La decisión del Tribunal de Santa Rosa se oficializó este viernes 17 de febrero, los fiscales coincidieron en que las pruebas presentadas en los últimos tres meses de audiencias fueron suficientes para dar con la pena perpetua contra las únicas dos imputadas por el asesinato de Lucio Dupuy. Sin la presencia de las acusadas -al igual que en las últimas audiencias-, la fiscalía hizo la lectura de la condena en presencia de la familia paterna de la víctima y la prensa.
Anteriormente, en la lectura de la sentencia, los jueces Alejandra Ongaro, Andrés Olié y Daniel Sáez coincidieron en que ambas acusadas asesinaron al menor, pero discreparon en el delito de abuso sexual y absolvieron de esa falta a Espósito Valenti.
Por este motivo, nuevamente señalaron a Abigail Páez como “autora material y penalmente responsable del delito de homicidio doblemente agravado por alevosía y ensañamiento, en concurso real con el delito de abuso sexual con acceso carnal por vía anal, ejecutado con un objeto fálico, agravado por tratarse de la guardadora y por haberse cometido contra un menor de 18 años de edad, aprovechando la situación de convivencia preexistente, como delito continuado”.
En cambio, la progenitora de Lucio fue acusada como: “autora material y penalmente responsable del delito de homicidio triplemente calificado por el vínculo, alevosía y ensañamiento”. Por ello, este mediodía se rechazaron los planteos de inconstitucionalidad de las defensas con respecto a la prisión perpetua y se les dictó a cadena perpetua a ambas.
LAS PRUEBAS CLAVE
En los más de tres meses de audiencias que tuvo el caso, las pruebas contra las acusadas no faltaron, desde chats incriminatorios hasta la declaración de una vecina que llamó a la policía en reiteradas oportunidades, pero fue ignorada.
El testimonio del forense que le realizó la autopsia al menor también fue impactante y relevante para la causa. Juan Carlos Toulouse afirmó que Lucio “fue abusado antes de su muerte”. Según el forense, había indicios de abuso sexual de vieja data, pero también horas previas antes de su deceso. Además, el cuerpo presentaba “un fuerte golpe que le afectaba la cadera, el glúteo y la pierna, con una data de 7 a 8 días” antes de su muerte.
La agresión puntual que le provocó la muerte fue “una hemorragia interna provocada por la brutal paliza que le propinaron las agresoras”. El fallecido también tenía quemaduras de cigarrillos y mordidas.
LOS CHATS
El intercambio diario de mensajes de Magdalena Espósito Valenti y Abigail Páez fue determinante. En los chats se probó lo que las pericias psicológicas expusieron: Las condenadas sentían que Lucio interfería en la pareja.
En uno chats de las acusadas, Espósito Valenti afirma estar agotada por el comportamiento de Lucio, lo que teme que afecte a la relación que mantiene con Abigail: “Mi mayor miedo es perderte por culpa de Lucio, no me lo voy a perdonan nunca ni se lo voy a perdonar a él“, advierte un mensaje enviado el 15 de octubre, un mes antes del asesinato de Lucio.
Esta declaración por parte de Valenti fue en respuesta a una serie de recriminaciones por parte de Páez, quien siempre buscaba alguna excusa para castigar y golpear a Lucio. Puntualmente ese día, Páez se molestó con el niño porque dibujó las paredes de la ducha, y por ello lo golpeó.
Páez: "Mirá el vivo de tu hijo, rayó toda la ducha así que la ligó (lo golpeó). No quiero que le dirijas la palabra porque al final uno le da la mano y mirá como responde".
El castigo a dibujar una pared como lo hace cualquier niño fue: "Mañana no va al jardín, no sale en todo el fin de semana y lo quiero encerrado en la pieza todo el día. Se terminó la buena onda", dictó su madrastra. Sin ponerle un alto, Espósito Valenti aprobó los castigos sin inmutarse, incluso cuando su pareja le exigió que empiece a "surtir" (golpear) a Lucio, de lo contrario comenzaría a hacerlo ella.
Ante la molestia que les generaba la presencia del niño, Páez sugirió darlo en adopción.
Un día después, el 16 de octubre, Abigail Páez inicia la conversación recordando aquellos días donde, junto a su pareja, estaban solas y propone dejar a Lucio unas horas con su madre. Minutos después Magdalena responde afirmativamente "bueno dale".
Seguidamente, Páez alerta a la madre de Lucio y le pide que no lo lleven a la casa de su madre y tampoco al jardín porque tiene "un moretón en la cara" por las brutales golpizas propinadas: "No puede ir, tiene un moretón en la cara. Igual ya le puse alcohol y se le salió un montón. También le puse crema".
Bajo este pie, dos días después la progenitora de menor admite que Lucio no "está bien" con ellas y está analizando qué hacer con el niño: "Siento que él no está bien acá, quizás en otro lado estaría mejor, pero no sé cuál es ese otro lado".
Páez responde rápidamente: "Es ley, hablalo con un juez y dalo en adopción. Yo no me siente capaz de criarlo, de enseñarle lo que tiene que aprender, de ser firme y de retarlo si es necesario".