Tal y como se anunció en la discusión presupuestaria del 2022, la primera ministra italiana Giorgia Meloni eliminó completamente los subsidios mensuales por el programa “renta ciudadana” a todas aquellas personas con capacidad de trabajar pero que decidieron rechazar hasta 2 ofertas laborales concretas.
La quita de subsidios afectó a un total de 169 mil familias que no necesitaban ninguna ayuda social del Estado. El ajuste presupuestario de Meloni excluye a todas aquellas familias con al menos un integrante discapacitado, al menos un integrante menor de edad, o por lo menos un integrante mayor a 65 años.
Los grupos familiares afectados no cumplen con estas excepciones, y están en condiciones de insertarse al mercado laboral sin mayores problemas. No hay ninguna excusa, y el Gobierno rápidamente envió las notificaciones a los usuarios afectados a través de SMS. “A fin de año, el que pueda ir a trabajar, va a tener que trabajar. Entre los subsidios y robar, está la opción de ponerse a trabajar”, anunció la ministra Giorgia Meloni.
Asimismo, todas aquellas personas que hayan perdido la prestación por Renta Ciudadana recibirán un subsidio alternativo por 350 euros mensuales a partir del 1 de septiembre, los cuales se asignarán siempre y cuando la persona siga desempleada y destine una cierta cantidad mínima de su tiempo para la formación y capacitación profesional en centros de desempleo situados a lo largo y ancho del país.
La tasa de desocupación de Italia cayó al 7,4 por ciento de la población activa al término del mes de junio, marcando así el mejor registro de los últimos 14 años y acercándose a los niveles previos a la Gran Recesión Internacional del año 2008. La posibilidad de inserción en el mercado laboral italiano resulta cada vez más asequible.
Las medidas buscan contener el déficit del sector público y poder cumplir con las metas previstas para fin de año. El déficit financiero del Estado italiano llegó a representar el 8,2 por ciento del PBI en el primer trimestre de 2023, uno de los más grandes de Europa. La recaudación tributaria permanece en máximos históricos a pesar de los recortes impositivos llevados a cabo por la administración Meloni, y el principal desorden se produce en el tamaño sideral del gasto público que superó el 56,6 del PBI en los primeros 3 meses del año.
El Gobierno apunta a recortar el déficit financiero a la mitad hasta el 4,5 por ciento del PBI para diciembre, y el ajuste recaerá exclusivamente sobre las prestaciones del “Estado de Bienestar” sobredimensionado.