La Universidad Católica Argentina (UCA) dio a conocer un informe realizado por el Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) que expone el aumento de chicos pobres en el país, a pesar de que cada vez son más las familias que recurren a beneficios del Estado. Entre los que viven en hogares con ingresos debajo de la línea de pobreza están: el 83,5% de adolescentes, el 51,4% de chicos de entre 5 y 12 años, y el 54,2% de niños de 5 años o menos. Además, hay un 3,2% más de menores privados de educación, respecto del 2021.
Según el relevamiento, la población de clase baja de hasta 17 años que recibe asistencia alimentaria del Estado, ya sea en comedores, escuelas, o usando la Tarjeta Alimentar, se elevó del 51,6% al 77,7%, respecto del año pasado. En cuanto a la clase media, el porcentaje es de 62,4%; antes de la pandemia era del 36%. Ianina Tuñón, coordinadora del Barómetro de la Deuda Social de la Infancia de la OSDA en la UCA, se refirió al problema: “Los niños de las clases medias son los nuevos pobres de la infancia. Es un contexto macroeconómico muy difícil”, dijo.
La investigación, que abarca más de 60.000 hogares urbanos, demostró que la mayoría de las políticas destinadas a niños apuntan a los primeros años de vida, lo que descuida ampliamente a los adolescentes, dificultándoles mucho más que solo la inserción laboral.
En ese sentido Tuñón, comentó: “Los adolescentes no solo están teniendo mucho menos conocimiento en términos de formación educativa, sino que también están alejados del sistema de salud, con problemas que nunca fueron tratados”. Y sumó: “Además, tienen dificultades con habilidades como llevar adelante una rutina con horarios, normas de higiene y vinculación en un grupo, que son fruto de la crianza y la socialización. Muchos crecieron sin ver a sus padres cumplir una rutina laboral. Las empresas pueden asumir la capacitación técnica, pero la formación en habilidades sociales es más difícil porque son procesos muy complejos”.
Según el Índice de Pobreza Multidimensional, la educación fue el aspecto donde los niños más sufrieron. Mientras que antes de la pandemia eran el 18% los chicos privados de dicha estimulación, en el 2023 son el 27%. Los menores carentes de condiciones sanitarias dignas también aumentaron más de un 3%. Otro dato que arrojó la investigación refleja que casi el 15% de chicos de entre 5 y 17 años realiza tareas fuera del hogar para ayudar a su economía familiar.
Durante la presentación de los resultados, Tuñón expresó su preocupación: “No hay muchos motivos para pensar que la clase dirigente del país alguna vez vaya a priorizar a la infancia”. Los 8,2 millones de niños pobres en el país no parecen contradecirla.