin miramientos y ha sido acusado de llenar el puerto de ñoquis que no se han presentado nunca a trabajar, además de otorgarse beneficios como el uso a discreción de la tarjeta corporativa, el alquiler de un piso en uno de los edificios más exclusivos de Necochea, en una entrevista radial calificó al Consorcio como un “engendro jurídico” y sostuvo que “el Consorcio es una sociedad de fomento para que otros ganen”.
Alvarado apuntó contra las empresas multinacionales radicadas en Puerto Quequén, asegurando que “las exportadoras y sus ‘socios’ en el directorio se niegan a aumentar la tasa, parece que quieren fundirnos” y como buen “kumpa” le echa la culpa de los desmanejos en las finanzas del puerto a un crédito, que según dice se lleva la mayor parte de las ganancias. Por su parte, los empresarios del sector lo acusan de ser el peor presidente de la historia.