La concejal libertaria de Viedma (Río Negro), Ivi Silvina Franco, presentó un proyecto de ordenanza que cobró impacto en las redes sociales. El proyecto plantea la creación de un Registro de Estudios Médicos para los funcionarios, donde se incluirían exámenes psiquiátricos, rinoscopias, análisis de sangre y orina.
Estos estudios serían coordinados por el Ministerio de Salud de la provincia y generarían un registro supervisado por la autoridad municipal, quien sería responsable de evaluar el estado psicofísico de los burócratas. La propuesta busca garantizar que los políticos locales estén en condiciones óptimas para desempeñar sus funciones y lo hagan con transparencia.
El proyecto propone que todos los funcionarios del Ejecutivo municipal, incluidos el Intendente, Jefe de Gabinete, secretarios, subsecretarios, el Tribunal de Cuentas, y los funcionarios del Concejo Deliberante, desde el nivel de secretario hasta los concejales, se sometan a una serie de exámenes médicos anuales. Los estudios contemplados incluyen un examen psiquiátrico, una rinoscopia, análisis de orina y análisis de sangre.
Franco explicó que una vez realizados los estudios médicos “se crea una carpeta con el registro personal de cada funcionario respetando la privacidad de cada uno, y la autoridad de aplicación evaluará la condición psicofísica de los funcionarios a través de un dictamen”, asegurando que la información médica sea manejada con la confidencialidad correspondiente.
Este proyecto no surge de manera aislada, sino en un contexto en el que la ciudadanía exige cada vez más transparencia en la gestión pública. Los reclamos se enfocan en que, al igual que se les pide a los ciudadanos cumplir con una serie de requisitos y trámites, los políticos deberían dar el ejemplo y someterse a este tipo de controles. Según Franco, “como obligan a la sociedad a realizar distintos trámites, sería necesario que los políticos se hagan estos estudios”.
Esta medida no solo permitiría garantizar que los políticos cuenten con las capacidades necesarias, sino que también reforzaría la confianza pública en las instituciones, un aspecto fundamental en tiempos donde la desconfianza hacia la clase política es alta.
Además, el la medida contempla la posibilidad de incorporar antecedentes penales como parte de los requisitos para funcionarios y trabajadores, aunque este punto aún está en discusión. A pesar de las dificultades, la propuesta sigue avanzando con el respaldo ciudadano.
Para los defensores de la iniciativa, la medida es esencial para asegurar que los funcionarios estén en condiciones óptimas de desempeñar sus funciones, garantizando así una mayor transparencia en la gestión. En palabras de Franco, “es importante que los funcionarios puedan demostrar que tienen las condiciones psicofísicas adecuadas para el cargo”, un mensaje que difundió a través de su cuenta de Instagram.
Otro aspecto relevante del proyecto es su enfoque preventivo: En caso de que los estudios médicos detecten problemas de adicción en algún funcionario, se prevé la implementación de medidas de rehabilitación. Durante este proceso, el burócrata deberá tomar una licencia sin goce de sueldo y, si no cumple con los requisitos de recuperación, será inhabilitado para continuar en su cargo. Franco aclaró que “la idea es que los funcionarios que tengan problemas de adicción puedan recibir ayuda y recuperarse antes de volver a sus funciones“, destacando el carácter preventivo y no punitivo de la medida.
Este tipo de propuestas no es exclusivo de Viedma. En General Roca, otro grupo libertario presentó una iniciativa similar.
En la ciudad neuquina la iniciativa surge después de que una empleada quedara involucrada en una causa por venta de drogas. El proyecto fue presentado el pasado lunes 12 de agosto y, en línea con la de Viedma, propone controles de narcóticos, de antecedentes penales, un test psicofísico y examen de ingreso.
Sin embargo, a pesar de la insistencia de sus promotores, el proyecto aún no consiguió el apoyo legislativo necesario para avanzar. Aun así, los libertarios de General Roca anticipó su intención de continuar impulsando la medida, recurriendo incluso a la recolección de firmas como una estrategia para “presionar” a las autoridades locales.
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