La vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner aprovechó los nuevos datos de pobreza e indigencia que difundió esta tarde el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INdEC) para reflotar una bandera del kirchnerismo duro: la intervención estatal en los precios de los alimentos.
Asimismo, la vicepresidente puso el foco en el aumento de la indigencia y realizó una vinculación directa al comportamiento de las empresas del sector. “El INDEC publica hoy datos sobre el descenso de la pobreza del 37,3 al 36,5 por ciento en el primer semestre del 2022. Sin embargo, en el mismo período la indigencia aumentó del 8,2 al 8,8, esto evidencia el impacto del fuerte aumento en los precios de los alimentos“, comenzó “La Jefa”.
“Está más que claro que estamos ante un fenómeno de inflación por oferta y no por demanda. Las empresas alimentarias han aumentado muy fuerte sus márgenes de rentabilidad”, continuó. Y remató: “El Ministerio de Economía ha trabajado duro en todas las áreas de su competencia, pero es necesaria una política de intervención más precisa y efectiva en el sector y, al mismo tiempo, diseñar un instrumento que refuerce la seguridad alimentaria en materia de indigencia”.
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INdEC) informó en la tarde de este miércoles que la pobreza llegó al 36,5 por ciento y alcanzó a 17,3 millones de argentinos en el primer semestre de 2022. En tanto, el nivel de indigencia fue del 8,8 por ciento en los primeros seis meses del año.
Cabe recordar que en el segundo semestre de 2021 el 37,2 por ciento de la población (unas 17,4 millones de personas) era considerada pobre en la Argentina y el 8,2 por ciento vivía en condiciones de indigencia. Entonces los indicadores sociales principales mostraron una sensible mejora respecto a los 42 puntos de pobreza que marcó el 2020. En tanto, en el primer semestre del 2021, la pobreza ascendió al 40,6 por ciento y la indigencia al 10,7.
Como comparación, hacia fines de 2019, el último índice sin incidencia de la crisis sanitaria, mostró una pobreza de 35,5 por ciento de pobreza y 8 puntos de indigencia. En el peor momento de la pandemia, la pobreza llegó a tocar un pico de 42 por ciento, mientras que la indigencia tuvo su punto más alto en el primer semestre del 2021, con 10,7 por ciento.