En uno de sus últimos días, Ricardo Barreda se sacó sus icónicos lentes de aviador marca Stetson y se los regaló a una amiga que iba a visitarlo a la pensión de José C. Paz, donde pasó sus últimos días el cuádruple homicida.
-Querida, tomá. Son tuyos.
-Qué lindo recuerdo, gracias.
Barreda la miró fijo y le afirmó:
–Te los regalo porque cuando me muera vas a poder venderlos y sacar guita. Es un regalo. Acá están todos locos, llegaron a vender hasta remeras y tazas con mi nombre.



Esto habrían charlado según comentó a los medios la amiga del fallecido Barreda. Ahora, a casi tres años del deceso de Ricardo, la mujer tomó la decisión de venderlos.
“Pensé en quedármelos, como recuerdo. El pagó lo que hizo, pero con muchos de nosotros fue muy bueno. Hasta le festejábamos los cumpleaños. Ahora estoy necesitada de plata. Ni idea cuanto pueden costar los lentes y quién los compraría. Pero aunque me den 10 mil pesos sería genial”, comentó la mujer quien pidió que se resguarde su identidad.